Entre amigos no se juega chueco… el gobernador ha creído ciegamente en su pull de abogados, pero no dan una. En su pleito mítico, contra el ex gobernador Ortiz, tronaron como ejotes. * En el palenque de Tlaxcala, ¡la vida no vale nada!


A algunos les parecerá disco rayado pero los yerros legales del marianismo siguen siendo socorridos, sobre todo en temas de alto impacto.

Nuestras fuentes nos dicen que el pasado martes la Sala Electoral Administrativa (SAE) otorgó al ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, la suspensión definitiva respecto al proceso administrativo en su contra.

Se esgrimía un cuantioso daño patrimonial en un voluminoso pero inconsistente documento que partía de aquella aparatosa visita –con todo y medios de comunicación- a la Plaza del Bicentenario, e incluía otros asuntos, hasta hacer una considerable reclamación de miles de millones de pesos.

Después de tantas inconsistencias legales como el lío de la Central de Abasto, “la clausura” del Tribunal Laboral, la cancelación de 16 patentes notariales y los macanazos a  policías y ancianos, se había dejado correr la versión del, “ahora sí van a ver los orticistas de lo que somos capaces”.

Y ya lo vieron.

1.- Las reiteradas embestidas legales con más pasión que oficio, activaron la alerta en el cuantioso equipo del ex mandatario panista todavía en puestos clave –como la SAE- y resultaron un parámetro de lealtades que superó el débil proceder de un solo magistrado, Silvestre Lara, de quien corre la versión respecto a una obediencia ciega a quien lo pueda cohechar en el asunto que se trate, dentro del esquema cortoplacista nada más productivo para el de la firma y sin garantía alguna para el pagador.

2.- Se trata del fracaso legal más estrepitoso, sobre el cual descansaba la estrategia de culpar al anterior para justificar la parálisis de acciones. Es el amargo despertar de una larga siesta, aguardando los tiempos del poder omnímodo y supremo para tratar a todos con el desprecio propio del señor feudal, comenzando con su antecesor y ensanchando ese malsano sentimiento a todo aquél que no se humille ante los nuevos tiempos de la arrogancia sectaria con el PRI de parapeto.

3.- La presión de esas inconsistencias fue usada por Ortiz para incluirse en la próxima contienda electoral federal. Fiel a su estilo, esperaba cual monje del Tíbet (un poco fuera de forma) las señales dentro y fuera de su partido-franquicia el PAN, para autoproclamarse the number one en la fórmula al Senado, con una compañera –Adri- un poco más madura, digamos menos lenguarica como principio de su conflictivo expediente político.

Tantas fallas legales le significan al gobierno de Mariano González Zarur, pérdidas incuantificables no nada más en el terreno económico, sino en la credibilidad con sus propios seguidores, castigados en sus ingresos justo al fin de año, cuando ya imaginaban aguinaldo y prestaciones a salvo de la avaricia del amo.

Un equipo de abogados con el sambenito de la derrota por sistema debería alertar al ejecutivo tlaxcalteca sobre la inconveniencia de arropar a agachones en lugar de contratar a profesionales.

Quienes se han dedicado a lamer el suelo por donde pasa su eminencia son los responsables de la grave derrota anímica de este gobierno. Les ha tocado medrar en el desconocido lapso de la regresión política y administrativa, puesta de moda en este sexenio.

Como toda enfermedad, no son eternos y van a tener que hacerse a un lado para que el gobernador reponga, con urgentes contrataciones, las tremendas afectaciones que al día de hoy se podrían interpretar como el voto de confianza de un líder de buena fe hacia unos amigos suyos –por cierto de generación espontánea- que ya le causaron demasiado daño.

En el palenque de Tlaxcala, la vida no vale nada…

Vieras lo divertido que resultan Los Tigres del Norte, haciéndose las víctimas porque ya no van a poder exaltar los valores (¡!) de narcos y otros bichos, por decreto de la Cámara de Diputados… pues qué bueno verdad, porque eso de lanzar códigos a los cárteles, cantando la tonadilla de encargo nos llevaba al extremo de aplaudir estas mañas, y aparte, engordar la cartera del palenquero.

Pero Los Tigres nada más cantan, y no contaban con la violencia al interior del palenque de Tlaxcala.

El viernes anterior, noche de su show, se registraron por lo menos seis broncas descomunales, incluso con la presencia del presidente del Patronato, Joaquín Cisneros Fernández, en el palenque de la feria de Tlaxcala.

Las sillas volaban. Hombres y mujeres, alcoholizados al extremo intervenían en penosas escenas.

¿Y la policía?

Verá usted.

Un equipito de tiras, flacos y desaliñados no se daba abasto para repartir macanazos. Y cuando llegaban a un sitio conflictivo a sofocar la bronca, en el otro extremo retumbaban cachetadas, piquetes de ojos y bolzasos.

Oiga, ¿no que Tlaxcala es el estado más seguro?

Seguro… sales madreado y bolseado.

Bueno, no todos eh… había en lugar preferencial un espacio muy decente, con güisqui del bueno y tequila del carito. Ah, lo principal, con un aparato de seguridad personal que hubieras visto.

Nos acercamos y pudimos notar la nada agraciada jetatura de Carlitos Rojas… ¡hombre, qué gusto verlo por el palenque con su respetable familia! Y también con la guardia personal del gobernador. No menos de diez guaruras –sí los que también cuidan a Marianito- armados, con todo y chícharo en sus grasosas orejotas.

Era como una isla entre el zafarrancho colectivo. Haga de cuenta que se trataba de la embajada italiana en Libia…

Ah, también pudimos ver muy alegre a Helenita González Zarur y otras lindas damitas muy respetables que la acompañaban. Desde luego, también con seguridad personal en ese infierno de puro salvaje adicto al palenque.

Naturalmente Cesar Carvajal no podía faltar en tan ambientoso entorno. ¿Clausura? ¡Nombre… cómo crees, si era el puro jolgorio!