Para muchos esta será una cruda evaluación, incluso aplicada por militantes del partido en el poder, en condiciones de alto riesgo de descomposición social, pues quienes detentan la fuerza se prepararon con esmero para defender como perros lo que el pueblo les permitió ganar.

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Cuidado con este proceso. Hay condiciones atípicas que nos obligan a vislumbrar una complejidad bárbara. A diferencia de la anterior contienda, cuando un menor de edad en la política se encargo de (mal) administrar el recurso enviado desde el centro (hablan de 70 mdp) hoy, la cantidad, dicen que es quince veces mayor. Es un mundo de dinero.

Llega con un Instituto Electoral cuestionado, una Sala Electoral Administrativa a manera de monólogo, y con la necesidad bruta de reponer los bonos perdidos ante el priísta más exigente, el Presidente.

El tlatoani local tuvo que dejar su habitual superficialidad investida de temperamento. Más novedades para desviar ya no hay. Acabó con los notarios. Su venganza está consumada. Ahora tiene que ver por él mismo. Su cabeza está en juego. Por muy amplia que sea la protección brindada por Manlio y por Gamboa, los errores tácticos han sido garrafales.

Dejar hacer y deshacer al retoño fue el peor error. Es una mezcla de excesos, candidez y arrebato de nini… de esos que disfrutan viendo reñir a la gente por un mendrugo de pan (lo hacen a bordo de su auto blindado).

Pero en esa medida creció el rechazo social. Incluso de aquellos grupos dentro del partido en el poder.

Los perjudicaron. Mejor dicho los robaron. Jamás se había visto semejante latrocinio. Quien pecó de inocente… quedó en la ruina. Y con un cinismo, los dirigentes aún tienen arrestos para dar los discursos de mayor inverosimilitud (por cínicos)

Un buen día, les da por repartir tarjetas de crédito telefónico con el emblema de su partido. Es una vulgar y mala imitación de Monex, que en su momento manchó la elección Presidencial. Aquí es monex y soriana de petatiux.

Y con ese, «me vale», lo aceptaron Sí las repartimos ¿Y?

¿Y?

Pues qué consuelo, verdad.

Para paliar los odios crearon una comisión de preservación del entorno político. La carabina de ambrosio. Convocada por Alberto Banck, recién desempacado, pero muy polvoso representante de la Secretaría de Gobernación, el ambiente se enrareció más.

Tengo una hipótesis. La soberbia de estos personajes, hartos del exceso, les ha llenado de chinguiñas los ojos y no ven a los competidores que tienen enfrente. Se han dedicado a lisonjearse. Les falta tiempo para polvear sus grotescas narices y lanzarse piropos sin descanso.

Mientas, derecha, izquierda y los nuevos rumbos ideológicos inventados por la creatividad tlaxcalteca, hacen su juego ante dos escenarios:

1.- Cosechan el rechazo a la política de crueldad social desplegada por la administración. Eso les permite avanzar a pasos firmes. No hay quien no se queje de la falta de empleos, seguridad y servicios. Es parte de una espantosa campaña de ahorro… el ahorro de la sinrazón.

2.- Se enfrentan a un enemigo que todo lo tiene preparado para desactivar sus intentos de derrocarlo. Porque de eso se trata esta elección. Hay tanto resentimiento que por primera vez se han puesto de acuerdo. Hay que demostrarle en la urna lo mucho que lo malqueremos, dicen.

Mas ese desamor de poco vale. Todo, insistimos, todo ha sido planeado para responder a la artillería de las oposiciones.

Solamente una tragedia electoral para el PRI podría revertir ese atrincheramiento. No habrá medicamentos en las clínicas, ni policías, ni secretarias en las dependencias, pero abundan los espías, tomando fotos a quienes podrían jugar dobles cartas al gobierno.

En eso se nos ha ido la vida. En planear cómo acabar con el prójimo. Esas es la arenga de un liderazgo bizarro. Cualquiera, hasta de su mismo partido haría las cosas de otra manera. Anteponiendo a la gente. Él no. Tiene graves rencores contra todo y todos. Y si no los cumple ahora, como el poder es efímero, ¿cuándo?

Hay evidencias de el engrosamiento de la hacienda de uno solo y sus incondicionales. Que todos los demás mueran de hambre. Si son pobres… pues más rápido.

Entonces toca el turno a la vil mentira potenciada con notas en los diarios.

Para paliar esa imagen degradante, se habla de una gestión multimillonaria para la univesidad pública. Y ha tenido que aclarar esa infamia el rector de la UAT. La cantidad monumental que se cacarea tenía un antecedente en el Presupuesto de Egresos.

La tal gestión extraordinaria quedó en una tomadura de pelo. Precisamente hoy que comienzan las campañas de alcaldes.

Son miles de tlaxcaltecas intentando nuevos rumbos para sus comunidades. Desde las más humildes, hasta aquellas con movimientos propios de las grandes urbes.

El siete de julio Tlaxcala va a cambiar. No sabemos si para bien o para mal. Ello va a depender de la participación de la gente, de las buenas manos en esta mesa de mármol donde está en juego el destino de los próximos tres años, en las alcaldías y el Congreso, pero acaso de los próximos dieciocho años si abordamos el tema de la gubernatura y el futurismo con el cual desde ahora la ven aquellos a quienes ha tocado hacerla de protagonistas en esta parte de la historia.