Lo gritó el propio tesorero: saquean las finanzas el secretario del ayuntamiento, Alfredo Cuesta y el primer Regidor, Ajax Domínguez, perdón pero faltó el nombre de Alex Ortiz.


Es bochornoso lo que ocurre en Apizaco, Tlaxcala, un municipio con tal poder económico que, las autoridades se vuelven locas al ver lo que se puede lograr, haciéndose de la vista gorda, jineteando el dinero, o de plano encabezando –cual jefe del crimen organizado – acciones cuyo único fin es ganar dinero, no importa si con ello se atropella a la gente.

Alex Ortiz Zamora, es un panista que reúne los elementos para adelantar que podría ser él la gran detención del sexenio en cuanto las autoridades se decidan a descubrir el mar de corrupción que, según el tesorero municipal, es producto del saqueo a las arcas municipales, propiciado por el primer regidor, Ajax Domínguez García y el secretario del Ayuntamiento, Alfredo Cuesta.

Lanzar una acusación de ese calibre, sobre todo en voz del tesorero municipal es la enésima alerta para que las autoridades panistas dejen de ser los timoratos cómplices de un sedicente panista, le reserven una celda en la cárcel –junto con sus cómplices, el tesorero, el primer regidor y el secretario del ayuntamiento – y se dispongan a descubrir los porqués de la miseria administrativa en un municipio rico, próspero y tranquilo, hasta la llegada de la banda encabezada por un médico que según se ve, resultó todo un delincuente en cuanto tuvo el poder en sus manos.

Ausente de su responsabilidad le sido imposible impedir que aflore la podredumbre. Y lo hizo su compadre el tesorero, un hombre multimillonario al que, se supone, no le haría falta medrar en una administración municipal. Pero cincuenta policías sin su correspondiente salario y una cauda de pruebas incriminatorias en contra del partero-político son la temible información suelta de una vez y sin temor a sus consecuencias legales.

¿Qué estarán esperando las autoridades? ¿Un muerto? O ¿Varios muertos?.

Nuestro triste papel en el escenario nacional como la entidad menos transparente debiera mover la conciencia de quienes tienen el mando para poner orden en esta vecindad de rateros desquiciados en que devino el ayuntamiento de Apizaco.

En este ayuntamiento, el más chimuelo masca clavos. Y se dan los casos de un regidor de la talla de Cesar Carvajal vendiendo a precio de oro una de sus propiedades a Alex Ortiz, el alcalde que con millones apacigua el cortoplacismo grillo que lo amaga con tirarle el negocio.

¿Qué otra prueba quiere la autoridad? Acaso estamos condenados al silencio cómplice de grupos panistas en el poder?, ¿no que muy derechos?, ¿no que por una patria ordenada y generosa?

¿Con delincuentes como Alex Ortiz?

Eso es pitorreo.