Hoy sesionan los magistrados de la Sala de la Ciudad de México, del Trife, encargados de analizar quién habrá de ser el próximo alcalde de Apizaco.

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A casi dos meses y medio de aquella elección histórica, chanchuyera, pero muy torera, hoy en unos minutos (son casi las diez) los magistrados de la Sala del Distrito Federal, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), definirán si el PRI y su candidato Rafael Ortega Blancas, ó el PAN, con Jorge Luis Vázquez Rodríguez, podrán considerarse el sustituto de Orlando Santacruz.

Decía José Antonio Álvarez Lima, «la moneda está en el aire» -cuando Joaquín Cisneros y Alfonso Sánchez Anaya estaban a punto de ir a la urna- y, parece que en estos momentos, ocurre lo mismo con la dichosa moneda.

Vasto es el aprendizaje luego de dicho proceso, principalmente la decencia que los políticos deben demostrar ante el avance democrático.

Es decir, el gobernador Mariano González Zarur, condenó al tribunal local a un solo mágistrado. Lo llamó sala unitaria, pese a lo valioso que resultan las decisiones colegiadas. Se hizo de un orticista, le lavó el cerebro (yo creo que lo trató muy bien, económicamente hablando) y lo puso al frente de los monólogos de Pedro Molina.

¿El resultado?

Un híbrido retro, incondicional y cínico, para acatar la decisión amística.

Así, así de procesos pletóricos de dudas, cargaditos de atropello, como cuota adelantada, cobrada a quienes se aventuraron a portar los colores del PRI en el pecho.

O sea, no contaron con apoyo, pero les garantizaron la tranza, a un precio altísimo porque siempre estuvo en juego el buen nombre de los abanderados.

He ahí el caso de Rafa Ortega, un popular y estimado matador de toros. Si lo ratifican como alcalde, de todas formas habrá arrancado un trozo a su certificado de pulcritud. Si pierde, sus críticos, que de momento se agolparon, se atribuirán el mal augurio que acabara por concretarse.

Es la hora de la verdad. Y el que haya tenido la precaución de proveerse de excelentes argumentos jurídicos en la urna que cambió dentro de las famosísimas camionetas más lentas que una carroza, ya estará frotando sus manos porque la determinación, esa sí colegiada -no unitaria, como otras…- será incuestionable, inatacable y definitiva.

Felicidades a la Universidad del Altiplano

Hace un cuarto de siglo una reportera a la que le encantaba la idea de ser política tuvo la excelente idea, de Beatriz Paredes Rangel, de alejarse de la grilla para hacer algo que valiera la pena.

Así nació la Universidad del Altiplano, semillero de generaciones y generaciones de profesionistas.

A todos ellos la enhorabuena, pues precisamente son ellos el factor de prestigio de dicha casa de estudios.

Reconocimiento a la talentosa corresponsal de Notimex, Susana Fernández Ordoñez, irreverente, mal hablada, autoritaria, pero eso sí, constante como ella sola y determinada a encabezar una institución respetada y reconocida.

Felicidades al cuerpo académico, a los administrativos y demás personal que hoy debe sentirse orgullosa de las bodas de plata de la UDA.