Frenan obras cumbres del marianismo; el gobierno federal, intolerante con la administración de los atropellos, las obras pequeñas y las manchigrecas.

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¿Qué significa parar en seco dos de las muy escasas obras de alto impacto del gobierno marianista?

Tal vez un mensaje muy claro del gobierno federal. Tienen detectados sus desplantes y lo que podríamos llamar, sus excesos, como si Tlaxcala no formase parte de un concierto llamado federalismo y aquí únicamente fuera vigente esa voluntad superior, rasposa, sedicente libanesa (¿y?), tozuda, lobo de estepas, ah pero eso sí, cruel como ella sola cuando alguien atenta contra su orgullo.

Hace poco, personal de la Comisión Nacional del Agua (CNA) se constituyó en Los Molinos, exhacienda perteneciente al delegado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Joaquín Cisneros Fernández. Detuvieron la construcción de una barda a la vera del río, que por cierto atraviesa aquella imponente propiedad.

Hubo tolerancia cero contra el potentado dueño de Los Molinos, quien personalmente persuadiría a sus compañeros funcionarios federales que llevaban la consigna de poner un correctivo ejemplar. Incluso, boletinaron decenas de fotos. Insisto, había consigna.

Ayer martes 8 de abril, personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) frenó la construcción de las dos obras más importantes del marianismo: las ciudades judicial y de la salud.

Desde enero de este año les habían notificado la deficiente gestión para el cambio de uso de suelo, de forestal a urbano en ambos terrenos. Un vergonzante segundón de la Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda, David Lima, (¿por qué no apareció el millonetas Romano Montealegre?) salió  a dar la cara, diciendo que en dichas superficies ya había muy pocos árboles, por eso Tlaxcala había tomado la decisión de dar un uso urbano a esos predios.

Más ridícula no podía ser su justificación. Y los sellos de clausura fueron colocados, no como desafío al gobierno local, de los atropellos y las detenciones en caliente, no, sino en calidad de mensaje, muy claro y contundente respecto al poco valor que estos desaires marianistas despiertan, por ejemplo en el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien alegremente consciente de los marianismos locales ha comentado a gentes de su confianza, sobre el respeto que infunden los malos modos del aldeano mandamás.

Veamos los reiterados fallos de la justicia federal en contra del gobierno de Tlaxcala, estos dos últimos golpes de Conagua y Profepa, y aguardemos a ver qué pasará por ejemplo con el escándalo del fertilizante desaparecido y el chivo expiatorio, ¡del propio sistema marianista!, a la sombra por significar un riesgo dada la información con que contaba, y que aparentemente hundiría a importantes personajes del grupo en el poder.

¿Qué pasaría si la PGR atrae este escándalo que por cierto involucra recursos de carácter federal, por tratarse de un programa de apoyo a los campesinos?

Como podemos ver, no es lo mismo destruir que ser destruido… no es igual clausurar al arbitrio propio, que ser el afectado en una clausura.

El gobierno de las pequeñas obras (las guarniciones y las manchigrecas) también resultó ser el gobierno de las grandes fallas en materia de gestión. El que deja ir presupuestos de 3 mil millones de pesos para sanear al Río Zahuapan, el que ahuyenta a Liverpool, el que ve con los brazos cruzados cómo Nestlé construye en Jalisco una imponente planta, mientras aquí dejó la plaza por falta de apoyo oficial, al que poco le interesó atender de manera seria a los ejecutivos de Audi, quienes realmente consideraban a Tlaxcala dentro de la zona de excelencia para asentarse.

Si para el gobierno de la República las fallas de Tlaxcala son claras como el agua, qué será para el partido del Presidente. Aquí todo lo pierde. Y hasta esquilma –dicen- a los priístas necios en colocarse la camiseta de candidatos cada que van a elecciones.

En verdad la tiene difícil.

El lobito ya sacó sus chivas

Aquí entre nos, el alegre coordinador de giras, mejor dicho ex coordinador, ya sacó sus tiliches de Palacio, y con ello vio cómo se vino abajo el negocio de su vida… la oportunidad para dejar de ser un pobretón fracasado, y tirarle a codearse con la gente chipocluda.

La opacidad en la nueva ley de Educación

Ante la inconformidad del magisterio y la ignorancia de casi todos los diputados respecto a lo que aprobaron, la nueva ley de Educación ha de ser conocida nada más por quien recibió línea para reunir los votos necesarios.

Vea usted lo que dicen analistas nacionales a ese respecto: “Y si bien todos saben que el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, se mostró en abierta complicidad con la CNTE para impedir que el congreso de Oaxaca adecuada la ley local de educación a la reforma Constitucional, en los hechos la complicidad se amplió a los gobernadores de Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Durango, Guerrero, Quintana Roo, Sonora y Tlaxcala, ¿Y por qué complicidad? Por opacidad. Sí, por increíble que parezca, en esos estados no es pública la ley en donde los diputados locales adecuaron la letra de la reforma constitucional en materia educativa”. (Ricardo Alemán, Itinerario Político)