Al parecer el doctor Jesús Fragoso Bernal, va a aplicar sus profundos conocimientos en el ámbito electoral a la zona de San Pablo del Monte… ¿será que entre más lejos de SESA mejor?, lo cierto es que se prepara un cambio que cimbrará al sector salud en el estado.

Es un joven galeno beneficiado con la gracia de la justicia expedita… qué va, más allá, porque en los anales del Poder Judicial no se registra un divorcio tan dinámico como el conseguido.

Cómo no. Hubo una razón de gran peso. En poco tiempo se convirtió en el yerno del sexenio.

Y al parecer su futuro está asegurado. Pasó la primera semana de marzo de 2012, de enlace técnico de atención hospitalaria a encargado de despacho de la dirección de Servicios de Salud, puesto que desempeñaba el malogrado médico petista Juan José Piedras Romero.

Hoy, en la Secretaría de Salud (SESA) muchos están seguros que este singular funcionario habrá de ocupar, ni más ni menos que el puesto desempeñado por el as del bisturí, Jesús Fragoso Bernal, quien debido a sus talentos en el ámbito electoral tendría la responsabilidad de coordinar la campaña tricolor en San Pablo del Monte.

Los mal pensados desataron un sentimiento de desconfianza por esta meteórica carrera en el servicio público.

Otras personas, de buena fe, se esmeran en encontrar méritos a la carrera del señor doctor Luis Enrique Vega Cubillas, quien me recuerda a un secretario de finanzas del pasado quien encontró la llave para ingresar a una de las familias de mayor abolengo en Apizaco.

Claro, hay que añadir que con el tiempo desandó el camino del parentesco, aunque no por eso fue privado de su trabajo. Eso sí, le levantaron la canasta del afecto.

De regreso a lo reciente, no deja de resultarme por lo menos incómoda la manera en que se hizo a un lado el desempeño del doctor Piedras, cuya vida acabó trágicamente en un evento con tantas dudas como profundo y permanente es el dolor de sus deudos.

Vamos, hay quien hasta ha sugerido acciones urdidas en medio de la perversidad para desplazar a un elemento valioso, entre otras causas por haber defendido su inalterable lealtad a la Izquierda y al candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador.

Lo cierto es que su ausencia atizó el fuego de la desconfianza. Y eventos como el que nos ocupa podrían hasta ser tomados como parte de un contexto en la disputa por encabezar una de las secretarías donde la corrupción es una constante, tan a flor de piel que dos vidas acabaron en lo que podría ser un argumento escalofriante.

Pero el candidato a suceder a Chucho Fragoso, ha dejado atrás familia y otras malas (¿?) elecciones a lo largo de una vida, digamos normal, para incorporar sus horas a la parcela nobiliaria, asegurando la dote bajo el legítimo derecho de ser cortesano.

Ojalá haga un buen papel, porque el que sería su antecesor tuvo en estos primeros quince meses de quehacer un desempeño… ¿cómo explicarlo en términos de gastroenterólogo?, ah sí, haga usted de cuenta que tras la fatua cirugía al paciente no le cesa la fiebre, a lo mejor porque lo operó sin ganas… a lo mejor por un cuadro de esos conocidos como septicemia.