Podemos ver un retroceso bárbaro, a tiempos cuando la servidumbre desconocía cualquier derecho, siempre y cuando el amo los consintiera.

Caricatura, Arturo Tecuatl, Asencion Calyeca, Subordinado, Ejecutivo, Indigno, Izquierda, Comic Politico

Al marianismo y sus aliados no les fue suficiente con sostener a un bodrio encabezando a la Comisión Permanente del Congreso. Tenían que hacerlo presidente de la mesa directiva.

¿No les gustó la primera elección de Chon Calyecac?… ahí les va la segunda. Y ahora, con la novedad de dos votos más, lo cual ha permitido alcanzar la mayoría necesaria para pasarla a gusto en esta especie de mercado de Tepito, donde se ha ofertado a la indigna Izquierda tlaxcalteca, y como dicen los japoneses… fue un asunto de ganar-ganar.

Los primeros que lo han hecho son esos portentos de políticos y su involuntaria mixtura de Calzonzin-Cantinflas-Varguitas. Y dicho sea con todo respeto para estos personajes del cine mexicano, nos hemos encontrado con aventureros, de la talla de Asención, de Méndez Acametitla… recibiendo lo que venga de su majestad, armados con un banderín amarillo –un poco tieso porque lo han usado como pañuelo para descongestionar su nariz y a veces para limpiar sus ácidos gástricos, que se muestran a causa del exceso en el que viven.

Marionetas de otras marionetas, como Marco Antonio Mena, aquellas encarnan la parte primaria de este vergonzoso sistema aprovechado por un PRI que, tras haberse despachado a placer, ha de buscar patiños para manipularlos a conveniencia, haciéndoles creer que son parte del grupo gobernante.

Los peinan, los visten… y los engordan.

Y mire que rinden más que los propios tricolores. Es que estos han aceptado de origen su papel de servidumbre, a diferencia de los priístas, a veces tan arrogantes que hasta se sientan a la misma mesa que su amo.

Hemos retrocedido. Ni quien lo dude.

Un hacendado cobrando viejas deudas a ese que llama tejido social. Resentido por haber tenido que entregar las tierras cuyos antepasados poseían con todo y bosques, ríos y ¡hasta habitantes!

Pero ese hacendado, hoy se cuenta con peones de la misma raza a la que desprecia, y usándolos como perros de asalto se apresta a agudizar las atrocidades de gobierno y administración que, a la fecha eran unas vilezas.

Cuentas públicas, informes de gobierno a placer, comparecencias negadas, congelamiento de asuntos relevantes. Para eso están estos peones. Los han seleccionado entre tribus perredistas y turbas de sinrazón. Los armaron con una cachiporra y los convirtieron en la cuña para presionar a los priístas esos modositos, convencidos que están en una parte importante de sus ascendentes carreras políticas.

Retrocedimos, porque en lugar de auténticos representantes populares, comprometidos con sus distritos y conscientes de su contrapeso ante los abusos de un ejecutivo apabullante, aceptaron su papel de guardias blancas del poder, y a la fecha luchan por no sucumbir ante las comilonas y las francachelas, rodeadas de su personal de seguridad y, si se puede, en el ambiente apropiado para dejarse llevar por el cuerpo…

¿Es este el sistema por el cual en 2010 elegimos gobernador, y en dos oportunidades lo hemos hecho con los diputados?

Qué pena.

Por el revolcado método para gobernarnos.

Por el indigno papel de sedicentes miembros de la oposición a quienes el tiempo y los centavos los convirtieron en amos de llaves, choferes, sirvientes y madreadores, de un ente sobre ellos con la constante evocación de sus buenos tiempos… cuando no habían quien no se le cuadrara y se le agachara.

A lo mejor por eso recibe tristes ovaciones en actos públicos.

Yo creo que se las ha ganado. Y no nada más de parte del respetable.

Cuentan que en alguna ocasión una hermana le reclamó su herencia.

Al poco tiempo, unos peones malencarados y mugrosos casi derriban la puerta de su humilde casa.

–          Que dice el patrón que ahistá eso…

Eran cinco toros de lidia. En la calle.

A ver, reclámenle…

¿Qué le debían?

¿El pueblo, qué le debe?

Cada cual tiene en el patio de su casa la réplica de esos cinco bichos.

Indignidad (como la de los perredistas estos vividores de su condición de izquierdosos).

Desempleo (nos hemos salido de los parámetros auditables).

Contrariedad (entre el sector empresarial, venir a estas alturas a invertir a Tlaxcala, lo hacen solo los ignorantes).

Temor (hay de aquél que se atreva a desafiar los ímpetus del más principal… le va como en feria).

Corrupción (como este tipo de gobiernos es de corto plazo, nadie los aguanta, la misma estructura del gobierno ya está lista para liberarse de semejante maldición y, esperanzados en que lo que venga siempre será mejor).