Y con la mega campaña de Rosario Robles que, contrasta con actos escandalosos de corrupción detectados y denunciados desde dentro del mismo programa.

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Creo que será muy sano que la cabeza de sector audite al programa Oportunidades en Tlaxcala, ante denuncias y testimonios que debieran además formar parte de un proceso ante las autoridades jurisdiccionales.

Tan pronto inició actividades el gobierno federal, Oportunidades acá, se deshizo de medio centenar de capturistas, operadores y analistas, de las confianzas de Ricardo, el ex coordinador esposo de la senadora panista Adriana Dávila Fernández.

Transparencia, fue la oferta de la nueva titular, Marina Sánchez Armas, cuyo arribo se debe a la recomendación hecha por el soltero más codiciado de Tlaxcala, quien en esa solicitud al gobierno federal colocó la antefirma de Mario Armando Mendoza Guzmán.

En realidad, nos dicen, fue el prermio a la Sánchez Armas, por haber vendido al grupo en el poder toda la información sobre la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, que por años acopió al fungir largamente como colaboradora suya.

Ahora, sin la protección de Mendoza Guzán, y medida su (des) lealtad al grupo empoderado, persiste sin patrocinio en esta brecha, a cuya vera aparecerían como cadáveres, dos o tres artimañas para atiborrar de incondicionales la instancia que se supone muy de la mano de los más necesitados.

1.- Hay la evidencia del pago de honorarios mediante recurso obtenido como gastos comprobables, claro, en perjuicio del presupuesto.

2.- Obligando a firmar cheques a quienes detentan plaza, pero con el gracioso endoso.

Así, con este sistema de beneplácito de comprobantes de gastos, y endosos de documentos cobrables se hizo vigente un escandaloso mecanismo de opacidad, por cierto a cuenta de los pobres de Tlaxcala.

Y mientras Rosario Robles ondea la bandera de hambre en el pais, aquí, nosotros el estado más pobre cuenta con por lo menos ocho empleados de Oportunidades, dedicados a proveer de los mejores comprobantes de gastos para alimentar ese engranaje que, según nos dicen de ese mismo bunker, ha permitido a Sánchez Armas al día de hoy, moldear a un capital político vociferado al margen de la directriz de don Mariano González Zarur.

Es así como a través de Oportunidades, sería posible financiar organizaciones sociales, a espaldas del coordinador de los esfuerzos dada su animadversión por esos, «revoltosos», bueno, por lo menos esa sería la idea vendida por la seño Sánchez Armas, lo decíamos hace un párrafo, a cuenta de los hambrientos de la entidad y de la recia campaña roblista para atacarla.

Esa es la imagen de Peña Nieto a través del hambre que hay en Tlaxcala.

USU pide la cabeza de Gisela

No cabe duda que la doble bandera de la señora Santacruz al frente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado (Secte) halla en el escándalo lo que su pseudo izquierdismo marianista, le ha llevado a horadar rutas cuyos detentores están dispuestos a defender con sangre si es preciso.

Ya le había ocurrido al quedar en medio de mototaxistas  y viejos prestadores del servicio, nada más que ahora se dio la libertad de traer los desmanes a la capital.

A la molestia de una calle Morelos cerrada por las necesades de Pedro Pérez Lira, se suma el desquiciamiento de nuestra frágil circulación con una razón más para desear que por una vez en su vida, la ex diputada, ex perredista y sumisa a Sánchez Anaya, tanto como a González Zarur, haga un compromiso y deje de evadir su responsabilidad como servidora pública que queda bien con unos para perjudicar a los otros.

Acabar con los malos funcionarios, ¿cómo?

Ese fue el mensaje del temperamental don Manchis a sus peones diputados. Y estos, gustosos ya tienen en la mira a varios que se las deben.

Ningún funcionario de esa calaña actúa por iniciativa propia. Cada uno ha visto pasar maletas frente a su naríz, pero ha tenido que humillarse porque desde un inicio aceptó ser discreto, obediente y sumiso (se acuerda de las tres eses: sumar, sumarse y sumirse) para no pertenecer a la fila de desempleados.

A ver dígame, con qué calidad moral podrían meter a la cárcel a directivos de Conalep, Cobat y las que faltan, si de sus presupuestos fueron sustraídas cantidades nada despreciables, ochochientos mil pesos, para pagar los honorarios de un tenor que vino y cantó sin ganas en el estadio Tlahuicole.

¿Ya vio la mala leche?

Robaste porque te lo ordené, pero si te cachan todo lo voy a negar… ah, y te meto a la cárcel… pa’que aprendas.