Se va descorriendo el velo de lo que será una intensa elección intermedia, en julio próximo, cuando el mapa electoral apruebe al marianismo, o esté en posibilidades de hundirlo.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no tendría porqué conflictuarse consigo mismo en Tlaxcala, porque los números no mienten, y estos, obtenidos por dos encuestadoras de sobrado prestigio colocan supuesto e inexplicable delfín marianista en una posición realmente desventajosa.

Está comprobado que a fuerza... ni los zapatos entran… ni se ganan elecciones internas, mucho menos constitucionales y ni con inyecciones monetarias desesperadas se pueden revertir los posicionamientos en la preferencia de un electorado plural a todas luces, exigente y con algunas razones para castigar esas ilógicas actitudes aplastantes de un sistema que ya comprobó en 2012 el veredicto impasible de los electores en todo el estado.

Poco a poco, el diputado con licencia Ramiro Pluma se fue sobreponiendo a cuadros, como el de Anabell Ávalos Zempoalteca -la actual delegada de Sedesol- quien en su momento ostentó el incuestionable liderazgo, producto de su intensa campaña a senadora (lástima para ella que le pusieron a un compañero de fórmula, Joaquín Cisneros, fuera de toda posibilidad de captar el voto de los tlaxcaltecas).

Es interesante ver la cercanía del también diputado local con licencia, Héctor Martínez García, beatricista de hueso colorado y una vez más motivado a contender por el municipio capitalino. Son pocos los puntos de diferencia con Pluma, pero estoy seguro que los años ya le pesan. Ciclista, fondista, locuaz e incansable sujeto de la tradicional política tricolor, el legislador del tricolor es hoy, según Miroksky y Gea Isa, una de las ofertas más importantes del partido en el poder.

Tal vez los dos cargos que ostentó en el gobierno fueron la peor carta de recomendación de Aldo Lima Carrillo, hijo del ex alcalde tlaxcalteca y ex dirigente priísta, Ariel Lima Pineda, cuya trayectoria parece estorbar al ex coordinador de Ecología y ex titular de la Comisión de Aguas del Estado.

Nunca para los políticos los excesos han sido buenos compañeros, aunque se trate del ámbito laboral, y mire que ostentar ese doble título en la actual administración estatal no es asunto meritorio cuando se contempla la creciente de despidos… la disminución, tangible y dolorosa en el tema de los empleos.

El ex diputado local Carlos Bailón Valencia, discreto, dueño de un indiscutible discurso, de esa retórica necesaria en un partido abatido por el bárbaro del norte, Cavazos Lerma, que lo vino a convertir en vendimia de candidaturas y paellas sin sabor (pero caras y a fuerzas), se coloca en la posición menos favorecida.

El escenario dibuja a un Pluma con recursos electorales para dar la batalla a Adolfo Escobar Jardínez, el inminente abanderado de la alianza PAN-PAC, por cierto, también diputado local con licencia y campeón de las candidaturas plurinominales.

Vemos en el otro extremo a Paco Hernández, con la rúbrica de Lorena Cuéllar, pero con una considerable aceptación en el perredismo local, como lo demuestra el apoyo de siete de las nueve tribus. A excepción de dos, leales y constantes a Víctor Briones Loranca, de quien crece el rumor de un relativo posicionamiento, con el apoyo del marianismo.

Y aunque no deja de ser un mero rumor, tampoco pasa inadvertido para la militancia amarilla, cansada de la extraña participación de Briones, con un sino de perdedor, pero eso sí, con sobrada capacidad para estorbar.

Será que la omnipresencia de la senadora Lorena Cuéllar en el municipio de Tlaxcala, no ha dejado escenario sin dedicarle el suficiente tiempo de reflexión y la operación adecuada para aumentar sus posibilidades de reiterar su papel protagónico en los procesos donde se juega el destino de la capital.

La otra tribu amarilla que mentiene sus reservas sobre Paco Hernández, es la encabezada por Sergio Juárez Fragoso. Es lógico, ¿cómo esta ala del perredismo, que antepone el principio de la Izquierda a toda negociación por pragmática que parezca, podría dar su brazo a torcer con este proyecto que, surgió de súbito en el perredismo y ha mantenido un crecimiento sostenido desde la llegada de la ex alcaldesa Cuéllar Cisneros.

En la Cámara de Diputados

Las legisladoras panistas, Aurora Aguilar Rodríguez y Leonor Romero Sevilla, llamaron a gobiernos como el de Tlaxcala, a deponer la actitud hostil en contra de medios como e-consulta.

A lado del líder del grupo parlamentario, Luis Villarreal García, del  diputado presidente de la Comisión de Seguridad, José Guillermo Anaya Llamas y de otros destacados panistas, condenaron la persecución en nuestra contra y propusieron modificar la constitución para actualizar a las trece entidades federativas donde los llamados delitos contra el honor se emplean de manera añamada para acosar a líderes de opinión, en esquemas retrógrados y con el rechazo de todos los sectores en el país.

No ha sido menor la intervención del albiazul en la Cámara Baja del Congreso de la Unión. Sus efectos de corto plazo han sido descorrer el velo de una realidad que lo mismo afecta a comunicadores aquí en Tlaxcala, que en otras partes del país, como Veracruz, estado que en manos de Fidel Herrera llegó a considerarse como el más riesgoso para la integridad de los comunicadores, dada la elevada cifra de periodistas asesinados o lastimados a causa del desempeño de su labor.

Quedó de manifiesto que la tentación arbitraria de gobernadores confundidos con el uso del poder, no debe permitirse más en un país que se esfuerza por conservar el avance democrático gracias al cual se desmitificó esa intocable figura presidencial, y las formas canallas de hacer bullying a quienes tuvieron que abrir brecha en lo que hoy muestra un considerable avance.