El tono amargo usado por el líder priísta para anunciar que su partido denunciaría al cura inductor del voto en Apetatitlán, suena a reconocimiento anticipado de un litigio perdido ante el TEPJF.

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¿Con qué solvencia moral puede el líder tricolor y diputado electo impugnado ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Noé Rodríguez Roldán, denunciar al sacerdote que llamó en Apetatitlán a votar por el abanderado del PAN?

Si el párroco Agustín Cuamatzi Montiel, no tiene perdón de Dios por andar metiendo la nariz donde no le corresponde, al confesor de Chabelita en plena campaña de proselitismo, sencillamente no le está hacerse el digno, pasar por alto sus acciones y acudir a las autoridades a solicitar castigo en contra del citado sacerdote.

Acaso la actitud del calpulalpense es la aceptación de su derrota a priori. Pueden palparse los brazos caídos de quien se benefició de un traslado de urnas muy parecido al que en Apizaco quitó por orden de los magistrados del TEPJF la constancia de alcalde electo al matador de toros Rafael Ortega Blancas.

El haber retirado temporalmente el caso en la Sala Regional del máximo tribunal es un pésimo agüero para quien esperaba su ratificación.

Su misma estancia en el PRI como presidente se encuentra en riesgo pues, qué opinaría la gente de un diputado depuesto dirigiendo al partidazo… un perdedor al timón. Por eso es tan importante y yo diría tan angustiante para este grupo obtener un veredicto favorable. Porque en caso contrario todo se derrumbaría.

Al ex secretario de Gobierno le ha ido mal. Primero, lo hicieron trizas luego de aquella móndriga borrachera en la cual se soltó de la boca, solicitando respaldo porque quería ser candidato a senador, y así estar en la pelea para suceder a Mariano González.

Su papel de responsable de la política interna del estado menguó en la medida en que se afianzaban Mario Armando, Ricardo y Hugo René, esa trilogía infernal que tanto daño ha causado al marianismo.

El michoacano se esfumó, pero los otros dos ahí siguen, haciendo de las suyas, atesorando de todo en esta administración de sus sueños.

A diferencia de ellos, Noé está fuera del gabinete, bregando en un partido quebrado, moral y económicamente.

Sus alardes de llamadas por celular, teniendo conversaciones con Quique, sí Enrique Peña, su cuaderno de doble raya… su viejo amigo, de poco le han servido. De todos modos tronó.

Hoy, se halla en el último filtro de su destino. Si el Trife se toma el tiempo para sacarlo de la jugada; adiós a la política, al menos en el territorio tlaxcalteca.

Los reclamos de Osorio

El director adjunto del Fondem, Mariano González Aguirre, es uno de los funcionarios que incumplieron con su papel preventivo pese a tener -ojalá así haya sido- la información oportuna para desalojar decenas de municipios arrasados por Manuel e Ingrid.

Y si el llamdo del secretario de Gobernación para que los responsables de tantas pérdidas den la cara, hay que ver la acusación directa, que formuló el ex candidato a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador: el presidente Peña tenía esa información tres días antes de la debacle que ya cuenta 175 muertos.

Y no hizo nada. ¿y su gente de inteligencia?, ¿y los encargados de ese fondo, aplicable a las tragedias?, ¿no cuentan con un sistema de inteligencia para prevenir estas desgracias?, ¿entonces, a qué se dedican?