Se sirvieron de nuestros paisajes y nuestra anfitrionía, pero nos dejaron esperando el anuncio que algo bueno traían para el estado más empobrecido del país

A Tlaxcala le cayó bien la visita del Presidente… no nos regateó el tiempo; se organizó un histórico montaje con motivo de La Carga del Sable, y hasta hubo tiempo para que la bella Primera Dama, activara el aplausómetro a favor de su marido en pleno día de las mamás, cerrando ese detalle con un tierno e inesperado beso de amor…

Fuera del guión, que abarcó de lo histórico y solemne al rosita muy al estilo Televisa, la agradable visita se dio, y nosotros seguimos en las mismas. Hasta recordé la filmación de El Zorro, con Antony Hopkins y la celestial Catherine Z. Jones (por cierto, hoy con tremendos problemas de bipolaridad); bueno en aquella ocasión varios de nostros fuimos contratados como extras.

Esta vez nada más se aprovechó el bello escenario. Pero ningúna inversión. Cero anuncios de programas benévolos con el bonito paisaje de los trenes y los magueyes. Como quien dice, pusimos la casa para que otros montasen la carpa, bailaran, comieran y se fueran.

Esperábamos dinerito para abatir nuestra pobreza. Para surtir nuestras saqueadas farmacias o, para que todos aspiremos a una casita medianamente aceptable.

Eso sí, nadie pudo evitar las experiencias jocosas… desde la esperada silbatina al señor don Manchis teniendo a Peña Nieto como testigo de cargo, hasta las cámaras de la empresa de Emilio Azcárraga, cumpliendo con el encargo de captar a Mariano en situación incómoda.

Y lo sorprendieron sonando su nariz con una servilleta de miqui maus, ante la mirada entre: ¡oye qué asco!, y  ¡ni te veo, ni te oigo!, del procurador Jesús Murillo Káram, a quién le tocó estar sentado a lado de don González…

Digo, con todo y sus disparates, pero Fox venía a dejar, por lo menos bicicletas (jejé) y Calderón, la centaviza para la salud o para los caminos.

No es reclamo, pero, para ilustrar al señor Peña Nieto, hace varios decenios andábamos tan, pero tan amolados (no tanto como ahorita) que el entonces gobernador don Emilio Sánchez Piedras, demandó a la Federación actitudes realmente solidarias con el pueblo al cual no se le podía medir con la misma vara: «no se trata igual a los desiguales», reclamó.

Y entonces vino la modernización de Tlaxcala. Por eso, nuestro estado es uno antes de Sánchez Piedras, y otro, dinámico y expresivo, tras esa bien recordada gestión.

A Peña Nieto le decimos con respeto: bienvenido cuantas veces lleve el gusto, pero sea tan gentil de traernos algo, y que sea importante… la pose, el saludo y los besitos presidenciales, pos aquí se ven mejor verdad, pero lucirían más si nos dejan satisfechos porque nuestra desigualdad no pasó por alto.

Aquí es donde me pregunto, y dónde quedó la expresividad del señor don González. Era el momento para abrirse de capa ante Peña y pedir y perir… total esa acción no empobrece… dar es lo que aniquila… pero como es tan orgulloso, ya parece que va a asumir el papel de líder del estado amolado.

Todo listo para la elección

Ojalá en la impresión de las boletas vaya la garantía de una elección nítida. Que las desconfianzas expresadas por el diputado Gelacio Montiel Fuentes, relativas a lo amañado que pudo haber sido la contratación del Instituto Electoral de Tlaxcala (IET) no sean más que una iquietud sin fundamento.

La reacción de la presidenta de ese organismo, Eunice Orta Guillén, rechazó preferencia alguna, pero como estamos en el sexenio garante de las cajas de cristal, pero se reparten chamarras y se pintan manchigrecas en las escuelas (por cierto, ¿ya las pagaron)… qué bárbaros) es lógico que personajes como el perredista Montiel Fuentes expresen una legítima desconfianza.

Y luego, con el antecedente, hasta violento, de la empresa y el dueño de ella, que imprimió las boletas allá por 2010… pues ahí tiene usted la exigencia que esta parte del proceso sea completamente limpia.

Ese PRI anda muy raro

De nueva cuenta nubla la simulación de sus dirigentes el desempeño del partido en el poder. Hace unos días el delegado del CEN, Manuel Cavazos Lerma, habló de una ventaja que de ser cierta describiría una situación irremontable… «como diez puntos».

Si esa cifra se obtuvo con alguna de las encuestas de Mitosquis (que no Mitofsky) con las cuales jugaron a los precandidatos el dedo en sus inocentes encías, pues ya estamos viendo el evento trágico, descrito con el lenguaje propio de los Cavazos y los González Sarmiento, en pleno tiempo del peor ataque ejecutado ante instancias superiores por los manitos Temoltzin, quienes han dejado correr la versión en el sentido que todas, absolutamente todas las candidaturas tricolores son cuestionables.

«Y todas ellas se pueden caer»