Dos beatricistas, Guadalupe Sánchez Santiago y Enrique Padilla Sánchez, conformarían la apuesta tricolor a los distritos electorales federales y, confirmarían aquella advertencia hecha originalmente a Mariano… tú, el gobierno… nosotros, el partido.

Se vive con intensidad la etapa de palomeo de priístas para los tres distritos electorales federales y, si nuestras fuentes no nos fallan los nombres podrían ser los siguientes, a saber:

1er distrito.- Guadalupe Sánchez Santiago, la cuña del mismo palo que acabaría por apretar al ingrato ex cuñao, en cuya conciencia retumbó aquél encargo de quien fuera su querida madre política, respecto a impulsar (como no lo hizo antes… al contrario) a la madura pero guapa abogada, quizás el retoño más amado por don Emilio Sánchez Piedras y hoy, poderosa accionista, ¿mayoritaria?, de la emisora de Apizaco.

Otros nombres como Ubaldo Velasco Hernández y Silvestre Velázquez, tendrán mejores momentos pero no en esta elección.

A diferencia del hato descastado, la Sánchez Santiago además de hablar de tú a Mariano, sabe cómo hacerle mano de cochino para rechazar aquello del nulo apoyo y, para neutralizar cualquier mal gesto a causa de la influencia beatricista en su formación política… extraordinario verdad… la niña de familia a quien subyuga la cultura de superación vista en Beatriz, quien muy de botas y minifalda irrumpió en su familia –allá por los lejanos setenta- y les llevó una inyección de la energía rojilla (así la veían) que en manos de don Emilio pudo convertirse en el priísmo de compromiso con la gente a través del cual Beatriz se entronó.

2º distrito.- Enrique Padilla Sánchez. Sus íntimos lo llaman cariñosamente iguana pero hoy le han visto un tremendo parecido a los camaleones. Ha de ser porque a base de interminables horas en los cafés envía y recibe la información que fluye despacio, tras sesudas jornadas de pensar, hablar y almacenar, con la cual puede confundirse y hasta fundirse con cualquier corriente política.

Beatriz también lo ve con buenos ojos y lo ha protegido lo mismo en la administración, ¿panista?, de Héctor Ortiz que, en esta tricolor encabezada por Mariano González Zarur.

Y aunque no es monedita de oro, Padilla sin embargo ha podido superar difíciles retos que lo contrapuntearon con la corriente a la que servía, echando del Cobat (del cual aún es director) a un puñado de orticistas que intentaban seguir en la nómina.

El tipo es una esponja de cuyos fluidos resulta un híbrido orticista-beatricista y hoy marianista, y sería capaz hasta de nutrirse de sanchezanayismo con tal de conservarse cerca de la nómina.

3er distrito.- Noé Rodríguez Roldán. De alguna manera tiene que salir del palacio de los tormentos, donde el papel de secretario decorativo de Gobierno lo devaluó junto con el deseo aquél de contender por la senaduría llevando tatuado en el derriere el nombre de Enrique Peña Nieto.

Pero sus intenciones se amorcillaron tras aquella noche loca en un antro poblano, donde comenzaba a conformar una especie de cúpula de íntimos en torno de los cuales crecería el selecto grupo de noeístas… y de ahí al gobierno (jeje).

Los efectos relajantes del Chivas con agüita de Tehuacán, de repente se esfumaron, al tiempo en que su teléfono portátil sonaba como loco, al llamado de su amo, quien enterado de tal desfiguro lo quiso ver ipso facto (o antes de ser posible).

Comenzó el suplicio del sujeto cuyas sienes (y todo lo demás) se tupieron de nieve luego del regaño… qué digo regaño, de la madriza moral y física que a partir de entonces lo ha obligado a buscar las tablas (de la oficina de la Segob), y si se puede atrás de las cortinas, para alejarse tantito de la rabia marianista que expresamente con él, se ensaña.

Aquella supuesta representación peñanietista con un futuro promisorio cambió a la actual sumisión incondicional a quien ha de decidir hasta el contenido de sus platillos.

Creo que bajo ese sufrimiento aceptado es que sobrevino una especie de papachos reconfortantes a la maltrecha mascota, decaída y vapuleada y, acabó por darle el chance en el tercer distrito, pero eso sí… sin apoyo alguno del gobierno y sin oportunidad de alegación.

Así que el nombre de Ricardito García Portilla, fue algo así como una burla al tercer distrito, donde el actual secre de Finanzas unifica criterios (je).

Ni qué decir de Blanca Águila Lima, hoy por hoy, la mujer más maltratada por su poderoso y gran amor, quien le mutiló aquellos arrestos, propios de quienes detentan un puesto de liderazgo gremial… nada quedó de aquella férrea secre general de la burocracia en salud, salvo una alcaldesa llena de sobresalto en el día a día de su laberintosa administración.

Las fanfarronerías de Ortiz

Aquello de, “me tienen miedo”, a causa de la avasallante popularidad del ex mandatario fue la voz de arranque para toda una estrategia de respuesta a la metralla marianista (aunque con balas de goma, disparadas por el disfuncional: Temoltzin Carreto).

Gracias a ese… sujeto, pueden darse despliegues de fanfarronería de quien este lunes temerariamente se apostó en pleno Centro Histórico, a desafiar a un gobernador y su régimen, a los cuales hizo acomodó en la voz popular: “es más el ruido que las nueces”.

Tibio, blandengue… Temoltzin Carreto, sostiene que Ortiz, inhabilitado por él, ya no podrá contender en la elección de julio.

Su contraparte asegura que esas maniobras leguleyas le hacen lo que el viento a Juárez.

La verdad, el marianista ha dado tantas pruebas de su ineficacia que… pues hoy no es difícil restarle toda credibilidad.

No sé cómo lo conservan al frente de un puesto clave del marianismo. Ignoro cómo no le han aplicado un correctivo, de ser cierto lo que a gritos se dice en el gabinete: la vulgar venta de protección a directivos y jefes, para no ser exhibidos en la humillante pizarra de la Secretaría de la Función Pública.

Y se supone que eso da mucho dinero.

Pero a la hora de lidiar verdaderas batallas con gente de la talla de Ortiz, uno se da cuenta del temblor de rodillas, propio de quienes no suelen aplicarse a fondo.