Aceptará mezclar su rancia visión de la política con otros intereses que también buscan beneficios… ambos alejados de la llamada democracia moderna.

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En el proceso para armonizar la Constitución local con las reformas en materia electoral hechas en 2013 a la Carta Magna, parece haber una abierta intención por construir una verdadera mayoría en el Congreso de Tlaxcala, una de cuyas coincidencias por ejemplo, podría ser la reducción en el número de diputados, en un total de 24, con 15 de mayoría y los nueve restantes de representación proporcional.

La iniciativa tricolor de 21 diputados ha tenido que negociarse con las propuestas de la oposición, como ha sucedido con otros puntos.

Se nota una modesta participación del titular del ejecutivo tlaxcalteca en la redacción de esta propuesta en el contexto, “de las democracias modernas”, mas el discreto aporte mariano seguramente pidió pasar sus necedades por varios filtros, al grado de sorprenderse a sí mismo por el número de puntos negociables en la bandeja con la cual el PRI  y su rémora, el Verde, abrieron la partida de naipes.

1.- Tras la hibernación de seis meses antes de sustituir a su antecesor Héctor Ortiz, el actual gobernador debe haberse jurado hacer algo para evitar eso que observa como convivencia de ambos gabinetes en un inadecuado paralelismo. Entonces movió la fecha –bueno es su propuesta- para que sea el 15 de agosto y no hasta el primero de enero cuando asuman las nuevas autoridades.

2.- Consciente de lo bárbaro que resultó dar a la Sala Electoral Administrativa el carácter de tribunal unitario, apoya la creación de un órgano jurisdiccional a instancias del Instituto Nacional de Elecciones con tres magistrados (no uno, como fue su intención). Recula pues, de su ideal autoritarismo y aplaude el carácter colegiado, que en pocas palabras es el retorno al estado anterior a su llegada.

3.- En estas intensas reuniones convocadas por la Comisión Electoral del Congreso, otro factor para alcanzar mayoría será abrir la edad de quien aspire a ser gobernador. Mientras la propuesta de Mariano plantea de 32 a 35 años, y de 65 a64, como límite, seguramente habrá consenso  para abrir la edad, pues ni todos envejecen con la velocidad del hacendado, como tampoco a los jóvenes se les niega la oportunidad de llegar con ímpetus al cargo más importante, cosa que no logró el que hoy envía dicha iniciativa.

4.- Ojalá en las reuniones de la Comisión Electoral se vea con seriedad al estado de salud de quienes aspiren a ser gobernador. El ejemplo de Michoacán con el mermado Fausto Vallejo, pudiera compararse con el propio, donde la vulnerabilidad se reflejó en el ámbito neurológico, e hizo del gabinete un insufrible entorno donde unos cuantos han sabido aprovechar las crisis de su superior para enriquecerse, mostrando nulo escrúpulo respecto al destino del estado.

5.- ¿Cuándo a un ente retrógrado lo iluminaría la idea del referéndum o de las candidaturas ciudadanas?  Tal vez cuando esos temas fuesen abordados aprovechando sus constantes distracciones –como sus constantes e improductivos viajes internacionales- para colocarlas en la bandeja aquella de la que les hablaba hace algunos párrafos, y con más intenciones de negociación con los veraderos visionarios que, como un aporte tan original como desinteresado en relación al rumbo que dichos recursos de la democracia den al destino del estado.

6.- Agazapado entre los mogotes de propuestas viene la precaución de blindar sus acciones con un Congreso que comience en 2016 y culmine hasta 2021. Cinco años de inmunidad que lo han de llevar al extremo de meter mano hasta donde se lo permitan a la nueva conformación de quienes resguarden su integridad.

7.- Las trilladas expresiones que velan por resarcir al tejido social, y pugnan por una democracia moderna, resultan oprobiosas en el documento este, que si bien reserva discretos espacios al marianismo original, sí enmascara sus rancias intenciones.

Será el próximo jueves 26 de junio cuando la farsa mariana, obsesionada entre otras cosas por asegurar el futuro de sus retoños, haya aceptado mezclarse con otros intereses.

PRI, sus rémoras verdes y los vividores de la Izquierda, contarán entonces con varias voluntades más, entusiasmadas porque serán tomadas en cuenta para participar en esta fiesta de iniciativa de Reforma.

¿De democracia moderna?

No.

¿Que resarcirá al tejido social?

Menos.