Blanca, Rosalía, Mariano, Lorena, todos priístas –bueno, una universal- ya sueñan con afianzar la candidatura del PRI a la gubernatura de Tlaxcala.


Aun no se efectúa la elección federal de este domingo y los grupos dentro de los partidos políticos ya se preparan para la sucesión en el gobierno estatal, que se realizará en noviembre de 2010.

Vale decir que del resultado del cinco de julio depende la dirección que se tome en los partidos políticos.

Por ejemplo, el equipo de campaña de Blanca Águila Lima, la abanderada tricolor por el tercer distrito, tiene la certeza de la inminente inclusión en la lucha por el gobierno del estado.

Se trata de una vertiginosa carrera en la política que habrá utilizado a la dirigencia de la sección XXVII del Sindicato de la Secretaría de Salud como trampolín, primero para aspirar a una diputación federal y luego –claro dependiendo del resultado – para la aspiración más alta de cualquier tlaxcalteca.

Conste que la dirigente nacional del tricolor, Beatriz Paredes Rangel, ya pre destapó a la química/enfermera y potencial diputada, atribuyéndole la virtud de pertenecer a la nueva generación, a la que seguramente el PRI dará la oportunidad.

Aunque muchos se resisten a creer que la senadora panista Rosalía Peredo Aguilar ya tiene en su agenda el enésimo cambio de rumbo, es un hecho que en una casa propiedad de Romilia Espino Barba, ya funciona la casa de campaña de la legisladora, quien ahora se propone a buscar la candidatura del PRI a gobernadora de Tlaxcala.

La senadora Peredo es tan, pero tan hábil para lograr sus propósitos que, aun antes del cinco de julio, la militancia tricolor ya se inquietó por lo que puede ocurrir si la experimentada luchadora social consigue incrustarse en el ánimo de su gran amiga, Beatriz Paredes Rangel.

Mariano González Zarur, ha conseguido aliar a los partidos del Trabajo y Convergencia. Se encuentra aguardando la oportunidad de incorporar al PRI a este dúo, con el propósito de lograr una coalición lo suficientemente poderosa como para dar la batalla a quienes contiendan con los colores del PAN y del PRD.

Esta, que sería la segunda oportunidad del criador de reses bravas y actual diputado federal, aumentaría sus posibilidades si, una vez convertida en diputada federal la actual lideresa del tricolor, dimite a su papel de lideresa nacional del mismo.

En el plan del apizaquense también se requiere el ascenso de su amigo Manlio Fabio Beltrones, para que la candidatura tricolor al gobierno de Tlaxcala se encuentre en su bolsa.

Trabaja a niveles obsesivos. Sabe que es posible remontar aquella pequeña diferencia que en 2004 le arrebató el triunfo y se lo otorgó a Héctor Ortiz Ortiz.

Al interior del PRI, estos son dos personajes de la vieja guardia y un nuevo rostro en la política tricolor.

Y habrá que sumar la dinámica figura de la alcaldesa de Tlaxcala, Lorena Cuellar Cisneros, hoy por hoy la priísta más destacada en la entidad y, con los lógicos obstáculos, la mejor posicionada camino a la sucesión.

Los cuatro son priístas (bueno, una es digamos universal). Se la juegan en serio, porque como nunca en su haber dentro de estos quehaceres, una elección intermedia les quedó tan a la mano para entrar de lleno a la competencia por la principal silla.