Ni los organismos de inteligencia en Tlaxcala perciben el juego perverso de ambos extremos del magisterio, institucional y disidente, con la firme intención de recuperar a la USET para el vasto patrimonio de Elba Esther Gordillo.

A las molestias y las pérdidas económicas que ocasionó ayer el nuevo cierre de la avenida Juárez (la única que atraviesa a la ciudad capital) podríamos considerarlas como el principio de una larga historia entre maestros, disputando –con la venia del poder superior- una casa que durante dieciocho años fue una especie de botín de la disidencia.

Hastiados de este despreciable acto simulatorio, vecinos, comerciantes y visitantes, imploraron un poco de cordura y el traslado de las mentadas y reproches entre integrantes de Bases Magisteriales y del SNTE, a un mejor sitio, como la explanada de la Plaza del Bicentenario.

Tienen razón, ese espacio es amplio y suficiente como para ser declarado –en lo que acaban la tremenda obra- reserva exclusiva para manifestaciones, bloqueos, marchas, cachetadas, puntapiés y piquetes de ojos y demás formas de sacar coraje e indignación por las causas que usted considere.

Decíamos que es un acto simulatorio fundados en la predecibilidad de los actos comandados por  el señor Reyes Rojas Cruz, cumpliendo una especie de pacto para ahogar a sombrerazos durante la última quincena del año, el valor social que durante su existencia llegó a representar el Movimiento de Bases Magisteriales (MBMT).

¿Qué general, medianamente cuerdo delata los movimientos de su ejército?

Pues el general Reyes Cruz, planteó al enemigo… “vengo a exigirte que me devuelvas el botín del grupo al que circunstancialmente encabezo… y te aviso que en cuarenta y ocho horas, tomaré las mismas medidas que tú, la noche en que me despojaste… ¿te quedó claro?, ¿oíste bien?, ¿quieres que te lo repita?… a lo mejor hasta entablamos una mesa de diálogo… ¿qué te parece?

Ojalá este incipiente conflicto no pase de las graciosas exhibiciones del líder disidente light, conocido como Reyitos Rojas (el RR), y secundado por maestros que a pesar de este cínico charrismo, siguen creyendo en el dirigente, que es completamente distinto al movimiento en sí, parte activa de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), con activistas de sobra como para maldecir el día en que gobierno y SNTE planearon desaparecer a cachiporrazos a los representantes del capítulo violento del magisterio en nuestro país.

Hasta hoy el convenio entre las partes oficial y la rebelde, se lleva al pie de la letra. Unos hacen como que gritan consignas y pintan con espray barato y, los otros como que nada más los ven desde la azotea.

Y qué pasa con los organismos de inteligencia al servicio de la administración estatal. ¿No han calculado los daños ocasionados por esta provocación a la CNTE?, ¿Carecen de un mínimo de sensibilidad para advertir a su jefe sobre los posibles escenarios en tierras tlaxcaltecas, cuando aparezcan de la nada una especie de maestros-guerrilleros ó, guerrilleros-maestros?

En la bandeja de ocurrencias en que se convirtió el cuarto de mando de Tlaxcala, además de los malos tratos, la dominación (a quienes se dejan), el retroceso, la opacidad y la inacción, se dispone de un espacio importante la subvaloración de la estabilidad social.

1.- El actor que ha vislumbrado un papel estelar en este naciente conflicto se llama José Carmen Corona Pérez, líder de la sección 31 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Puede ser que el plan de mediano plazo consista en hacer de su gremio un aliado insustituible del gobierno para refrenar potenciales acometidas de la CENTE.

2.- Los modestos entes de inteligencia locales, no alcanzan a ver el juego planteado por la maestra Elba Esther Gordillo, quien sin inmutarse vio como a su llegada al gobierno, Mariano González Zarur, colocó a Tomás Munive Osorno en la posición que históricamente detenta el SNTE, o sea en la USET. Entonces, solo fue cosa de esperar la ocasión.

3.- La oportunidad se dio. Testigos de la obsesión del mandatario local por quitar carga a las nóminas (¿usted sabe para qué), los maestros institucionales plantearían a su alteza (je) la desaparición del MBMT, de tal forma que el gobierno ahorraría muchos centavos que le pagan a esos grupos, ¿cómo los llamó González?… ah, sí: de chantaje y corrupción.

