Fue una gira perfecta, no falló la seguridad, no fallaron los traslados y lo principal, los abucheos a Mariano se dieron en tiempo y forma… una licencia sería lo menos indigno para dejar este infierno.

Partiendo de la premisa: «Para una gira Presidencial hay un profundo trabajo de inteligencia», ayer miércoles en la visita de Enrique Peña Nieto a Tlaxcala, el abucheo y los silbidos al gobernador Mariano González Zarur (junto con el alcalde de San Pablo del Monte y un presidente de comunidad), son el sutil mensaje de la temible aplanadora, de vuelta en Los Pinos, para un mandatario de conducta poco atractiva a los intereses superiores.

Al Estado Mayor Presidencial (EMP) y a los subalternos de Miguelito Osorio Chong (digo para ambientar esto con lenguaje tauro-mariano), no se les va una… donde tuvieron que apretar, lo hicieron micrométricamente y los detalles detectados como detonantes del estado ideal para una entidad que reclama a un priísta en el gobierno (y no que reclama la estancia de un priísta en el gobierno).

La segunda premisa podría ser: «Nada falló en la última gira Presidencial de 2012». Esto nos lleva a reflexionar sobre la asintonía mostrada por el mandatario Mariano González Zarur en esta, que pudo ser una batalla lidiada con cacumen para reivindicar sus escasos bonos peñistas, y para mostrarse ante la nación -creo que no detectó los reflectores nacionales- como un elemento pensante del nuevo PRI.

Los expertos en la dulce y fría venganza guiñeron entre ellos discretamente sus ojos… ¡misión cumplida!

A ellos el marianismo no les dio batalla alguna. Al contrario, colocó en charola de plata las inexplicables incoherencias de un político con algo en su interior, tal vez una deficiencia de carácter hormonal o neurológico que lo llevan a exaltar los errores tácticos.

La conclusión de ambas premisas no es dificil de descubrir: «Luego entonces, la inteligencia del EMP y la SEGOB, plancharon al raro gobernador tlaxcalteca».

1.- Mariano debería estar convencido que no se gobierna con ocurrencias. En nada lo benefician. Ayer miércoles probó un poco de sopa de hiel, producto de la conducción errática… hilarante para los profesionales en destruir gente sin delatarse.

2.- Usar la tribuna frente al Ejecutivo Federal y los ojos de la nación, no es para elogiar la escasísima obra en los dos años de su gobierno. ¿Le interesa al país esta miseria? ¡No!, ¿Era el momento para sacar su falta de compromiso con el PRI, aludiendo a los colores azul, amarillo y verde en su administración? ¡No! ¿Le habría convenido enfundarse en traje de estadista y tocar con pies de plomo y altura de miras, los problemas más apremiantes de México, y proponer soluciones? ¡Por supuesto que sí! ¿Lo hizo? ¡Por supuesto que no!

Tal vez solicitar una prolongada licencia sería una salida medianamente digna para dejar de destruirse, arrastrando a un pueblo que nada tiene que ver con sus yerros y conflictos existenciales.

Lo malo es que, registrados los abucheos en su memoria de corto plazo, de seguro la emprende contra la gente… «pinche perrada ingrata, cómo fue capaz de gritarme y chiflarme, pero van a ver, ahora los dejo sin comer… que chillen pa’que se les quite».

Peña Nieto vino a Tlaxcala a comenzar el cobro de facturas. Se dejó querer por los ¿dos mil? asistentes a San Pablo del Monte, y así sin deformar su copetote de Riqui Ricón, hasta ofreció ensuciarse los zapatos para ir a los pueblos a enterarse de viva voz de los problemas reales, vamos, haciendo a un lado interlocutores de mala monta, como ha resultado el actual ejecutivo local.

¿Dos mil personas?

¿Y por qué tan poquitas en pleno despertar del presidencialismo? ¿No ha visto el gusto que siente don Quique Gaviota al activar el aplausómetro, o en chuleómetro?, ¿Por qué no le juntó 10 mil?

Por una sencilla razón. La miseria, que es la médula marianista, genera un permanente sentimiento de venganza en su contra. Y los primeros que la sienten son sus maltratados operadores.

Por enésima vez falló Mario Armando Mendoza.

¿Falló?

¿No será que en su ámbito, utiliza la intligencia del gobierno para acabar con su jefe? o, ¿como fue capaz de engañarlo con las encuestas que lo hicieron confiarse y lo enviaron al sótano en la elección federal de julio?

Falló Noé Rodríguez, el secretario de utilería.

¿Falló?

¿No sería él uno de los más contentos funcionarios -como Ubaldo Velasco- porque a su rasposo amo le fue como en feria en la última visita Presidencial de 2012?

Insisto, una licencia libraría de este infierno al señor que no nació para ser jefe,