Cada día crece la división en el gabinete. Los leales desesperan por el abuso y manipulación de los enemigos en casa, de los improvisados y de los funcionarios rapaces.

Si al exterior el marianismo se ha confeccionado un traje de tirano, con el cual busca impresionar a sus adversarios, en sus dominios lo invadió una amañada burocracia -de los mandos medios para arriba- que le ha tomado la medida y hoy por hoy conforma a su peor enemigo.

En los pasillos de Palacio no puede contenerse la versión respecto a un líder mermado por los años y avasallado por una serie de ataques disfrazados de enérgicas acciones con una naturaleza rapaz.

Aprovechan el temperamento del hacendado-mandatario para proveerlo de verdades a medias, calculando el resultado devastador de reacciones predecibles que han visto en sus frecuentes estallamientos el elemento clave para obtener beneficio personal.

Entonces crece una brecha entre una porción de gabinete leal, dispuesta a solidificar las estrategias acordadas en reuniones cupulares, donde es posible identificar tres tipos de subordinados: aquellos surgidos de la corriente marianista, atestiguando verdaderas rarezas de su contraparte. Otros, en el lado opuesto, casi operando como abiertos enemigos. Y un tercer nivel en calidad de veletas, indiferentes a las frecuentes tormentas desatadas a causa de dicho enfrentamiento, con un saldo cada vez mayor.

Por ejemplo, los leales están convencidos del torpe atrevimiento en que decantó declarar la guerra al bloque de notarios nombrados por el ex mandatario Héctor Ortiz.

Sostienen que habiendo caminos efectivos como el decreto de suspensión de patentes, procediendo según diagnósticos individuales, las áreas responsables del rotundo fracaso optaron por litigar en medios, sabedores de antemano que su intención reventaría en el mediano plazo, cuando otras instancias interviniesen.

Hoy, el director de Notarías, Cuauhtémoc Lima López, ha tenido que reconocer la calidad de notarios a los individuos procesados a quienes se pensó que dando un trato de delincuentes, sería posible aplastarlos.

Lejos de avanzar en el propósito de despojarles de las patentes, la justicia federal encontró tanto en el gobernador Mariano González Zarur, como en su secretario de Gobierno, Noé Rodríguez Roldán, «estado de contumacia», cuyo significado halla responsabilidad legal, producto del desacato.

En pocas palabras, el gabinete leal a Mariano está convencido que el lío contra los notarios es un rotundo fracaso a causa, de esa actitud aprovechada de funcionarios mentirosos y malintencionados con su jefe, tal vez aguardando un beneficio extra por la recurrencia a despachos externos, con los cuales imaginaron compartir las ganancias exponenciales, en función del daño irreversible que se causó.

La transparencia tronó

Parte de esa misma estructura con la cruz en la diestra y el acero en la otra mano, el filtro de la Función Pública se ha mostrado pasivo ante escandalosos casos de corrupción, como los detectados hasta en dos ocasiones en el sistema Colegio de Bachilleres, donde a los responsables contumaces (para seguir usando el término) les asiste una armadura de impunidad.

Si hubo daño patrimonial a la institución, si la estructura burocrática fue corrompida, al día de hoy todo quedó en escandalosas remociones con nulas consecuencias legales a los responsables.

Aún peor, un nuevo escándalo fue descubierto por los fiscalizadores del Estado, al detectar un millonario daño a las arcas de otro sistema de educación y capacitación para el trabajo: el Cecyte.

Si otra vez una millonaria herida sangra el escaso recurso del ámbito educativo, la pasividad del contralor, hoy con el nivel de secretario, es la más incomprensible antítesis de la energía marianista, cuya explosividad únicamente abarca el ámbito de los regaños mas falla, a la hora de aplicar verdaderos correctivos.

La alta asesoría agravó enconos

Invertir en el estado no comprende el proceso de aprendizaje que a muchos del gabinete les ha costado la vida entera. Así que el señor asesor superior, Mario Armando Mendoza Guzmán, corre gente, protege a otra, maltrata, humilla y acaba por causar el peor perjuicio en la relación de su superioridad con ese vasto aparato burocrático que, le decíamos se aprecia como las aguas del mar rojo al momento en que Moisés las atraviesa… de un lado los buenos, al otro, los que le platico.

La información que se oculta

Entre las diversas dependencias del gobierno marianista cunde la indignación cuando acciones positivas, producto de sensibles sacrificios se ahogan en el escritorio del vocero Raymundo Vega Crespo.

Nadie supo el bloqueo de proyectos con recursos de la Federación, operado por la delegada de la Secretaría de Desarrollo Social, Clara Torres, como uno de los temas causantes del desencanto del llamado voto verde del PRI, limitado a ver como la estrategia de su partido opuesto, el PAN, sí funcionó.

Al vocero lo proveyeron de esa información, casi lo arrinconaron para difundirla, pero el resultado fue negativo.

En más de la política de carácter social, el marianismo utilizó los ahorros, producto de recortes laborales y descuentos salariales, en la construcción de al menos diez mil viviendas, dadas a igual número de familias sin distingo de filiación partidista u origen grupal, según información allegada por medios muy distintos a la Coordinación de Información y Relaciones Públicas.

Otros miles de apoyos consistentes en mejorar la estructura de las viviendas exitentes han sido también destino de esos ahorros que tanta antipatía generaron en la burocracia.

Pero esa información sencillamente fue desactivada.

Es claro que el responsable busca ahondar el distanciamiento entre el gobernador de Tlaxcala y los medios de comunicación, limitándolos a la reproducción de notas que representan una versión parcial de los logros de la administración marianista, como si los beneficiados por esa difusión fuesen clientes de su negocio particular de promoción de imagen.

Radio y Televisión, en las mismas

Se supone que la imagen personal del mandatario podría ser tan intensa como bien lo logra Radio Mas, el sistema veracruzano de radio y televisión con el gobernador Duarte.

Aquí, la vida se les va en pugnas internas, pero la difusión de acciones positivas -sobre todo de carácter social- no tienen cabida en las cabinas de trasmisión o se limitan a tímidas entrevistas, cada vez más opacadas por un modesto proyecto de televisión por cable, aprovechado sobre todo por autoridades con una militancia de oposición.

La manipulación, pero al interior

Dicen en el gabinete que el don de mando de Mariano González Zarur, no es el mismo de sus mejores años.

Hoy vocifera, se indigna y llega al extremo de los temidos berrinches, con golpes en la mesa, zapes y otro tipo de intimidaciones. Hasta ahí.

Amañado, curado de espantos y consciente que los gritos no llevan a un cambio, un creciente colectivo de mandos medios y altos pasa por el arco del triunfo eso que en otras circunstancias debería manifestarse con remociones, inhabilitaciones y hasta procesos legales.

Pero eso no ocurre. Han tomado la medida a Mariano. Abusan de él. Lo manipulan. Lo proveen de informaciones parciales y nunca abandonan la esperanza de obtener una ganancia.

Mariano llegó veinte años tarde al poder.