Ahora resulta que la subsecretaría técnica se convirtió en un cuarto de guerra para el candidato del PRI a la Presidencia, que el recurso enviado por el CEN se queda en un negocio del Portal y que el secretario particular del gobernador se la pasa enamorando güeras en Palacio.

Dicen que el jefe del grupo Michoacán, Asención Orihuela sigue mandando gente a Tlaxcala,  para robustecer la operación a favor de Enrique Peña Nieto.

Dígame que hace la ex senadora Victoria Eugenia Méndez Marquez (suplente del desaparecido líder del SITATYRT Nezahualcoyotl de la Vega), yendo de aquí para allá en las oficinas de la subsecretaría técnica de la Segob (con el tiempo convertidas en delegación moreliana en plena capital tlaxcalteca).

A la seño Vicky le encanta que le digan senadora y por lo que se ve, poco le importa despertar la desconfianza del personal bajo el mando de su paisano Mario Armando Mendoza.

Pero los partidos políticos adversarios del PRI están más que dispuestos a jalar la hebra que, mire usted, va de un extremo a otro del zócalo capitalino; me explico: de lado norte, pues ya sabe verdad, la subsecretaría técnica y, en el extremo sur, el discreto bunker operado por Junior, y de donde salen bola de lonas, mantas y demás propaganda para los candidatos.

Qué gandallas porque a los inocentes abanderados no les dejan opción de buscar mejores precios. La cosa es captar el recurso del CEN y no dejarlo ir. Y parece que así está aconteciendo.

Las travesuras de un pelón

Con un parecido extraordinario a lo que acontece en la subsecretaría que le platico se viven días intensos en el C-4, donde Benito Hernández, el recién ungido titular (sí el que quedó en lugar de JJ a causa de las chuecuras de este) convocó hace poquito a una reunión urgente a todo su personal.

Siendo una herramienta de inteligencia y hasta espionaje, pues todos imaginaron que Benito llevaba instrucciones del Supremo para hacer de esta una dependencia ágil y eficiente.

Para decepción de los presentes, el llamado del ex alcalde de Tlaxcala tenía un fin, digamos… limitado: formarse en torno de la campaña de Enrique Padilla Sánchez, para robustecerla y procurar una votación lo más elevada posible.

Oiga, no se vale

Ambos casos tienen características propias de una abusiva desviación de recursos públicos para apoyar asuntos de carácter electoral y no para cumplir con la ley, que los limita a un articulado muy claro y les advierte graves sanciones en caso de acciones equivocadas.

Yo creo que por eso en días pasados, dos enviados del Instituto Federal Electoral (IFE) llevaron personalmente uno como citatorio al gobernador Mariano González Zarur, quien tendría que presentarse ante la autoridad electoral a aclarar las sospechas de estar involucrado en una bola de cosas chuecas, susceptibles de un castigo ejemplar.

Verá usted. Los señores del IFE, primero trataron de entregar el documento en la secretaría donde regañan muy seguido a Noé Rodríguez Roldán, pero las seños encargadas de recepción de documentos, esa tarde como que nada más hablaban y entendían francés o algún extraño dialecto, porque a los funcionarios que le platico ni siquiera voltearon a verlos.

Así, con toda la indiferencia de la que son capaces, los mandaron a la dirección jurídica.

Sí, tiene usted razón. En esa dependencia tampoco los pudieron atender. Nada más se limitaron a verlos como si llevaran algo extraño en el rostro.

Bueno, pues los tipos en cuestión decidieron dirigir sus pasos a la oficina del gobernador, donde se toparon con un coqueto y desentendido Miguel Ángel Moreno Mitre, secretario particular del mandatario, quien –fíjese- se hallaba en pleno flirteo con una de las guapitas güeras que suben y bajan, van y vienen, entran y salen de Palacio (pero no hacen nada).

Sí, el señor Moreno Mitre tampoco peló a los enviados del IFE.

Así que estos no tuvieron más alternativa que colocar los documentos que se supone tendrían que llegar de inmediato al gobernador Mariano González Zarur, en el portón de Palacio. Haga usted de cuenta que desde el secretario de gobierno hasta el más humilde funcionario, estaban en calidad de zombies.

Qué bárbaros. Pero eso sí, cuando llega la quincena son los primeros en la fila para recibir su lana.

Por cierto, imaginábamos que el malhablado gober habría recibido con un: “qué cosa buscan aquí” a los señores del IFE, pero esta vez brilló por su ausencia o, se guareció en alguno de los vetustos muebles para no dar a cara a quienes nada más le iban a avisar que tiene pendientes con la máxima autoridad electoral del país.