La debilidad para beneficiar a los de fuera y sacrificar a los locales corona la sentencia del organismo autónomo, independiente y constitucional que, por esas virtudes ha de descansar en paz, y de eso se encarga el gobernador Mariano González Zarur.



La propuesta marianista para desaparecer al Instituto Electoral de Tlaxcala (IET) muestra su ausencia de voluntad de respaldo a uno de los organismos autónomos de carácter local cuyo papel garantiza la estabilidad política anteponiendo la imparcialidad y la confianza que despiertan los consejeros en tanto paisanos con innegable calidad moral para estar al frente de la institución.

Los principios rectores del IET: constitucionalidad, legalidad, certeza, autonomía, independencia, imparcialidad, equidad, objetividad y profesionalismo, son el resultado de años de necesitar una estructura integral, encargada de velar por el buen desempeño en cada disciplina, siendo la elección de las autoridades uno de los grandes desafíos planteados por la democracia.

Pero un ente atentatorio de la democracia que se ha colocado una gruesa venda en los ojos para anteponer conceptos contables y de supuesto ahorro de recursos, sencillamente rechaza el concepto independencia.

El asunto es grave. Seremos –porque de eso se encarga el mandatario- el único estado de la Federación, dependiente del organismo con los principios rectores idénticos al IET, que únicamente intervenga al momento de organizar elecciones.

Es decir, ante la incapacidad para soportar la existencia de un organismo autónomo local, hemos de reformar nuestra Constitución, para pedir a uno externo su presencia aquí. Y así seremos el único estado de la República con la reversa embragada, prestos a oprimir el acelerador para desandar un camino cuyo tránsito llevó años.

La participación de las instituciones en el desempeño de un estado no tiene que ver con la medición unilateral del poder.

Un buen gobernador es el gran director de orquesta con el liderazgo necesario para conseguir las notas más afinadas de todos los integrantes. El resultado es una obra de soberbios compases y sonidos exquisitos.

En Tlaxcala, la orquesta se limita a contar con una sola trompeta una vez que fueron eliminados dos de los tres magistrados de la Sala Electoral Administrativa. ¿El resultado?: la monotonía y sus consecuencias desastrosas en el concierto demandado por los ciudadanos.

Prescindir del IET equivaldría a privarnos de las percusiones y el piano y los violines. Nuestra armonía estatal requerirá la intervención de un grupo compacto de músicos a quienes, de ser posible, se regatee su paga.

¿Por qué?

1.- Las prolongadas temporadas de González Zarur, fuera de la entidad le provocaron la subestimación de la patria chica, y lejos de labrar el monumento ideal de la democracia utilizando materiales propios demuestra preferencia por la importación de conceptos como si aquí no fuésemos capaces de dar vigencia a los principios rectores aplicables al elegir a nuestras autoridades.

2.- A un año de gobierno, la obsesión del ahorro en temas burocráticos no se refleja en la transformación del estado. Nos agobia la opacidad, los padres de familia siguen pernoctando afuera de las escuelas para conseguir un lugar para los hijos, el campo vive la peor sequía por cuanto proyectos y las enormes inversiones nacionales e internacionales siguen siendo capítulo en ciernes.

3.- Los ahorros –que los hay, como lo confirma el escandaloso desempleo- serían destinados al generoso pago por los servicios de despachos externos, encargados lo mismo de preparar las reformas constitucionales que a corregir la plana a los abogados del rencor. Y ahora, parte de esos ahorros será dirigido a contratar los servicios del IFE.

4.- Se supone que hay otros pagos, como las considerables sumas mensuales que se destinarían a incrementar la riqueza de cuatro ex presidentes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI (y aquí podrían causar escándalo los apellidos: Palacios Alcocer, Ortiz Arana, González Fernández y… naturalmente Moreira).

5.- En franco desafío al marco legal (en realidad es la tomadura de pelo más cínica de los tiempos actuales) hay una partida importante entregada a legisladores para destinarlos a obra pública.

6.- Hay más destinos al recurso, escaso y regateado. Los viajes internacionales con otras causas (¿serán consultas al médico?) que no la cacareada promoción de la entidad por Japón y Nueva York, la mala organización de eventos como el de Plácido Domingo que, pudiendo ser formidables se limitaron al concierto del ocultismo.

7.- De un gusto bizarro, de un enfermizo acto de promoción personal, de una satisfacción miserable, es la inversión hecha en las fachadas de muchas escuelas para pintar las iniciales del mandatario. Dan al traste con el mejoramiento logrado en aulas, sanitarios y otras instalaciones.

El éxodo

Hasta el propio vástago ha tenido que emigrar, enjaretado en la campaña de Enrique Peña Nieto. Ya no hay quien quiera suplir a los abogados del rencor, ni quien acepte el reto de hacer radio y televisión bajo el patológico concepto de culto a la persona de quien pinta su nombre en las fachadas de las escuelas.

La gente se va. El mando ha sido tan cruel –y ni siquiera para beneficiar a su partido- que poco a poco se incrementa el número de quienes aguardan casi cinco años para retornar a su tierra.

El destino está sellado para las decenas de integrantes del IET. Tal vez a la ex fábrica San Manuel, en San Miguel Contla, la convertirán en hotel ahora que están de moda las haciendas tlaxcaltecas, y al arrendarla, el régimen tendrá una ganancia en lugar de pagar a la obesa burocracia condenada al exterminio.

Me pregunto qué será de Tlaxcala al finalizar este sexenio. Según se ve, su desmantelamiento es inminente. Nos convertiremos en la Cuba de Batista para los despachos externos y para los viejos líderes nacionales del PRI que nos están saqueando.

Vivimos el tiempo del desánimo. Los mil resentimientos de quien gobierna nos arrastran a la sedicente etapa del sanchezpiedrismo… nada más que en aquél régimen la transformación fue hacia arriba.

Hoy, hay evidencias que me llevan a afirmar que la transformación es hacia abajo.

Los distritos

Tras la visita de Enrique Peña Nieto a la Monumental de Apizaco, el humo blanco, “tricolor”, parece tomar fuerza en los tres distritos electorales federales.

Distrito 1.- Guadalupe Sánchez Santiago. Se habrá cumplido la última voluntad de quien así lo encargó al ex yerno; si ello fuese garantía de triunfo…

Distrito 2.- Enrique Padilla Sánchez. El sobrino de la gran tía, el dueño de la sonrisa más enigmática como antipática.

Distrito 3.- Eréndida Cova. El incondicional, pasivo y fiel orticista, perdón… marianista!!