Así actúan integrantes del Congreso y el OFS, interesados en obtener ganancias de los ex alcaldes que se dejen y los alcaldes que lo permitan.

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Con las reservas a un legislador -de los llamados judas- el perredista Salvador Méndez Acametitla, fijó a febrero como plazo para que unos treinta alcaldes cumplan con el proceso de entrega recepción. De lo contrario la comisión de Fiscalización les fincará responsabilidades.

¿En qué se convierte el discurso de un tipo con las hechuras del también líder estatal perredista?

En la fundada sospecha que con el paso de las semanas, los ex alcaldes incumplidos, los nuevos, el Órgano de Fiscalización y, claro, la comisión a su cargo, se encargarán de desgastar eso que en un principio se veía como posturas no negociables.

Cuántas veces hemos visto estos argumentos, derivados de los cuales, todos ganan. Bueno, todos los que se encuentran en el ajo, porque nosotros, los de a pié, como quien dice el pueblo, nos vemos limitados a observar las siguientes deficiencias:

1.- Méndez Acametitla emplazó a 30 ediles a ser cumplidos, pero no dio sus nombres. Es decir, utiliza la tribuna y a los medios para presionar mediante mensajes que dejan sin aliento a los incumplidos, los apuran para sacar la chequera. Claro, procura reservarse su identidad, para que el chantaje cumpla con lo básico.

2.- Esos mensajes también llegan a los sabuesos amaestrados del OFS, vendedores de protección como una arista del crimen organizado. Es decir, otra expresión de chantaje.

3.- Al cumplirse los plazos dados por el perredista no pasará nada, y si acaso, reprenderán a alguno de esos ex alcaldes necios con no entrar a a esta fiesta, donde todos ganan, le decía, sí los personajes de siempre, tal vez con otros nombres, pero con el mismo rol.

¿De veras hubo cambio?

En las manos de los nuevos ediles se encuentran las decisiones para que su desempeño no se hunda en el pantano conformado por esa dupla: Congreso-OFS. Y aquí es pertinente aclarar que no todos los diputados participan de esta tranza. No, nada más los del estilo del chaparrito este perredista que está haciendo los negocios de su vida.

De una oposición desmantelada, el legislador Serafín Ortiz Ortiz, puso el grito en el cielo al escuchar los habituales regaños del ejecutivo hacia los integrantes del Congreso.

En este esquema de poder y de sumisión vía los recursos mal usados del presupuesto, la oposición de Ortiz puede germinar el verdadero rechazo a los dineros mal habidos. Y aunque se encuentra en la disputa de grupos, algo de respeto puede lograrse en la relación entre poderes.

La conclusión incluye a los alcaldes.

¿Qué tan comprometidos están con su pueblo como para meter a la cárcel a sus antecesores?

Vemos por ejemplo a un alcalde de Zacatelco, estidente y misógino en su comportamiento. ¿Hasta dónde lo va a sostener, y qué tan capáz es de encarcelar a la priísta Blanca Águila?

Hasta hoy, sus reclamos no pasan de gritos y sombrerazos, acaso por el negro expediente pese a cuya existencia, de todos modos se alzó en julio pasado con el triunfo en las urnas.

Aldofo Escobar, hasta dónde será capaz de escudriñar en el saqueo a la Capam y, en los supuestos fraudes de su antecesor. Es que sus cambios a veces son tan extraños…

Y Alejandro Aguilar, qué tan decidido está a proceder contra Carlos Ixtlapale, en un Huamantla caótico y empobrecido por el paso del huracán hijo del notario.