Con un pie afuera: Temoltzin Carreto, de la Función Pública y ¿Alicia Fragoso, la procuradora?; yo creo que por eso hay planes para dejar Tlaxcala por… ¿Navarra?

Hay la creencia de que ciertas transacciones a la madre patria -cuantiosas eh- se habrían utilizado para adquirir una ganadería brava, como plan de cierta familia en el largo plazo, no se, por lo que pudiese venir… ya ve que en ocasiones las circunstancias fuerzan a la gente a necesarias mudanzas, a tener la tierrita allá en tierras mediterráneas ahora que la economía penisular anda de cabeza y en el mejor de los casos, tener hacia donde emprenderla.

En una especie de reconquista se habrá dao (el verbo este así, con sabor sevillano) la inversión para adquirir alguna de las divisas, por cierto de muy reciente creación, aprovechando las condiciones inmejorables del apremio de este gremio y sobre todo pues, que se tiene verdad, el cerro de billetes y, pues hay que darles salida, porque juntos son una tentación y un peligro, por aquello de esa maldita inseguridad local.

¿Cuál divisa mercar? Uy, no es que abunden, pero «with money dancing the dog», como esta de Toros El Poblao (Conde de la Maza con semental de Marqués de Domecq. Actualmente se está adquiriendo el semental n.º 4, de nombre «Ingeniero» y un lote de eralas de D. Apolinar Soriano, ganadería perteneciente a la UCTL, eliminando todo lo anterior); La Corraliza (de José Antonio Martínez Uranga), Zubiria Hermanos, en Carcastillo, Navarra. Bueno, la lista es larga: Vicente Magallón, en Fustiñana, Navarra; Los Chiricos, de Don Juan Manuel Simón Canfranc, en Murchante, Navarra, En fin, qué comprar hay, la cosa es tener los euros para convencer, facil por cierto, a estos urgidos ganaderos.

Cerca de la Exposición Ganadera

Como a cuarenta metros al norte estaba la muestra del avance pecuario. Pero eso es de acá pa allá; ahora bien, si lo vemos de allá pa acá, llegamos a la Cabaña, donde pudiste comer unos cortes sensacionales (y dejar la quincena).

Por eso el lugar no era para cualquier mortal pinche, de los que por desgracia abundamos, sino para esa casta que firma (antes era la casta divina) y a veces ni firma porque ni falta que hace.

Bueno para acabar pronto los comensales de los que le platico combinaron los chorizos blancos con chicos trozotes de nalga de toro que Dios guarde la hora…

Convocado por aquél a quien nadie puede decir que no (ya ves a los diputados de engorda que tenemos, nomás esperan que les diga mialma…) dicen que llegó Ruben Flores Leal, a una de las mesas más visibles, así como para demostrar a la demás clientela y a los que nada más se tenían que conformar con aspirar el aroma de las carnes a las brazas, que seguía bajo el yugo marianista (primero lo apoyó, luego se dejó quitar su notaría y al final, nada que lo hicieran secretario de Gobierno).

Como el anfitrión, hoy por hoy el más poderoso de la aldea, no se anda con rodeos (nos dijo un comensal muy pendiente de los detalles), se la suelta sin rodeos: «quería que me ayudes a dominar el Congreso, pero desde fuera».

Hombre, pues el otro creía que ya le iban a dar el hueso añorado en lo que va de este desparpajado gobierno, y le salen con una oferta como propia de amantes clandestinos…

«No mi amigo… desde afuera no te ayudo».

Cuando la gente está hasta el copete reacciona así. Echa la carne al asador y no le importa correr los riesgos que haya ante el tlatoani que todo lo ha desconocido, es más, que atribuye a su apostura los votos dados a madres en aquella elección de 2010, tras la cual vino el desconocimiento de compromisos, al partido, a los grupos que le tendieron la mano, vamos hasta a su jefecita, con aquella ¿célebre frase?: «no tengo madre…»

El rompimiento se dio.

Y vendría la reacción de Flores Leal, con palabras más o menos de las de acá:

«Sabes, mi amigo… ya hablé con Lorena y, de una vez te adelanto que ella, Adriana (Dávila) y Héctor (Ortiz), ya se unieron… ¡y te van a ganar el Congreso!».

Pues ni modo que don Mariano se quedara callado, si ya ves que parece un cerillo:

«Pos de una vez entérate… el muchachito ese Temoltzin (se refería a un jovenazo peloncito que todavía está en la Función Pública) que se vaya despidiendo porque desde que está aquí, puros problemas con él».

Ya se imaginará usted. De este rompimiento se ve venir la salida del señor Temoltzin Carreto y de una pléyade de colaboradores, sin dejar de considerar a la seño de las faltas de ortografía y sintáxis en las averiguaciones previas, la procu Lichita Fragoso.

O sea, aquella carne en La Cabaña, a cuenta del presupuesto les supo a hiel…

Tras el escandaloso rompimiento, dicen, el del bigote más influyente de Tlaxcala volteó a ver a su hijo y le dijo de las de acá: «ora ve a este pinche delincuente, me quiere intimidar… pero si estoy haciendo bien las cosas»… O sea, es de interpretarse que tras haber pactado, con el tiempo le dio por olvidarse de aquellos convenios, como no se debe hacer en el ámbito de la mafia, porque eso desataría el beso de la muerte (nomás faltaba que se lo dieran, a la vista de todos los asistentes).

Antes que comenzara el encuentro (mejor dicho desencuentro) uno de los temas se refirió a un tal Ubaldo, sí, al que se le endurecen los tráileres de cemento porque no los reparte, el mismo que quería ser candidato a la alcaldía de Apizaco y luego candidato plurinominal (y ninguna de las dos).

El gober comentaría en corto a Ruben lo que a veces ve como un juego doble. Lo grave fue la respuesta que encontró: «pues a quien, Mariano, crees que obedece, a tí o a Beatriz?… pues a ella… y la puntilla quedó clavada donde hace tiempo se genera la pus.

Ya después que se fue el mandamás, en la mesa el tal Ubaldo, como quien dice llegándole a los chorizos y cortes recalentados, se dedicaría a tirar madrazos al que le acepta sus cochinadas… «así es… manchis nunca cumple…»

¿Otro en capilla?, por lo menos en un concepto muy por abajo del que siempre había cuidado, que se hizo grande cuando compraron infladísimo el terreno para construir el nuevo Senado, que ha vivido a la sombra de quien hoy ha visto crudamente que la comunicación de aquél con Beatriz, nunca ha dejado de ser una constante, pese a la vida misma, que le debe como político y como funcionario… en fin, esa es la naturaleza humana… las lealtades a medias… el priísmo en pleno….