Y para ello cuentan con incondicionales como el perredista Salvador Méndez Acametitla. Lo curioso es que fueron coordinados por: “el político eficaz y honesto”, Marco Antonio Mena…

Caricatura 1, Arturo Tecuatl, Diputados PRI, Marco Antonio Mena, Incongruente, Revientan Sesion, Tlaxcala Online

¿Cuál sería el interés de la fracción tricolor y sus cómplices para reventar la sesión de este martes?

Aunque el vocero priísta, Florentino Domínguez, filtró que se hallaban en un importantísimo aquelarre, no les fue posible ocultar su interés por cambiar dictámenes de cuentas públicas, como la del municipio de Ixtacuixtla, de donde tal conducta podría hasta evidenciar el funcionamiento de una caja chica con cuyos recursos hayan financiado algún cochinero electoral.

Se trata de un sectarismo con fines delincuenciales que nos remonta a las épocas del terror tricolor, cuando echar a andar la maquinaria implicaba hasta desapariciones de los entonces enemigos de la revolución.

Hoy, encabezada por el legislador: “buen político, eficaz, honesto y congruente”, Marco Antonio Mena Rodríguez, esa mayoría cuantitativa nos ha demostrado que al no ser machos, pero ser muchos, disponen del mecanismo reafirmante de la impunidad, y también cuentan con políticos pobres de la oposición, con la suficiente hambre como para comer de su mano y así… escribir según su conveniencia el trozo de historia correspondiente.

En la dupla Mena Rodríguez-Méndez Acametitla, encontramos los coloridos extremos de sendos peones-zombis, sin más sensibilidad o dirección que la dotada por la superioridad que los usa y seguramente los desechará por ser personajes de efímero cuño y obediencia miope.

Hasta alegra el optimismo del oriundo de Zacualpan, pero crecido fuera de Tlaxcala y hasta del país, cuando se ve a sí mismo sentado al escritorio de hacendado a quien hoy le ha tocado rendir un tributo un poco ofensivo a los ojos de la perrada, a cuyos integrantes nos consideran idiotas, como para tomarnos cíclicamente el pelo y vendernos ideas como estas, hechas hace un par de semanas a La Jornada de Oriente: Y es que uno de sus propósitos inmediatos es que la gente lo recuerde como un diputado que hizo bien sus funciones en el Congreso local…

¡Aplausos!

Por eso nos resulta de un histrionismo poco usual el posicionamiento este, difundido cuando el mal ya estaba hecho:

“Al iniciar esta sesión nuestro grupo parlamentario se encontraba aún en reunión interna, de modo que al arribar al Pleno el Presidente de la Mesa Directiva la había ya declarado suspendida”.

Esto, en política puede llamarse la conveniente búsqueda de culpables. Pero este es apenas el primer enunciado. Veamos los siguientes:

“La fracción PRI lamenta que la sesión ordinaria no se pudiera realizar hoy mismo, y manifiesta su disposición para contribuir a los trabajos legislativos que son responsabilidad de todos los legisladores”.

O sea, una vez lograda la culpabilidad en el presidente de la mesa directiva, Juan Chon Calyecac, procede decir a todos, “pero si nosotros solo queríamos hacer el bien… caray, no se pudo…”

Eliminar dudas

El genial texto con toda la inventiva del eficaz Mena, tenía que explotar el sentimiento del respetable, a través de los medios de comunicación (como quien dice, ya se dieron cuenta que los medios sí les son necesarios):

“Consideramos necesario que no existan malos entendidos o debates innecesarios por cuestiones de procedimiento sin relación alguna con temas de fondo”.

Como que queda la sensación de reclamar abiertamente a esos condenados legisladores de la oposición que, ya no quisieron reanudar la sesión cuando a sus homólogos tricolores les dio la gana.

Es una vergüenza este comportamiento. Como ustedes verán, no será motivo para afectar la sólida carrera política del señor Mena Rodríguez y mucho menos de los diputados farsantes, sus colegas, dispuestos a demostrar al estado de Tlaxcala que hoy, es vigente el articulado de la Ley de Herodes.

Nos caímos en competitividad urbana

Lo afirma el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) tras un profundo estudio en decenas de importantes ciudades del país.

Tlaxcala se fue al lugar 52 de los setenta y ocho principales centros urbanos de la nación, básicamente por el desorden que impera, empeorado por gobiernos municipales temerosos de un ejecutivo estatal, desentendido de la realidad.

Hace unos días, el gobierno cacareó el punto porcentual que mejoró el estado en el capítulo de pobreza. Respecto al caos urbano que deviene en esta estrepitosa caída, del lugar 45 al 52, la autoridad hace mutis, y aguarda a que otra encuesta se benévola con la medianía alcanzada pese a la puerta abierta a programas y recursos de la Federación.