A los maestros les quedan los tribunales, las aulas y ese activismo que los gobiernos autoritarios suponían muertos tras el encarcelamiento de Elba Esther.

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Hay una diferencia notable en los cambios a la ley de Educación, avalada por una mayoría cómplice del ejecutivo, y lo que en todo el país conforma el esquema de las reformas secundarias. Aquí privó la intransigencia de un grupo en el poder sin buenas intenciones, al contrario, de puertas cerradas a lo que es ya un enfrentamiento con el magisterio.

Ha sido tan extrema la iniciativa local que, deja atrás al ordenamiento raíz y, en consecuencia ha abierto una lucha de los maestros tlaxcaltecas, por ejemplo, en protesta por el vacío del documento al abordar que las evaluaciones se acompañaran de cursos de calidad, en un marco justo y equitativo.

Pero hubo oídos sordos. Y activaron la aplanadora.

Sin tregua, aplastó el capítulo de las reubicaciones, haciendo caso omiso a la petición que estas fuesen dentro del sistema educativo y área geográfica de trabajo. Es decir, lo que los legisladores aprobaron tiene dedicatoria a la devaluación del maestro… mandarlo lo más lejos posible en la medida de los odios tan característicos del marianismo, o desconocer su formación en el magisterio, considerándolos susceptibles de cambios al arbitrio que hoy tiene sumida a la entidad en un desempleo atroz.

Pero los señores y señoras diputados ni siquiera consideraron incluir estas peticiones en los transitorios o en los considerandos.

Se vio la furia de los maestros pidiendo en aquella sesión que se tomase en cuenta su legítimo derecho a rechazar puntos realmente vengativos. Y no les ha quedado otra que preparar los correspondientes amparos ante la Justicia Federal… no puede una ley local excederse –como ocurre- cuando hay una Ley General de Educación, cuya invocación es ya una constante porque lo aprobado localmente es inaceptable.

A los maestros, además de los tribunales, les quedan la aulas, una raya más al impopular tigre mariano que todo lo pierde en las urnas. Hoy, merced a su iniciativa de venganzas, llamada reformas secundarias, tendrá un factor más en su contra, nada despreciable porque está conformado por miles de profesores y profesoras, indignados por el atropello.

Vuelven las ejecuciones

Ayer miércoles dos comerciantes de San Pablo del Monte fueron ejecutados en la calle principal de San Miguel Tenancingo. El pasado lunes, en la vía corta, precisamente en la desviación a ese municipio, otra aparente ejecución –entre dos y tres de la tarde- reavivan el escenario al que múltiples empleadores han rehuido: navegar solos ante criminales despiadados.

Aquí es donde urge el trabajo de inteligencia del gobierno. No puede limitarse a los operativos en carretera o a la reacción tras eventos funestos como los registrados en Tenancingo.

Alguien opera. Siembra el terror. Con esa sangre envía mensajes a potenciales víctimas, ¿acaso para poder extorsionarlas?

¿Y la autoridad cómo actúa?

Envía a la ambulancia del Servicio Médico Forense.

Y al grupo especial de homicidios dolosos.

Hace falta activar una verdadera alerta. Solicitar la presencia de fuerzas federales. Aplicarse a fondo al tema de la inteligencia y no dejar a los ciudadanos al desamparo.

Unos hablan de trata de personas. Otros de extorsiones. Lo cierto es que varias familias viven un angustioso luto en medio de la violencia.

Basta de aislarnos. Ni somos el estado más seguro, como tampoco somos autosuficientes para responder a fuerzas tan crueles como estas. Hay que pedir ayuda.

¿Orgullo, arrogancia? ¡Que se vayan al diablo!, estamos hablando de la vida de las personas.

La mafia de los tesoreros

El auditor superior, Crispín Corona Gutiérrez, denunció la existencia de los tesoreros en tanto criminales organizados. Lo hicieron también diputados en tribuna.

Y resulta interesante darnos cuenta que lo que se disputa es la venta de protección. ¿ya vio que es un tipo muy especial de delitos de cuello blanco, consistente en abrir o cerrar la llave de los auditores?

No es malo organizarse. Pero los tesoreros comenzaron a pisar callos. Y si en bola protegen a delincuentes de cuello blanco, ni su ataque tumultuario los va a salvar de ir a la cárcel, pero de que metieron en predicamentos a los zares de la protección administrativa en Tlaxcala, ni quien lo dude.

Ahora, las denuncias contra ex alcaldes –como el de Huamantla, el hijo del notario, al que han visto en Rusia aprendiendo a preparar clamatos- duermen el sueño de los justos.
Le digo, la llave de la crítica, del ataque en tribuna o de las conferencias del auditor, se abre o se cierra dependiendo de los intereses que afecte lo que ha de plantearse.