La titular del IEM Deja sin habla a los secretarios del Revolucionario Institucional, cuando los sube, los baja, los corre o los maltrata, a nombre del primer priista de la entidad

Caricatura 1, Arturo Tecuatl, Agrede Salvador Mendez Acametitla, OFS, Crispin Corona Gutierrez, Tlaxcala Online

A la seño Maricela Cuapio le ha dado por no salir de la sede del PRI, exhibiéndose –como es su insana costumbre- como la sucesora de Mario Armando, Jenny, Carlos Rojas o anexas, frustrados operadores políticos que intentaron sin éxito, “bajar” las decisiones del ejecutivo a lo que queda de partido.

Y lo hace en horario de trabajo.

Y como es la titular del Instituto Estatal de la Mujer (IEM), además de deslucir sus marcados rasgos, pasa a perjudicar a uno como zombie que sigue despachando en la oficina de presidente del Comité Directivo Estatal (CDE).

Cuapio se inventó un personaje, como de señora Marina (versión de petatiux). Y si aquella lavaba su linda piel a la orilla de Acuitlapilco, ante el pensamiento que traicionaba a Cortés, esta ha dejado correr versiones contradictorias de una convivencia más allá de la sana distancia.

No es decente, ni legal, devaluar las órdenes de un ejecutivo a grado tal del allanamiento en horario susceptible de que la corran, como por Ley debe ocurrir.

La “fiscalización”

En el tema de las cuentas públicas, unos y otros involucrados se han encargado de tirarse el suficiente lodo para acabar con su credibilidad.

1.- El Órgano de Fiscalización Superior (OFS), mantuvo hasta hace poco el monopolio de terror para los entes fiscalizables. Hordas de auditores con uñas y dientes afilados se aderezaron con negocios aleatorios como las auditorías externas. Y como eran arpías del mismo cuento, había de aquél ayuntamiento u organismo que se resistiera a hacer un reparto previo de recursos para ablandar a los contadores, capaces de ser miopes o tener vista de águila, dependiendo del puntual cumplimiento de pagos extralegales.

2.- Bueno, como en nuestro país están prohibidos los monopolios, a la comisión de fiscalización del Congreso llegó parte del pastel, antes nada más en custodia del OFS. Y se fue configurando una suerte de kramer contra kramer que, otorgaba una alternativa a aquél reprobado en sus estados financieros. Al ir de un lado a otro en realidad amagaban con revelar las artimañas del de enfrente, y las cosas no pasaban a mayores… es decir, las cuentas públicas acababan por ser aprobadas.

3.- ¿Y la comisión de Coordinación y Concertación, qué vela tiene en este entierro?… hombre, donde comen dos, tres pueden hacerlo. Entonces el kramer vs kramer se hizo un ménage a trois, con derecho a pingües orgasmos de la centaviza que llegaba a surgir cuando, de arriba venía la instrucción para bloquear a equis, o apoyar a ye, no le aunque que sus números estuviesen como las mallas de la Trevi. Entonces sobrevino el caos porque en el apriete y afloja se extravió el control en el reparto de propinas (qué digo propinas, verdaderas extorsiones).

4.- Alterados por el olor del dinero los tres anteriores vieron el involucramiento de la Contraloría del Ejecutivo –vaya acción injerencista de un poder a otro, pero es que no había opción. Y las reuniones de diputados para cabildear (que no es otra cosa que extender la mano para recibir lo más que se pueda) comenzaron a llamar demasiado la atención, y como unos legisladores andan más urgidos que otros, ya sea para juntar para su campaña o para depósitos urgentes a sus tarjetas de crédito, acabaron por aceptar que el negocio de la fiscalización requiere con urgencia reglas más claras sin el exceso de invitados a las pachangas donde se reparte el botín.

¿Reforma?

Primero, poner en claro a quiénes les asiste el derecho de meter su cuchara en la fiscalización.

Si bien al OFS corresponde el trabajo técnico, la comisión de Fiscalización tendrá bajo su responsabilidad, perfeccionar los procesos de análisis, mas no corregir la plana a su contraparte, en medio de la rebatinga para ver quién sangra más al ayuntamiento, organismo o dependencia.

La comisión de Marco Mena, nada tiene que hacer en los asuntos de fiscalización. Meterse, trastoca la alta responsabilidad de pugnar por una relación aterciopelada entre los distintos partidos políticos, representantes del pueblo en la casa del pueblo.

La Contraloría del Ejecutivo, tiene suficiente chamba con las dependencias de ese poder, como la encabezada por el incumplido Tomás Munive que, a dos meses de estar obligado a entregar útiles escolares, es la hora en que comienzan a hacerlo. No se vale.

El contralor del ejecutivo, Hugo René Temoltzin Carreto, mucho tiene que hacer con otras hordas, dueñas de comercializadoras, constructoras y otros negocios que sangran el presupuesto, hacen nuevos ricos a costa de la confianza del gobernador y denigran a la clase gobernante.

Un lugar para cada cosa

Si cada cual cumpliese con su obligación, otro fuera el sino del estado. El dinero, sin embargo, enrarece el engranaje que en teoría es perfecto.

Ambiciosos y perversos abundan, en las comisiones, en el Ejecutivo, en el OFS.

Pero vivimos en un Estado de Derecho. Y los diputados ganan lo suficiente como para ambicionar propinas. Y los auditores del OFS deben desistir de la venta de protección, advertidos que de no hacerlo, la cárcel los aguarda. Y los secretarios y demás subordinados deben limitarse al cumplimiento de sus obligaciones como parte del Poder Ejecutivo, no andar inventando nuevos mecanismos para perjudicar al estado.

De fondo

Por eso, los tesoreros de los ayuntamientos deben cumplir con un perfil y ejecutar las reglas de operación al pie de la letra.

Los alcaldes no tienen más que limitarse a su función de ejecutivos comprometidos con el desarrollo, y no andar desmantelando un programa para arropar candidatos o pagar las cuentas de las borracheras con las que pretende acallar a sus cabildos.