La asincronía entre el don de mando con treinta años de retraso y la realidad acotada en que le tocó gobernar, ponen hoy su fuero en riesgo.

Los notarios orticistas suspendidos por el gobierno del estado, serían convocados la tarde de este jueves por la directora de Notarías, María Estela García Sánchez, a una reunión privada y con carácter de urgente.

Catorce de los dieciséis fedatarios –los dos restantes desistieron, Rubén Flores Leal porque a cambio le prometieron ser secretario de gobierno y el otro tras haber renunciado a su patente- conformaron un sólido equipo que litiga en bloque y ha ganado al gobierno en cada instancia donde se ha ventilado la decisión marianista por invalidar sus patentes.

Pero ayer jueves, según Reforma, un juzgado federal ordenó al gobierno la reinstalación de Liliana Eloísa García González, notaria tres, hija del conocido ex diputado federal beatricista, Javier García González.

Y si no fuera porque la solicitud de amparo 318/2012 presentada ante la justicia federal se hizo de manera colectiva, su reinstalación como notaria 3 ordenada al gobierno de Mariano González Zarur, no estaría a punto de hacer lo mismo con los trece orticistas restantes.

El asunto no es menor.

Significaría que un Tribunal Colegiado, en tanto última instancia recurrida por el gobierno, a través de su prestanombres, Juan Ignacio Temoltzin Carreto, encontró inconstitucionalidad en sus acciones. Por eso otorgó el amparo.

No hay instancia superior al Colegiado.

En otras palabras, el gobierno y su promovente, hermano del secretario de la Función Pública, no tendrían más alternativa que aceptar la derrota e inmediata reinstalación .

¿Será Liliana Eloísa un caso aislado?

¿El amparo 318/2012 será otorgado al colectivo orticista?

Esos, probablemente fueron los temas abordados en la reunión con la directora de Notarías.

Ante el escenario catastrófico al mariansimo, de haberse demostrado inconstitucionalidad en sus actos, ¿los inamovibles notarios?, podrán reclamar a su denunciante e importante patrocinador pérdidas millonarias tras haberlos suspendido.

Al menos García González, tiene en sus manos la decisión de iniciar un juicio político.

Si el amparo es para todos… el orden de los factores sí alterará el producto, pues, imagine usted a catorce notarios con la suficiente habilidad para remontar su inhabilitación ante el poderoso gobierno estatal, llevando su demanda colectiva hasta las últimas consecuencias.

Este sería el primer juicio político para poner a prueba al equipo jurídico marianista, tan mediano como urgente fue la necesidad de contratar despachos externos para enderezar sus actos.

La debilidad del gobernador ante el arrebato de sus decisiones está a punto de ocasionarle el revés más serio de su sexenio y claro, el inminente riesgo de su remoción.

Me pregunto cuál será el despacho encargado ahora, de litigar ante instancias contra las cuales el poder del ejecutivo local es vulnerable.

¿Cuánto costará, en dinero y en costo político, un eventual proceso de desafuero, ni más ni menos que al gobernador del estado de Tlaxcala?

Aunque esta posibilidad depende del amparo concedido a los catorce notarios, no deja de ser motivo de reflexión, que la estrategia marianista pudo optar por caminos menos pedregosos.

Un pleito iniciado sin calcular daños y menos los tiempos electorales que vivimos.

El recuento de daños

Queda de manifiesto la ilimitada confianza del papá del coordinador de la campaña de Enrique Peña Nieto, a la brutal votación que, arrastre a los candidatos al senado y a las diputaciones federales.

Si no fuera por ello, no habría estallado el estado de quiebra de Pensiones Civiles de Tlaxcala, ni los múltiples reveses legales, en asuntos como la Plaza del Bicentenario, la Central de Abasto, el Tribunal Laboral y ahora, los notarios suspendidos.

¿Quién en sano juicio es capaz de multiplicar de esta manera los frentes, a poco más de cuarenta días de la elección?

Sólo una persona como el gobernador de Tlaxcala, con ausencia de sincronía entre la naturaleza acotada de su mandato y la añorada asunción a un régimen totalitario.

Es un diálogo de sordos.

Frases sin sentido, como: “restituir el tejido social roto”, retumban hoy por la ligereza con las que fueron acuñadas, pensando que estas se diluirían en el mediano o largo plazo, a través de una popularidad a fuerzas.

Es tan complejo el estado de Tlaxcala que, la apuesta de Mariano a ganar de todas, todas, se ha convertido en un verdadero calvario, en detrimento del partido político que pese a los desdenes, de todas formas ve en él a un activo.

Con razón han sido de peso las expresiones de recato hacia el mandatario-hacendado, del propio candidato Peña Nieto. Ni modo de confiar ciegamente en un gobernador considerablemente antiguo.