El resultado de la elección del siete de julio fue peor de lo que se esperaba… Herido, el grupo en el poder reparte hoy culpas y cierra fuentes de empleo en venganza de la crisis que él mismo propició.

img724

El debilitamiento del marianismo no tiene vuelta de hoja. Su peor lucha es contra él mismo, y aunque nos dicen que ha pensado en movimientos espectaculares -como remover a Miguel Moctezuma de la Segob, para ceder el lugar a alguien que sí lo ayude a sobrevivir este trecho de su gestión- lo ha invadido el sentimiento de venganza, hacia aquellos que no acataron la orden para conseguir una votación masiva a favor de la causa que usted ya sabe.

Tras una tregua, debida a la temporada electoral los servidores públicos respiraron unas semanas. Tenían que cumplir con la tarea de la multiplicación de votos.

Pero, muchísimos burócratas ejercieron el derecho de votar por quienes ellos decidieron. No por el partido que les ordenaron. Y como entre ellos, para su desgracia, lo que sobran son los infiltrados, pues ahí tiene usted los tremendos reportes de cientos y cientos de servidores públicos a quienes hay que dejar fuera de la nómina porque… apoyaron otras causas.

Encabeza la lista la Secretaría de Salud. Para empezar el compadre don Loncha (Jorge Luis Vázquez Soto), a quien le tocó la desgracia de tener un hijo que contendió por el PAN a la alcaldía de Apizaco. Así que ese personaje y el nutrido grupo de seguidores, van para afuera…

Fuentes al interior del Ejecutivo nos aseguran que en esa lista de dependencias afectadas por el terrorismo laboral están Secte, la ex secretaría de la Función Pública (hoy de nuevo Contraloría del Ejecutivo), Finanzas y desde luego la Secretaría de Seguridad Pública.

Los despidos prácticamente afectan a todo el poder ejecutivo pero estas dependencias son, según nuestras fuentes, las más perjudicadas.

¿Sirve de algo que el Seguro Social nos haya colocado el bimestre pasado en el tercer lugar nacional en generación de empleos?

No, pues los despidos que ya se están dando se van a encargar de recuperar las cifras negativas.

Y todo por no votar por el partido del patrón.

Con esos números nos es posible sostener:

1.- El voto de castigo partió del mismo personal del Poder Ejecutivo de Tlaxcala. Es una manera silenciosa y efectiva de vengar maltratos y atropellos de la cúpula con el mando. Nadie tiene derecho a cuestionar las decisiones superiores; pero como el voto, se supone que es libre y secreto, tuvo un mejor uso que la pretendida manipulación con la cual a personajes de muy bajo nivel, como Manuel Cavazos Lerma, les dio por anticipar carros completos, luego aceptar que tal vez no se alcanzaría un nivel tan elevado, y al final, aceptar que sufrieron la humillación más escandalosa en las urnas.

2.- Ese voto también se dio entre los empleados de los ayuntamientos de todo el estado. Hubo razones de sobra de de los distintos sindicatos para rechazar al marianismo.

3.- La derrota fue rotunda. En los municipios más grandes el PRI registró históricas palizas, salvo Apizaco, donde un débil triunfo de a penas ocho votos, podría venirse abajo en cuanto la impugnación llegue al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Ante su impotencia en la elección, hoy a ese debilitado sistema de gobierno le asiste un incontenible sentimiento de venganza. Y los servidores públicos serán los primeros en pagar los platos rotos.

Esa decisión es de lo poco que el marianismo aún tiene a su alcance tras, dilapidar recursos y una interesante aceptación popular que, en tres años se hizo añicos.

Y viene la parte más dura para el gobierno. El trecho en el que la popularidad del líder baje al peor nivel en cuanto se conozcan los nombres de quienes habrán de sucederlo en el cargo.

Claro, si antes no decide dejar la plaza porque, ha confiado a sus íntimos que a estas alturas le da lo mismo estar aquí o en el DF.

Mi pregunta es, ¿por qué en el DF?