De la noche a la mañana apareceremos en el plano internacional como una pequeña entidad capaz de traer al mejor tenor de todos los tiempos, así que tenemos que dejar los últimos lugares en casi todo y ponernos las pilas porque la fecha fatal está a la vuelta de la esquina.

El autor de la genial idea de traer al tenor Plácido Domingo a Tlaxcala, también lo es de un significativo paso para dejar el aislamiento político y administrativo al que nos arrastra el PRI retro del actual gobierno.

Si el de la idea es el propio gobernador… ¡felicidades!

Primero por la generosidad de traer a sus gobernados al más grande tenor de todos los tiempos.


¿Generosidad?

No tanta, porque los boletos según tenemos entendido, fluctúan entre cuatrocientos pesos y cinco mil pesos.

O sea, los organizadores se fijaron el reto de llenar las gradas y seguramente buena parte del césped del estadio Tlahuicole para pagar el espectáculo y también para lograr una ganancia, que de acuerdo con la promoción se destinará a mejorar la zona arqueológica de Cacaxtla.

Un espectáculo con semejante precio no debería implicar sorpresas.

1.- ¿En qué consistirá su actuación?

Probablemente se trate de un gran repertorio compuesto por algunos de los números operísticos que tanta fama mundial han dado a quien actualmente dirige los coros y orquestas de Washington y Los Ángeles; otras creaciones en el ámbito de la zarzuela (los padres de Plácido eran dos excelentes cantantes de este género) y para rematar algo popular y hasta alegre, que puede ser acompañado por mariachi.

El precio de los boletos es de primer mundo. Así que orquesta (s), coro (s) y hasta mariachi, lo deben ser también. No caben los tradicionales regateos del mandatario-ganadero, como para proponer a la (muy respetable) Orquesta de Apizaco acompañar al lírico.

Así que más valdrá contar con una gran orquesta, a la altura de las circunstancias y los precios. Aquí entre nos, creo que habría varias candidatas: la Sinfónica Nacional, la Orquesta de Bellas Artes,  la Sinfónica de Jalapa… en esa tesitura será aceptable el costo pretendido.

Recuerdo la agradable visita del director de orquesta Luis Cobos a Tlaxcala, hace varios años. Dirigió a la orquesta infantil del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura. Fue un evento inolvidable, pero en términos de… detalle, no en tanto el magno concierto, como se anuncia la presencia del hispano-mexicano.

2.- ¿Ya pensaron en el escenario?

Nos deben presentar un foro digno de quien lo va a copar. Recordemos actuaciones de Plácido Domingo en Roma –Los Tres Tenores-, Berlín –con la Diva Ana Netrebko y el mexicano Rolando Villazón, Ciudad de México –en el Ángel de la Independencia.

En todas ellas, se trató de magnos escenarios, como en la generalidad de los sitios que pisa el tenor. Creo que en Tlaxcala, la explanada del convento franciscano con todo y su campanario habría sido monumental, pero alguien optó por las taquillas y la invulnerabilidad del Tlahuicole.

Pues ahora, tendrán que erigir un escenario, con costo millonario lo suficientemente atractivo para que el concierto se dé en un entorno de congruencia… esos templetes donde suelen decirse discursos de quinta, mejor que los escondan si no nos quieren dar un quemón de talla internacional.

3.- ¿Y la comercialización posterior del concierto?

Teniendo en cuenta que Plácido cumplió 70 años el pasado 21 de enero, la del 25 de noviembre podría ser una de sus últimas apariciones en el terreno profesional. Por lo tanto la grabación y difusión de dicho evento asegura ingresos por un largo tiempo a quien adquiera los derechos para el disco, video y claro, para su trasmisión en vivo.

No es hacer menos el esfuerzo de mister  Parker y su pampera (¿no que ya habían renunciado?), pero un espectáculo de esta envergadura merecerá la contratación de verdaderos profesionales del video y el sonido.

El reto es mayúsculo

Y de la noche a la mañana nos obligará a actualizarnos.

¿Qué tal si en este momento tuviésemos el portal de gobierno número uno del país?

Pues la difusión del concierto contaría con una especie de cuartel general de alta tecnología, de donde partiría la más eficiente difusión en redes sociales y todo tipo de medios digitales.

No sé qué esperan los organizadores pero no veo ni un portal exclusivo del concierto (lo hacen en un tris) y menos se ven páginas en las redes sociales.

Deberían tomar en cuenta que un amante de la buena música es capaz de trasladarse de cualquier parte del mundo para ver al ídolo de la Zarzuela. Pero al no contar con un portal donde incluso se adquieran con seguridad los boletos, pues en qué cabeza cabe plantearse el atiborramiento del Tlahuicole con precios entre cuatrocientos y cinco mil varos.

Ya ni la friegan, son unos lentos.

Los admiradores de la buena música ya se preguntan qué coros acompañarán al tenor. Si será posible conocerlo en persona y hasta convivir con él… algo que no le cuesta trabajo; por eso es hijo predilecto de Guerrero, pues ha donado parte de sus ganancias por todo un año para apoyar a damnificados de desastres naturales, tal y como lo hizo en los sismos de 1985, cuando personalmente participó en las labores de rescate.

Enhorabuena al dueño de la gran idea de traer al mejor tenor de todos los tiempos.

Pero ya es tiempo que se dejen de mediocridades, informen con claridad en qué consistirá el espectáculo y realicen un trabajo a la altura de lo que espera el público que, seguro responde a la convocatoria de Plácido Domingo.

Y nunca falta el pelo en la sopa. Resulta que desde ayer la presidenta del DIF en Tlaxcala, Mariana González, ya empezó a enviar a las presidentas de los DIF municipales, específicamente a la esposas de los alcaldes priistas, su respectivo talonario de boletos del mencionado concierto, los cuales tendrán que ser vendidos o pagados sin excusa ni pretexto.

La meta es lograr la presencia de 17 mil personas, muchas de las cuales, por lo visto, irán obligadas por tener que comprar un boleto. Lástima.