Y seguramente lo veremos en indescriptibles problemas legales por haber dispuesto de recursos para obra pública, pero el sujeto se encuentra solo… estado, federación lo dejaron a su suerte, ni la Mitra que tanto jugo saca a Natívitas se ha conmovido.

Esto parece argumento de una de esas cintas del cine mexicano, dedicadas hundir la mexicanidad, resaltando corrupción, crimen, crueldad… pero así es. Cada institución, cada grupo, ha aprovechado la oportunidad para salir en la foto o hacer declaraciones respecto a los muertos y los lastimados en Natívitas, el pasado 15 de marzo, pero les toque usted el bolsillo porque, como dice la voz popular, «ahí la puerca torció el rabo».

¿Entonces a qué fue a Natívitas el gobernador Mariano González?

A dar el pésame. Se agradece. ¿A soltar una lágrima?… bueno, pero, yo pensaba que su presencia obedecía a poner a la disposición de la autoridad local o directamente de los afectados, del fondo de contingencias que, seguro tiene previsto su gobierno para casos como este.

Tengo la pena de comunicarles que no fue así.

Sabedor de su correponsabilidad en la tragedia -¿a qué se dedica su personal de Protección Civil?- el presidente municipal, Javier Quiroz Macías, tomo la grave decisión de cometer peculado, afectando partidas para financiar obra pública. Con ello, reveló el problemón legal al cual se enfrenta, pero expuso una crisis aún peor: la administración estatal dio la espalda a un pueblo herido, al cual le urge ayuda.

Nadie quiere que los suyos se lastimen. Lo sucedido nadie lo puede reparar. El futuro inmediato es muy duro: aceptar que la mamá, el papá o un hijo, murieron en la explosión, pero, bueno, nos dicen que ni en la adquisición de los féretros hubo solidaridad oficial.

¿Y los amputados?, ¿su tratamiento, constantes viajes de familiares a los hospitales?, ¿aquellos que perdieron la vista, el oído?

¿Acaso cree el gobierno que ellos no comen?

Juntemos los inútiles gastos realizados en viajes por distintos países. Los traslados en helicóptero. Los informes ciudadanos (aunque el último se cebó, pero de todos modos hubo derroche), las brutales comisiones que van a dar a las cuentas de funcionarios de Oficialía Mayor, Salud, Secoduvi.

¿No alcanza para mandar una cantidad en parámetros de dignidad? Yo creo que sí.

Pero nos agobia la codicia de quienes no tenían poder y lo llegaron a tener… y locos se quieren volver.

¿Donde están los ahorros tras el despido de cientos de empleados, mil 500, reconoce el mandatario estatal?

Se lo pregunto porque la cuenta bancaria, «aperturada» (como dicen los ejecutivos del banco) para captar donaciones, a dos semanas de la tragedia ha captado la irrisoria cifra de 6 mil doscientos pesos.

¿Para qué sirve la coordinación de información?, El titular, Raymundo Vega Crespo, no difundió el número y el banco (0192260719, Bancomer). En cambio, se dedicó a enviar fotos muy sentidas con rostros compungidos, tristes, pero de gente avara que en cuanto pudo zafarse del compromiso no lo dudó.

Con el respeto que nos merece, la Mitra ha sido incapaz de mover un dedo para tender la mano a una de las comunidades de donde obtiene miles y miles y miles de pesos (ya viene el 29 de septiembre, cuando hacen falta cajas de cartón de este tamaño para llevar el efectivo producto de las limosnas).

No me gusta comentar esto, pero el Obispo, Francisco Moreno Barrón es, según nos hemos enterado, material y frío a la hora de hacer cuentas. ¿Una misa presidida por él?: Siete mil pesos, constantes y sonantes. ¿No hay dinero?: No hay misa. ¿Está incompleto?. No hay bendiciones. No hay confirmaciones.

Conste que los cohetes los llevaban a bendecir. O sea, la venta de ideas para preservar e incrementar a la feligresía, abarcan acciones de alta peligrosidad, como lo vimos el 15 de marzo.

Ni ello los mueve a motivar a su clientela empresarial, para compartir su generosidad con un pueblo, que ya se está cansando de estas actitudes insensatas.

Y, el presidente Enrique Peña Nieto, ¿por qué no da a Natívitas el mismo trato que dio a Pemex, cuando aquella extraña explosión de un raro gas, acaso extraterrestre en la Torre de la paraestatal?

Igual en Natívitas somos mexicanos. Igual se habría visto como el estadista que pretende ser, sensible a amonestar la incompetencia de las autoridades locales. Pero Peña Nieto no tiene ojos para este desvalido municipio tlaxcalteca.

De no ser por la ayuda enviada por Puebla, el Estado de México y hasta Hidalgo, nuestra inopia habría sido rotunda.

A 15 días de los sucesos en Natívitas, es hora de remover las lagañas que a nuestras autoridades impiden ver con claridad el reto al cual se enfrentan.

Hasta hoy, no hay una lista oficial de muertos, desaparecidos, amputados, sordos, ciegos o con otra discapacidad. Hasta hoy no se cuenta con trabajadores sociales encargados de medir el nivel de pobreza de las familias afectadas para poder tenderles la manos de acuerdo con el nivel de necesidad que muestren.

Fragoso, desandar en el proceso democrático

La crítica formulada por la diputada Lilia Caritina Olvera Coronel, al papel desempeñado por la procuradora Alicia Fragoso Sánchez, no sirvió para sensibilizar a la funcionaria respecto a la expectativa no satisfecha, pero sí para exhibir el grotesco nivel de sumisión con el gobernador, Mariano González Zarur.

El proceso de democratización de la entidad vislumbra a una instutición de la Procuraduría de Justicia, actuando de forma expedita, pronta, eficiente, pero jamás bajo el yugo del gobernador en turno.

Para ello, el Congreso aprueba o rechaza a los integrantes de la terna propuesta por el Ejecutivo.

Pero una funcionaria de este nivel, esperando que su jefe el gobernador la instruya para acudir al Legislativo a cumplir con el llamado a comparecer, me parece un terrible retroceso en la etapa de la Tlaxcala que se dice moderna.