Cuando el Oficial Mayor enseña su hambre de ser senador no repara en elogios, “holísticos y policéntricos” a su amo, a quien construye un castillo de naipes sobre los cuales coloca, transparencia, sensibilidad, amor por el pueblo… ¡genial… hilarante!

Aguanta, déjame encender incienso para apreciar la profundidad del discurso de Ubaldo Velasco de ayer… holísitico y policéntrico… omnímodo y manipulador… de adulación mal calculada al dios del Olimpo cuyo pulso falla, pero al fin y al cabo un holo…

Ahora sí que en estos tiempos de la justicia social, versión Moreira (neta, más actualizado de lo que se esperaba) germina en Tlaxcala el holismo, ¿acaso como doctrina puesta por Ubaldo Velasco, de moda, en el concurso que consiste en adular al holo (o sea al todo), el gobernador-amo-patrón y hasta coordinador de los esfuerzos de los tres poderes (nomás falta que también coordine a los medios de comunicación).

¡Policéntrico!… zaz… ¿Por qué no mejor, egocéntrico?

Al señor oficial mayor le ocurrió lo que al monarca aquél, sorprendido por quien confeccionaba trajes con la tela visible nada más para los inteligentes.

Vale… claro que vale el texto… y sobre todo la lectura fluida (ajá), como saliéndole de la misma entraña, con una emoción solo dada a quienes andan tras la candidatura al senado y se auto promueven dándonos una apantallada de antología.

Fíjate, si don uba nos hubiese hablado de un político de libre pensamiento, de un estadista, de un personaje con compromiso social, como quien dice, de alguien perteneciente a una nueva generación –como dice Moreira- que vea las cosas de manera distinta y actúe de manera distinta, pues habríamos entendido el porqué a Noé Rodríguez, le tocó estar en la banca, soportando en forma estoica el mega mensaje del señor oficial mayor de gobierno.

Mas meternos en el rollo holista para elogiar todo a Mariano, bajo el supuesto que los presentes le iban a creer, no es que sea un quemón ante la gente seria, sino un engaño con escaso margen de salir bien librado.

Holista y policéntrico (o sea el que lo ve todo y tiene que ver con todos) devino entonces en platicarnos eso sí con demasiada melcocha, que el amo anda metiendo la nariz hasta donde ni lo llaman ni constitucionalmente le corresponde y, lejos de conseguir un efecto positivo de su endiosado jefe ante las mayorías de Tlaxcala, nada más nos enseñó el cobre propio de un político añoso, desesperado por mejorar el hueso, usando palabras domingueras y aludiendo a doctrinas descontextualizadas… todo sea por alcanzar la candidatura a senador.

Más barato le habría salido expresar en forma sencilla –creo que así nos gusta a los tlaxcaltecas- “patrón, soy Ubita… hazme senador y me cae que no te fallo… como otros”… sí y en ese momento debe estar mirando hacia el jovenazo de la cabeza nevada (o sea Noé).

Nos está vendiendo a un Mariano que no corresponde con la realidad.

Si sabemos que nuestro gober, primero padece de la ira… ¡nombre, se da una amuinadas con todos!, luego, es grocerito, o sea cuando pueda asestarte un chingadazo (como lo hace con el secre de los zapes) ni lo duda eh… además, a todos nos ve tarugos… y está en su derecho, porque mira hay unos que se pasan de tarugos (y otros de cínicos y otros de sinvergüenzas).

Pues así, como no se va a enojar… hombre pues nada más dime, ¿a qué amo no le pasa lo mismo? (jeje).

Pero donde sí se la bañó (expresión propia de algunas regiones del norte del país) es en el juego de premisas ocultas dentro de una lógica bien mañosa. Acababa de tundirle a Héctor Ortiz (por cierto su entrañable brody), cuando de la manga de mago saca estas mágicas palabras:

“Ante todo esto, el gobierno que encabeza Mariano González Zarur no está de acuerdo, expuso Velasco Hernández, quien aclaró que para esta administración (1) la libertad significa ser institucional y leal con el pueblo, actuar con responsabilidad y congruencia entre el decir y hacer.

“Por eso dejó en claro que (2) en Tlaxcala ya no habrá libertinaje, sino libertad para progresar y alcanzar mejores niveles de vida, porque esa es una prioridad de esta administración.

Nada más le faltó decir: “luego entonces, ser institucional es no irritar al amo, elogiarlo, quererlo, llamar limitados a los diputados, decirle que cuando se encabrona la mano no le tiembla… el mundo es el que tiembla, y si se puede, acomodarte para pedir la candidatura”.

Oye, el gobierno ya va a cumplir un año y siguen echándole la culpa al panista Ortiz. ¿Acaso no tienen otro rollo, menos desgastado y más eficiente?

Veamos otro punto. A la llegada de Vicente Fox Quesada a la Presidencia, los priístas sintieron en su interior el enorme vacío de la deidad que todo lo movía.

Y ese vacío tuvo que durar otro sexenio, con la llegada de Felipe Calderón.

Como puede usted ver, la ilusión priísta es contar en el mediano plazo con el tlatoani a cuyo nombre y causa pueda modernizarse aquello de “porque decir Revolución es decir gobierno… y decir gobierno, es decir Revolución” (je), no puede esperar más.

Entonces, personajes acelerados como nuestro gober, andan a cien por hora inventando tlatoanis por donde se pueda.

Parte de esa singular iniciativa, se hermana con le derechización brutal del otrora partido de la Justicia Social.

Entonces fenece la tolerancia: “Hoy en Tlaxcala tratamos de resolver el desorden provocado por el libertinaje y la irresponsabilidad de quienes no entendieron su compromiso histórico y la oportunidad de gobernar con transparencia, rendición de cuentas, sensibilidad, identidad y amor a nuestro pueblo”.

Cómo podría uno aceptar que le jueguen el dedo en la boca: transparencia (¡!), rendición de cuentas (¿!), sensibilidad (¿chale!), identidad y amor a nuestro pueblo (pácatelas).