Gracias a un eficiente Big Brother adquirido por el gobierno de Tlaxcala, pusieron a buen resguardo a tres que, siendo autoridades se animaban a secuestrar gente. Pero, qué alcances tiene ese gran hermano…¿ los que nada deben están a salvo de que se vulnere su intimidad?


Cuando Antonio Solano Morales, presentó su solicitud de trabajo al alcalde chiautempense, Ángel Meneses Barbosa, pretendiendo colocarse en la dirección de Seguridad Pública, no fue sometido a las necesarias pruebas de confianza.

Y el resultado es terrible. Se trataba de un secuestrador con mando.

Hay que ver la expresión del edil de Santa Ana… incrédulo, ignorante del delito por el que su comandante había sido detenido cuando se disponía a abordar una patrulla.

No por replegarse de semejante y vergonzosa forma, deja de ser responsable. Su rúbrica acompañaba los informes que Solano Morales enviaba a la Procuraduría. Entonces, debe pedir licencia para enfrentar sin fuero, las pesquisas en torno al involucramiento de Antonio Solano, del primer regidor de Teolocholco, Rafael Hernández Águila, y del uniformado chiautempense, David Lozano Ávila, en este que, según la procuradora Alicia Fragoso es el primer secuestro en Tlaxcala.

Eso del primer y único secuestro tiene sus asegunes, pero la rapidez y la claridad con las cuales actuaron los integrantes del grupo antisecuestros de la PGJET mostró un elevado nivel de efectividad.

El empleo de tecnología de punta para intervenir llamadas telefónicas y otro tipo de comunicaciones es plausible cuando se obtiene información importante que permite aclarar situaciones como la vivida en Chiautempan.

Entonces me resulta difícil aceptar que una institución con ese grado de eficiencia puede caer en errores del tamaño de ejecutar una orden de aprehensión por un delito que había prescrito hace muchos años, tal como ocurrió con el empresario chiautempense, José Gilberto Temoltzin Martínez.

Si el Estado dispone de herramientas sofisticadas para conocer más allá de lo que antes permitía a la autoridad cumplir como fuera con su trabajo, estas deben limitarse a una función protectora de los ciudadanos, pero no como una especie de gran hermano, pendiente de toda acción para poder interpretarla en forma sesgada y en el peor de los casos, para tergiversarla a través de los valiosos funcionarios medios… sí, esos que luego se quedan dormidotes durante el cumplimiento de su chamba.

Este nivel de espionaje en tiempos de la intolerancia que vivimos, debiera ser supervisado por instancias superiores, pues en manos de ciertos personajes, perversos y de mala voluntad, podría desencadenar una etapa de persecuciones con motivaciones personales… nadie estaría a salvo en territorio tlaxcalteca.

Enhorabuena a la PGJET y a su titular Alicia Fragoso Sánchez, por la aprehensión de tres plagiarios, sobre todo porque se trataba de gente con poder.

Al mismo tiempo, la petición para cuidar con esmero que el big brother del marianismo no afecte la vida de personas y sus familias, alejados del delito pero expuestos  a malas interpretaciones y hasta a injustificadas injerencias.

Padilla: “por órdenes del gobernador”…

Es el priísta que unifica criterios en el segundo distrito electoral federal, sobre todo al dar instrucciones a líderes y otro tipo de operadores cuya labor es fundamental para conseguir votos: “por instrucciones del gobernador, tienes que hacer esto… aquello, o proveerme sin alegación alguna”.

Unos le creen (seguramente los que no lo conocen bien) pero en la mayoría el papel de este ex funcionario orticista y marianista, motiva la siguiente expresión (entre pregunta y reclamo): “¿ahora sí vas a trabajar por el PRI?”.

Él por su parte, muestra la frescura que le ocasiona saberse protegido por Beatriz Paredes Rangel, y sin complicación alguna usa el nombre de Mariano. Ahora hay que ver si el ejecutivo estatal utiliza su tiempo y los recursos del Estado en impulsar la carrera política de mister Padilla, cuyas ambiciones no se limitan a obtener un buen resultado en la elección de julio próximo… no, se ve como el sucesor de González Zarur.

Sus críticos coinciden en que al carecer del adoctrinamiento necesario para crecer su supuesto liderazgo, el ex director del Cobat es una especie de frankenstein, con trozos de orticismo y beatricismo, pero no podía dejar de aprender los nuevos estilos mandones del gober-hacendado; lo único que le hace falta es quién lo obedezca.

Todo esto concluye en elevados niveles de rechazo, pese a ser quien tiene más tiempo colocando su bello rostro (je) en cuanto poste o muro le ofrezca el espacio para colocarlo.

¿Y la obra pública?… ¡el cambio debe ser de fondo!

Ni tanto. Hay recuerdos indelebles de aquél sistema orticista que otorgaba arbitrariamente obra a través de Teresita Salas, la seño que pasó de vender jueguitos tejidos de baño a la poderosa y ambigua funcionaria que cobró notoriedad por ser ella la autora de las finas prendas que se atreve a vestir.

¿Indelebles?

Pues parece que sí porque Leonel Lima Loaiza, ex secretario particular de la seño Teresita, es hoy quien reparte en Secoduvi el pastel, como responsable de los concursos de obra, y quien actuaría con una profunda proclividad por echar la mano a empresas amigas (digo, lo de la amistad se refleja en la garantía del diezmo, doble diezmo o más).

Lo interesante de este asunto es que el mandatario González Zarur, parece doblegarse ante el enquistamiento de figuras del pasado que bien que le ven la cara… es más hasta desafían la terrible debilidad del patrón por entrar en detalles (claro combatiendo aquello del diezmo), pero la realidad es una; ahí están, haciendo de las suyas y al parecer ahí van a seguir.