El grupo que resultó ganador tras la más apasionada disputa debe buscar el reencuentro, comenzando por sus opositores pues representan más de la mitad de los ciudadanos que votaron.

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De nueva cuenta, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, rechazó los alegatos priístas respecto al tema de Apizaco, y si al inicio de esta última escaramuza, los representantes del tricolor adujeron desorientación de los magistrados, al final no tuvieron de otra que declararse respetuosos de la decisión tomada por esa alta instancia.

Quedó atrás esta desgastante página en la vida del municipio más rico de Tlaxcala y no resta, sino una etapa de reencuentro hasta donde lo permitan los profundos resentimientos a propósito de la cerrada y más que eso, competencia en los tribunales.

Es ahí donde las declaraciones del grupo ganador tienen que ser cuidadosas en extremo porque, oiga, ¿en qué ayuda aquello de, «la puerta está abierta a todos, con excepción de Rafael Ortega, por ser artífice de un fraude?

Jorge Luis no es un juez y su palabra no es determinante, pero el desplante al matador cayó como patada de mula a casi la mitad de quienes acudieron a las urnas el pasado siete de julio.

Poses triunfalistas y desdenes tras el concurso de electores y abogados, no deben ser el comienzo con el pie izquierdo.

Hay un reto mayúsculo con quienes habitamos Apizaco. Problemas que no se han podido superar pese a los esfuerzos demostrados. Entonces, ¿para qué escudriñar en la víscera del  municipio, si de lo que se trataría es de dar una pócima que alivie y supere este desencuentro, para nada mínimo?

Los obligados cambios en el gabinete

Hay varios nombres en la lista de los inminentes cambios en el gabinete.

De lo que hemos captado saliendo de Palacio, estos son los personajes: Miguel Moctezuma Domínguez, el único secretario de gobierno de Tlaxcala, capaz de verter una opinión respecto a un religioso involucrado en actividades de propaganda electoral.

Moctezuma Domínguez, quien llenó el hueco dejado por Noé Rodríguez Roldán, es reservado por cuanto estrategias pero muy compartido a la hora de reclamar su territorio, sobre todo tras la partida del inútil mega asesor Mario Armando Mendoza Guzmán.

Nunca pudo percibir el movimiento real dentro y fuera del gobierno y en consecuencia, lejos de ser el hombre mejor informado del estado, es lo contrario.

Su reemplazo no tarda.

Héctor Párker Vázquez, el director del sistema estatal de Radio y Televisión (Coracyt), es otro de los personajes con más promoción personal que efectividad en la difusión de los quehaceres del gobierno.

Resulta que en intensas reuniones de gabinete, la evaluación apunta hacia un importante esfuerz, transcurrida la primera mitad del sexenio, mas la promoción de ellos a través de las frecuencias y señales, es inexistente, pues se desvanece en estériles pugnas internas.

En otras palabras, la herramienta radial y televisiva del gobierno, lidia una lucha interna por posicionar mejor a Párker y subordinados, haciendo su trabajo a un lado.

Párker comparte cartelera con Raymundo Vega y Crespo, el único vocero despedido hasta tres veces que no deja el puesto, acaso por una estrategia laboral, más que por ser llamado por su alto mando.

Vega, con un deficiente manejo a control remoto, desde las oficinas de su negocio, fuera del estado y, bajo la fundada sospecha de beneficiar a ciertas empresas de comunicación -entre ellas se encontraría la propia- también apuntala a este primer grupo que, por dignidad y hasta humanidad debería dejar libre el camino al sistema gravemente afectado por su evidente agotamiento.

Sentida discusión

Nos dicen nuestras fuentes que al interior de la principal oficina de Palacio, un agudo desencuentro dejó a todos con el ojo cuadrado. ¿Se trataba del titular de esa oficina y su hijo, en una de las peores peleas verbales de las que se tiene registro?