La bronca amenazaba con extinguir el flujo de efectivo, defendiendo los ataques de cólera del líder, a costa del presupuesto del estado. * Otro escándalo de corrupción, ahora en Secoduvi… cómo acabaron las licitaciones públicas y abiertas.

Bueno, suponíamos que al recién desempacado consejero jurídico del gobierno, Héctor Maldonado Bonilla, lo movía el prestigio bien ganado del despacho donde creció, pero al ver las nuevas hostilidades contra los notarios modelo 2010, nos parece que lo mueve el deseo de no acabar con el litigio en tanto mina de oro para sus muy particulares intereses.

Digamos que el ajedrez entre abogados se ha puesto interesante. Acabaron una pifias y otras comienzan. Hoy, al gobernador le han hecho creer (raro eh) que las facultades conferidas por la ley le permiten volver a repartir descontones entre los dieciséis, bajo el argumento de que no reportaron los registros de escrituración a tiempo.

El ejecutivo local tendrá que medir con el mismo rasero a los restantes y añosos nueve notarios para dar un poco de seriedad a esta nueva muestra de política persecutoria, dentro del estilo de manipulación al temperamento del jefazo, como ya hemos conocido otros casos de no menor trascendencia.

Así que el joven Maldonado seleccionó el lado obscuro del gabinete, porque en el otro extremo -donde gritan desaforados los verdaderos marianistas- se muere uno de aburrimiento con el pesado ejercicio de resarcir el tejido social roto. No… hay que vibrar, emocionarse, sentirse vivo, justificar que los cheques de diez millones de pesos enviados por caso al despacho no van a dejar de fluir.

Si para lograrlo hay que provocar embestidas pellizcando las astas del toro mayor, pues qué caray verdad, así es esto del negocio a costa del presupuesto que, en otras condiciones iría a dar a esos proyectos de crecimiento por los que aunque usted se resista a aceptarlo, hay una parte del gabinete empeñada en conseguirlo.

Mire usted, hay un contraste grande entre la buena onda con la cual el nuevo asesor jurídico explicaría a su patrón aquello de las cancelaciones partiendo de diagnósticos individuales, eso sí, aplicando las facultades que le confiere la ley, a tratar de revivir el muerto de las cachetadas colectivas cuya principal característica es el atrincheramiento de los afectados.

Y ya ve, reiteradamente la justicia federal les concedió razón.

O sea, esta es una de las mil maneras de afectar el presupuesto. Dinero a manos llenas sale de las arcas para defender, no una razón jurídica, sino las rabietas de quien firma los cheques.

Ese es el verdadero activo para los que hacen negocio con Tlaxcala.

¿Quieres hacerte millonario?… pica la cresta al jefe y verás como te llueve dinero.

Otra forma de hacer negocio

Una planta de asfalto de reciente creación me llamó la atención, pues involucra nombres conocidos y lugares comunes.

Allá, a finales de la administración de la saliva y el pulque (sí hombre, de Tulio Hernández) pasó a mejor vida una empresa creada años atrás (con don EmilioSanchez Piedras), llamada Maquinaria del Estado de Tlaxcala (Matet).

Ya ve usted cómo se las gastan los secres y los subsecres. El hecho es que esos implementos usados en su tiempo para la transformación de los caminos tlaxcaltecas, consistente en dos motoconformadoras del año del caldo, y otros cuantos armatostes, pasaron a manos de un particular, dicen -no me crea mucho- que de apellido De la Rosa.

Ese vetusto parque conformó una empresita, llamémosla, «De la Ross Inc» que con el tiempo fue contratada por la Secretaría de Obras (Secoduvi) en el empeño del titular de esta por sepultar las convocatorias a otras constructoras sobre todo locales para poder concursar en el reparto del pastel.

La tesis, también en el contexto de la manipulación al patrón, sugería ahorros sustanciales al hacer la subcontratación directa, para lo cual se envió al cesto de la basura a la Ley de Obra Pública y sus disposiciones para incentivar a la iniciativa privada.

Así que este novedoso estilo de conservar dentro los fajos de billetes evidenció que las convocatorias públicas y abiertas forman hoy parte de una historia de cínicos actos de corrupción activados mediante un vulgar prestanombres que en realidad la hace de gerente de una firma creada con capital de la propia administración, pero para beneficio de un particular.

En el colmo de las maniobras asoma una posibilidad más de obtener pingüés ingresos, obligando a eventuales empresas pavimentadoras a las que deba contratarse por la naturaleza de las obras, a adquirir el asfalto en la planta esa que le platico, localizada por el rumbo de la Vía Corta, de Santa Ana Chiautempan a Puebla.

¿Quién dice que en este sexenio los negocios no son prósperos?

Claro, las ganancias no llegan a los empresarios sufridos que pagan impuestos, no… se hallan en un sistema diseñado por parte de esa amañada burocracia acostumbrada a proveer de verdades a medias a su jefe.

Por cierto, en aquél proceso de venta especial, remate como usted quiera llamarle, gracias al cual la maquinaria de Matet se convirtió en De la Ross Inc., el tesorero del estado era el mismo que hoy trabaja de patrón.

Qué chistoso, verdad… el tiempo pasa, los personajes cambian de puesto, pero el dinero sigue teniendo el mismo destino.