4.- Qué mejor tiempo… ¡seis meses antes de la elección federal!, el SNTE echó al gober a su morral. Y una perversa llamada telefónica, no sé, a lo mejor hasta hecha por la propia Elba Esther, será recibida por la verdadera disidencia magisterial, no los remedos estos que muy bien encarnan en la persona de Reyitos Rojas (el RR), quien cambió sus actividades de líder del MBMT por la de organizador de viajes de placer y administrador caótico de las prebendas entregadas al movimiento.

Da coraje hacer el trabajo a los inútiles que se la pasan viéndose en el espejo a ver cómo lucen vestidos de candidatos, a diputados federales o locales, a alcaldes, a senadores… pero la entrega de la USET al SNTE está a la vuelta de la esquina.

Va a ser como quitar un caramelo a un chamaco… por cierto un chamaco voluntarioso y lépero, pero ya ves, fácil presa para el elbismo, cuya mera mera un día llamó a Tlaxcala y comentó a su amigo, el panista Héctor Ortiz: “oye, me está esperando afuera un tal Mariano”

Parece que aquella espera fue larguísima e infructuosa, pero en la rueda de la fortuna ese sujeto resultó gobernador de Tlaxcala. Y la maestra, algo tenía que hacer para ponerlo quieto.

Y ya lo está haciendo.

Ortiz y Dávila… pues ya aventajaron los muy pillos

Mientras el PRI aguarda a febrero para comenzar un tremendo proceso interno, y el PRD retira las lagañas de sus ojos cansados de tanto dormir, los panistas Héctor Ortiz Ortiz y Adriana Dávila Fernández, ya se formaron en la marca de arranque de esta carrera que culminará en las urnas, en julio del próximo año.

Dicen que conservan dinerito de lo ahorrado en sus mejores tiempos, y ni modo que no lo utilicen para dar la batalla al gobernador cascarrabias que insiste en regresar a Tlaxcala a los años setenta y ochenta, cuando según sus recuerdos se vivieron los mejores tiempos de la política.

Nada más falta que Ortiz y Dávila, no se pongan de acuerdo en quién ocupará la primera posición en la mancuerna al senado. Vamos hasta el oneroso Adolfo Escobar Jardínez, dejó de ser un obstáculo (apoco) para los planes de largo plazo de esta pareja, en cuyos ojos se encuentra recuperar al gobierno de Tlaxcala.

El ex secretario particular, en la cuerda floja

¿Cómo está eso de llegar con una mano adelante y la otra atrás, y salir con suficientes propiedades como para comprar una isla en el Caribe?

Pues así se las gastó José Guadalupe García, el ex hombre de las confianzas del ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, quien de modesto locutor de la XETT se colocó en los cuernos de la luna, decidiendo que o quién pasaba o, cuáles documentos eran o no motivo de lectura para el entonces mandatario estatal.

Lo cayeron en la movida. Detectaron su tremendo movimiento, y preparan el sambenito para colocárselo y hasta puede que entambarlo, como primer logro del marianismo dentro de la afanosa búsqueda para vengar el coraje que le dio haber perdido la elección de 2004 frente al PAN.

El 14 de enero, ¿un informe ciudadano?, ¿y ora?

No sé que mosco picó al mandatario estatal, pero ya anunció que el 14 de enero de 2012, además de entregar los pendientes al informe por escrito (o sea todo), va a presentar un informe ciudadano.

¿Ciudadano?

¿Acaso es el presidente de la sociedad de padres de familia de la Técnica Uno?

No, el gobernador va a dar un mensaje político tras cumplir a medias con la entrega, el cinco de diciembre, del primer informe sobre el estado que guarda la administración estatal, según se lo mandata la Constitución.

Lo del informe ciudadano me suena a un acto de culto a su persona, en el Centro de Convenciones, con una multitud de aplaudidores y sin la posibilidad de que diputadas y diputados lo increpen por la creciente de ocurrencias en que se convirtió este primer ejercicio del sexenio.

Por cierto, ¿ya lo invitaron?