A través del inexperto Marco Mena, el tricolor tiene que ceder a los caprichos de sus aliados mercenarios de la oposición.

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Al paso de los días el tricolor cede a la presión de sus actos de agandalle con las comisiones. Le es imposible seguir acaparando presidencias y al mismo tiempo mantener cerrada la puerta a la oposición, varias de cuyas expresiones han resultado los verdaderos ganadores ante el ingenuo juego del inexperto Marco Antonio Mena.

Los originales ganadores en este picnic priísta fueron los perredistas, a cuya emergente asistencia correspondieron el comité de administración y la comisión de finanzas.

Como quien dice, Mena se practicó las dolorosas automutilaciones que su conciencia le dictó. Y seguramente sus explicaciones no convencieron a su jefe el gobernador, pero el palo estaba dado, los millones repartidos, las comisiones perdidas y el show tenía que continuar.

Nadie ha dicho al poderoso Mena que el negocio del perredismo son las exigencias planteadas, digamos periódicamente, ah y en la víspera de un proceso electoral. Y commo 2015 está en puerta, he ahí la primera cita con el insoportable tufo que puede salir de un barril sin fondo, de un grupo que no tendrá llenadero porque ahora toma decisiones importantes, que no nada más convienen a la aplanadora priísta, sino que se convirtieron en vitales.

Y todo por mantener en cuarentena a la verdadera oposición. De Silvano Garay a Serafín Ortiz, pasando por Santiago Sesín y demás legisladores que en verdad infunden miedo a Mena y coraje a su patrón, consciente que en el Legislativo la esencia de mantenerse arriba depende de los números, esto es puras matemáticas.

Las goteras se hicieron más grandes. Los aliados panistas comenzaron a protestar. ¿Como era posible que a los amarillos se les dieran semejantes concesiones mientras a los super siete de Acción Nacional se les tenía tan desaprovechados?

Otra vez encendió su foco de inteligencia. Mena les abrió la puerta y los colocó en las comisiones más importantes, Gobernación y Puntos Constitucionales y pues ya nada más falta que les entregue la de Coordinación y Concertación Política. No dudo que ya hasta lo esté pensando.

¿El resultado?

El debilitamiento de los castillos de la casa construída como se ha podido, con riesgo de dejarla con puertas abiertas donde no conviene, por donde entren plagas indeseables y sigan devorando el menaje.

¿Eso habla bien de Mena?

Para nada. Ha dispuesto de todo el apoyo marianista y no lo ha podido aplicar con un mínimo de certeza.

Carente de algún manual que oriente sus precipitadas y a veces muy amables acciones, el diputado Mena Rodríguez, sabe que se juega el todo por el todo con panistas y perredistas. Que ninguno de los dos grupos tiene palabra de honor, y que en cambio él sí tiene que cumplir con ellos durante este ejercicio en el cual le ha tocado ocupar la oficina más influyente.

¿Pues qué le espera cuando sea turno de amarillos o azules en la Junta de Coordinación y Concertación?

Le aguarda lo que merece por entrar con los ojos vendados a este juego, donde se gana todo, o se pierde todo.

Lo conmovedor es ver que en Mena hay evidencias que nos pueden llevar a la creencia de que está siendo derrotado.

Y aun siendo una de las principales apuestas de Mariano, para conservar la calma en este tiempo restante, de alzamientos a cada momento, ha tenido que pagar un precio muy alto por aplicar sus equivocadas medidas de exterminio en contra de aquellos que sin ocupar una sola comisión parecen tener el mando en el Poder Legislativo.

Escuchado en Palacio

Huésped de la oficina de Pensiones, y con una cuenta de hartos ceros gracias, creo que a una comisión por concepto de la compra de medicamentos, el subordinado de Apetatitlán se autoproclamó inminente sustituto de Miguelito Moctezuma en la Secretaría de Gobierno.

De la corte, es tal vez el más disciplinado. No dispone de otra cosa que no sean los códigos marianos, pero padece un mal incurable. Le gusta el dinero. En grandes cantidades para gastarlo como Dios manda.