No hay peor ciego que el empeñado en no ver, y lo que está a la contemplación de todos es el cochinero más escandaloso del que se tiene memoria… ah, pero la culpa es de los medios… ¡condenados chismosos!

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Ajajá, ya los vimos… dicen que desde la gestión de un tal Güicho, que hoy es dirigente apócrifo, en cierta dependencia gubernamental encargada de buscar chambas para ofrecerlas bajo una definida política social, se almacenan y distribuyen desde láminas hasta cobertores y otros enseres  para repartirlos a granel ahora que se ofrezca, con motivo de la elección del siete de los corrientes.

Bueno, ya van dieciséis denuncias por coacción del voto presentadas ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), cifra que nos coloca en tercer sitio, tras Veracruz con 73 y Puebla con 50.

El común denominador de dichas quejas es el desvío de programas gubernamentales para comprometer el voto de ciudadanos, sobre todo de comunidades rurarles, donde la pobreza alcanza niveles de gravedad.

Aquí, por ejemplo, díganme quién va a despreciar unos bultos de cemento o unas láminas para guarecerse del mal tiempo; un cobertor para aligerar las gélidas temperaturas que se dejaron venir con este frente frío o, de plano una despensa, con la cual podrá paliarse el hambre.

Tomen ustedes nota. En esa dependencia que les platico disponen de un padrón indígena (con datos sobresalientes: domicilio, nivel de pobreza, número de miembros y hasta sus más acariciados sueños) para poderlos atender de acuerdo con el número de credenciales del IFE estemos hablando.

No interesan las familias con demasiados chamacos y por lo tanto con una necesidad extrema, sobre todo si los papás de esa prole carecen de su respectiva credencial para votar con fotografía.

En cambio, las familias con abundantes jóvenes en edad de votar, sus papás y hasta sus abuelitos, están en la mira de quienes han ido depurando las listas de menesterosos con las cuales alimentan bases de datos, listas para conocer también la ideología, pertenencia a grupo y nivel de riesgo, porque se acerquen a una de esas familias que se hacen de la boca chiquita porque creen (jaja) que al aceptar regalos automáticamente se convierten en cómplices de un delito con graves consecuencias.

No tiene usted idea de lo que significa una playera para una mamá en angustia permanente. Lo que menos le interesa es la carota o las siglas del candidato o candidata… ella quiere tener una prenda de vestir. A todos les ha aceptado el regalito, pero ojo, en eso consiste el mapacherismo de postgrado, hay que conocer información más profunda, por ejemplo, si fuese posible ofrecer una lana, con cuánto se conformaría ó, tiene alguna experiencia en la presentación de alguna denuncia ante instancias electorales.

Ninguno de los dos casos mencionados es atractivo para los cientos y cientos de mapaches, de todos los partidos políticos, pero mayoritariamente priístas, a quienes no ha quedado más opción que emular a sus mayores.

Es decir, si Manuelito Cavazos hizo fortuna vendiendo precandidaturas, candidaturas y hasta cobrando una lanota para pagar encuestas que nunca se hicieron, ahora, por lo menos hay que vender caro el voto.

Si otros amigos y familiares acostumbran hinchar sus bolsillos con dinero que debería aplicarse a una movilización lícita de activistas, pues los líderes y sus achichincles, por lo menos aspiran a embolsarse una lanita, un par de despensas y si se puede, unos sacos de fertilizante, ¿no tiene cultivos?, qué importa, ahí vemos a quién se los vendemos. El chiste es tenerlos.

Y qué ocurre con las tarjetitas telefónicas coloradas. Es derecho de todo priísta mañoso tener al menos un manojo de ella para andarlas presumiendo, no le hace que nada más sirvan para llamar por teléfono… ahí veremos a quién chingados le llamamos.

En las manos del IET estuvo muy a tiempo limiar de las manchigrecas – un amañado y de pésimo gusto método para fijar en el subconsciente los colores verde, blanco y rojo – las más de 126 escuelas en cuyas instalaciones habrá casillas.

Lo dejaron para el último momento y, ¿qué creen que les respondió la manchiestructura burocrática de la SEP? No hay autorización para quitar esas obras de arte.

Por su lado, el mandatario asegura: «yo ni me meto en esos chismos, es culpa de los medios, a ver, enséñenme cuántas denuncias hay».

Muy bien gobernador González. Le informo, hay 36 denuncias de coacción de voto en la Fepade. Lo mejor sería sacar las manos del proceso… lo que no hizo usted en la mitad de su gobierno difícilmente lo conseguirá en este trecho complementario.

Según Gerardo Fernández Noroña, al mandatario tlaxcalteca le aguardan tiempos dificiles con la próxima legislatura.

A lo mejor para eso es la reserva verdad… ya veremos de qué calibre son los cañonazos.