La visita del presidente Enrique Peña Nieto a dos de las comunidades más pobres del país, Tequexquitla y Zitlaltépec, tiene un profundo significado y es la necesaria y urgente evaluación a un régimen del que muchos tienen opiniones francamente malas.

A propósito del hambre y la resistencia a creer que nuestra entidad ocupa los primeros lugares, la visita que hoy realiza el presidente Enrique Peña Nieto tiene un especial significado. Encabezará sendas actividades en El Carmen Tequexquitla y Zitlaltepec, dos de las comunidades más castigadas, por el desempleo y, por esa política de virtual segregación, pero maquillada con la presmisa de: resarcir el tejido social.

¿Es insano plantear al Jefe de las Fuerzas Armadas de la nación que en el primer tercio de esta administración, la creación de empleos bajó, de diez mil creados antes de iniciar esta gestión a menos de dos mil que, según datos del IMSS significan una lacerante realidad en Tlaxcala?

No lo es. Al contrario. Nos urge un muro que contenga la voracidad desbordada de quien a estas alturas del régimen perdió la dimensión de las inversiones en temas, de naturaleza hostil entre grupos políticos, y soslayó la vulnerabilidad de un pueblo asistido por instituciones, agresivas en el caso de la Procuraduría, sumidas en una terrible corrupción como ocurre en la Secretaría de Salud, y con una inseguridad que nos lleva de los feminicidios, como la horrible decapitación de una agente de policía que resguardaba oficinas de gobierno, hasta los asesinatos a sangre fría, como el del empresario recién suscitada en Chiautempan.

Decir que la desaparición de dieciséis notarías en tanto el más importante logro del régimen se habría dado en condiciones de un impresionante gasto que pudo haber corrompido la representación del Poder Judicial Federal, lleva verdadera dedicatoria al Consejo de la Judicatura, cuando pueden invocarse los artículos 39 y 43 del Código Federal, donde se condena el convite entre autoridades y jueces; se instruye a excusarse a los juzgadores y se aplican severas penas a las autoridades que por adelantado hacen público el sentido de una sentencian (no olvidemos el desmantelamiento adelantado de esas notarías).

Y aunque aquél es un asunto inherente a grupos políticos destinados a odiarse a perpetuidad, no está fuera de contexto el reclamo de los constructores al trato deferencial con dos empresas en particular: Adelco SA de CV, y Breico SA de CV, ambas creadas con capitales sociales menores a cinco mil pesos, pero con un crecimiento tan exagerado que, tal no puede existir sin el interés especial de una autoridad coludida -dicen que con un junior que cada día cobra mayor popularidad, y no precisamente positiva.

Es precisamente la opulencia en que esa parte de élite en el poder lastima al tejido social, cuando uno se entera de adquisiciones fuera de todo contexto, como el penjaus (mejor penthouse) en Santa Fe  donde atrás quedó la vida provinciana y comenzó la convivencia con verdaderas luminarias del espectáculo. ¿Y por qué no, si hay capacidad económica sobresaliente para vivir ese sueño?

Hoy, que ha llegado a 22 el número de víctimas de aquella explosión de pólvora en Jesús Tepactépec, municipio de Natívitas, nos indigna que hayan tenido que enfrentar la peor miseria desde el mismo momento de la tragedia, cuando tuvieron que llegar asistencias de Puebla, México e Hidalgo, porque aquí, o no se contaba con el recurso o sencillamente se negó. Tenemos dos helicópteros. Otros, de otras entidades fueron los que entraron en acción. Estos ni se echaron a andar.

Este es un marco de realidades.

Hoy va a haber rifa de casas para esos pobres que accedan a echar la porra y se dejen trasladar desde muy temprano.

Pero las acciones esperadas al inicio de la gestión se han limitado a informes de actividades que, en realidad son besamanos, fuera del Recinto Legislativo, y los huéspedes de este, sometidos a la parálisis que ocasionan los cañonazos de miles, a veces millones para formar parte de la pachanga en que devino la relación entre poderes.

Habrá que seguir con lupa el lenguaje corporal con el cual reciban a la senadora Lorena Cuéllar Cisneros, quien tiene el mérito de haber desencadenado la reprobación al comportamiento de la Secretaría de Desarollo Social y su titular, Rosario Robles, cuya renuncia llegó a tomarse como condición para no abandonar el Pacto por México.

La Cuéllar es también la principal adversaria de Mariano, quien en su momento se encargó de vicitimizarla, de hacerle prácticamente una campaña con aquellas vulgares maniobras persecutorias, cuando vivía la transición de diputada local priísta, a abandonar su partido, hacerse lideresa de la oposición y arrasar en aquella elección federal, claro como parte de los escombros que aquí en la zona arrastró Andrés Manuel López Obrador.

Hoy, es sano visitar la entidad donde el partido en el poder degeneró en mercado de precandidaturas y foco de insidias impulsadas desde el mismo seno del poder, para arrancar dinero a la mala a aquellos legítimos aspirantes a alguna alcaldía o diputación.

Nadie se va a olvidar del corriente engaño consentido e impulsado por el delegado, Manuel Cavazos Lerma, para manejar, como verdaderos tahúres, hojitas que aparentaban ser encuestas aplicadas por Mitofsky, que en realidad acuñaban el más escandaloso y chafa fraude del que se tenga memoria en ese partido.