¿Y qué pasa con su función de contrapeso del poder?, ¿no se dan cuenta que apenas tienen tiempo para administrar su condición de nuevos ricos?
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Creo que pertenecer al grupo de izquierda sumisa al interés del ejecutivo no debería ser motivo para hacer fiesta con las finanzas del Legislativo.

El haber sido tesorero de Felipe Sánchez Lima, en un accidentado y opaco trienio, ha despertado en el secretario administrativo del Congreso una actitud más o menos como el apetito insaciable de ciertas especies.

Pero por el negocio.

Anunciar la remodelación de los cubículos de los legisladores, cuando a principio de la Legislatura les dieron 30 mil a cada uno para hacerlo al gusto de cada quien, me suena como a la inversión multimillonaria que van a hacer a la Plaza Bicentenario, ahora que ya le vieron perspectiva y hasta cambiaron su idea original respecto a ella.

Uno se pregunta, verdad, cómo es que ex responsables de la Secretaría Administrativa, cobran hoy en calidad de asesores, cuando su función, parcializada y con un interés muy definido por apoyar a la aplastante élite marianista empoderada.

Eso no se transparenta. Pero es tomada del presupuesto de un poder.

En cambio, son buenos para regatear el pago por sus servicios a los medios de comunicación.
Además de ser una carrera de aguante, es agandallamiento cínico de la centaviza, desde luego, con el concurso de títeres guiñol tan deprimentes como el coordinador parlamentario del PRD… más papista que el Papa; más priísta que sus colegas tricolores.

¿Dónde queda el equilibrio entre poderes?

Esto es una fiesta de complicidades. Los que tienen el control de la lana contra lo que se mueva, no le hace que se trate de lana del pueblo salida del gasto de la casa del pueblo (hay que ver el concepto de pueblo que tienen estos señores).

Con el sueño de ir hacia arriba con su admirable carrera política y gestión, para ser recibidos con cohetones y wisky chafa en sus frecuentes comilonas disfrazadas de giras (la mayoría de las veces, comen a costillas de la gente que, gustosa los recibe) ahí los tiene, más preocupados por lo que viene que por ser honestos en el encargo que detentan.

Uy, eso sí, no se les vaya a atravesar porque, ve que traen a puro pupilo de Orlando May en calidad de bodyguard (luego hasta resultan pareja) porque son capaces de pasarle encima y luego acusarlo de querer cachetearlos (como si fuera usted uno de esos muchachos, enviados del mismo Orlando el golpeador del sexenio).

¿Coche nuevo?, ¿no tenían antes de ser diputados?, ¿les hace mucha, mucha falta?, ¿recorren cientos o miles de kilómetros al día?, ¿y si mejor les compramos un helicóptero, ahora que están de moda?

Consentidos en la USET

El mercenario ex vocero de la USET (algo ha de querer) se ha puesto a defender en su tabloide al secretario de Educación, Tomás Munive Osorno, a quien a veces lo afecta el néctar del olvido, sobre todo cuando se trata de ocultar las dobles nóminas a gentes muy de su preferencia.

e-consulta documentó el doble cobro de Reyes Aguilar Rivera, como jefe de Departamento de Adquisiciones de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET) y al mismo tiempo cobra como maestro de horas clase en el Colegio de Bachilleres de Tlaxcala.

El tipo resultó una eminencia, pues como comprador de la USET es un magnífico maestro de física… y viceversa.

El respetable secretario desmintió rumores de medios digitales, dijo el mercenario que le platico, y creyó que con eso había dado vuelta a la página; que a todos se nos había olvidado como a su jefe Tomasito, lo de los cobros dobles, y no se crea, esos desmentidos hasta para ocultar su chivo en la USET han de servir.

No puede ser que en el sexenio de los manotazos en la mesa y del cuentachiles en permanente acción (creo que así les dicen a los que son demasiado tacaños) unos ¿por lindos?, se den el lujo de llevar su doble cobranza (¿también doble vida?) y otros, pues ya sabe, tengan que conformarse con ser alguno de los miles de despedidos, lo mismo del gobierno que de las empresas que, despavoridas huyen a mejores lugares donde no encuentren la fealdad del trato de Adriana Moreno Durán (como ve, no nada más es ella, alguien debe estarle diciendo, pícales los ojos, sácalo del ring).