Ah… ya sé, los asesores de lujo del marianismo andan de feria, pillos, por eso han puesto a su patrón en charola de plata a los panistas, en el debate este contra los inocentes, pobrecitos, delegados federales…

¿Cómo explicar la soledad en la cual se encuentra el gobernador Mariano González Zarur, al golpetear el desempeño de los delegados federales?

Muy fácil. Su partido, el área de comunicación de su gobierno y sus grandes asesores –como el michoacano, hoy todo un antrero- se encuentran entre el aserrín y los tornillos (esos vasos antiguos) del Triunfo de las Palmas, en la Gran Feria de Tlaxcala.

Mientras el ejecutivo tlaxcalteca parece haber sacado la peor parte en el intercambio de madrazos mediáticos con su adversario el ex mandatario Héctor Ortiz, el formidable team del hacendado duerme la mona tras la algarabía vivida con intensidad durante la inauguración de la gran pachanga y las oportunidades subsecuentes de lucimiento… oiga usted, pues qué mejor oportunidad para exhibirse como todo un secretario, director “u lo que sea”, si no los pasillos del bello recinto, los olés en los toros y los disparos de colesterol en La Cabaña –el restaurante más ostentoso, a lado del Triunfo de las Palmas.

El planteamiento de Mariano respecto a esa especie de mercado alterno electoral, atendido por los señores y señoras delegados federales, podría señalar casos concretos –como el activismo de la políglota Leonor y sus altivos lenguajes en Sedesol- en lugar de pasar a todos esos funcionarios al paredón de fusilamiento.

Pero, quién le va a proveer de información obtenida mediante los infalibles (je) sistemas de análisis e inteligencia de su administración, si la mayoría parece andar en el agua.

Al grado que hoy, el líder estatal del PAN, Sergio González Hernández –quien ni es de su peso político, ni debería contar con semejantes facilidades de parte del gabinete y demás porra- ha sido capaz de superar los reflectores, aprovechando el debate en torno a los sujetos-extensión del gobierno federal, por cierto en consonancia con la reciente aparición de la hoy senadora panista Minerva Hernández Ramos, quien emplazó al gobernador a aportar pruebas que sustenten sus condenas a los delegados o, cerrar la boca.

El papel del área de comunicación del gobierno marianista es tan malito, como el del ámbito de la inteligencia.

1.- Las declaraciones aisladas, repentinas y superficiales del gobernador, evidencian su desempeño al margen de esa área de gobierno. Se nota el desprecio del mandamás. Pese al abultado número de elementos, humanos y técnicos, quienes puntualmente cobran por un esperado comportamiento profesional, en los hechos se han limitado a la redacción de comunicados con la actitud pasiva de quienes aguardan un cambio respecto al desdén que despiertan en su mero patrón.

2.- Ha de ser este marco la razón de la supuesta renuncia del director de la Coordinación de Radio, Cine y Televisión, Héctor Parker Vázquez, de quien sus propios subordinados filtraron la negativa de los altos mandos a recibir dicho documento. Imagine hasta dónde llega el caos si uno de los coordinadores de la imagen de González Zarur, habría preferido tirar la toalla antes de seguir viendo como se hunde su barco (conste, esto al margen de las irregularidades de su nombramiento).

3.- Y cuál es el papel del área de análisis político, en manos del purépecha hoy metido en los negocios de la Feria de Tlaxcala. Parece haberse dicho a sí mismo: mi amigo, entre mantener al día el sistema de espionaje en el recinto y cuidar la espalda al gobernador, pues… hombre, qué difícil decisión hay que tomar… okey, me inclino por la primera (y así de paso cuido el nego…)

Como buen hacendado, el mandatario ha puesto en práctica una de las máximas de los señores patrones: “en el rancho, las bendiciones se reparten a las seis de la mañana…”

Pero, cómo quiere usted levantados tan de madrugada a los casi artistas de la política marianista, si a esa hora a penas se van a acostar, tras el tremendo desmadre oficial disfrazado de supervisión; tras el convite con artistas y empresarios en alguno de los antros, o en todos, con banda de viento siguiéndoles los pasos.

Ante esa pachorra, el gober toma pues la decisión del día: hagamos lo que mejor sabemos hacer… madrear…

Y los resultados saltan a la vista

Una campaña malograda de críticas a sus adversarios políticos cuyas manotas no dudan un segundo en conducirse en forma clientelar. Nada más que para decírselos, hay formas, momentos y condiciones. Estas, lo podemos palpar, no se dan.

En consecuencia, ahí tiene usted la facilidad con la cual los panistas logran varios cometidos:

1.- Los decentísimos delegados federales lograron victimizar su desempeño en Tlaxcala. Dice Leonor Sedesolromero, “hay que ver cómo les cambiamos la vida”. Oiga, se trata de la aspirante más abierta a diputada federal por el primer o segundo distrito, pero en honor a las facilidades otorgadas por quien pretende ser su principal crítico, hoy ha conseguido conmover a sus humildes beneficiarios y no dudará en tomarse la foto con ellos haciendo cara de mujer maltratada… (lo que son las cosas, hay quien asegura que esta funcionaria federal cobra el Procampo desde hace 16 años, para apoyar las tierritas de su ranchito en Tabasco).

2.- El líder panista, Segio González Hernández, ya habla de un posible rompimiento entre los gobiernos federal y estatal, debido al terrible maltrato al que son sometidos los delegados. Y todo atribuible al temible temperamento del señor gobernador (¡eso es fabuloso!).

3.- Viene el golpe más certero, aunque no nuevo. (hecho un paño de lágrimas)… pero si el señor gobernador cobra puntualmente su Procampo, cómo es posible que critique de esta forma al gobierno de la República (bueno, aquí entre nos, el presidente Calderón ya mandó pedir todas las grabaciones donde el ejecutivo local despotrica contra sus queridos muchachos sentadotes en las delegaciones).

Sólo faltaba un brindis… al presidente del Comité Directivo Estatal del PRI. Por favor búsquenlo, no aparece… ¿ya vieron si no está durmiendo en alguna área de la Feria… ya buscaron en el pabellón ganadero… vean si no se encuentra en estado inconveniente, dentro del forraje que darán a las vacas, no vaya a ser que lo sirvan a la hora de la comida…

Es que hace falta… ¡lo busca el señor gobernador!