Para que la comedia no quedase trunca, antes de la aprobación del PDE, se registró el matrimonio de complicidades entre Ejecutivo y Legislativo; nada más que el segundo actúa siempre y cuando haya cheques de pormedio.

Faltaban unos minutos para que los diputados aprobasen el Plan de Desarrollo Estatal (PDE) (con todo y lo ajeno que el documento resultó para Noé, el funcionario responsable). Desde Apizaco, el gobernador Mariano González Zarur, llamaba a la concordia porque, según lo expresó, “no está para pleitos”.

Qué raro, verdad. Suavizó su lenguaje, pero algo había, cierta información que muchos ignoraban y que a través de su discurso lo descubrió.

“Yo no he tenido diferencias con el Congreso”… es más, “mis iniciativas han sido aprobadas casi por unanimidad”…

Y por ese, “casi” se gestó aquél tono conciliador del que le platico.

Los diputados pudieron cuestionar al PDE, pero decidieron darle un voto mayoritario. El PAN, “casi” votó en contra… ya sabe, Mildred y Alejandro, volvieron a sorprender a sus compañeros de causa… yo creo que son cuestiones más allá de las limitaciones de Caritina, pero bien pesadas en cuestiones pecuniarias.

Nuestro Manchis cambió

1.- Al llevar lana a Apizaco, el amo no la emprendió contra los diputados en su discurso, como habría sido lógico, de acuerdo con la conducta a la que nos tiene acostumbrados. Al contrario. Fuimos testigos del manchis seductor, cuyas aterciopeladas palabras eran complemento a los cheques personalizados de 40 mil varos, repartidos entre  diputados y diputadas, amigos cuyo amplio criterio y vocación patriótica, los harían pisotear sus principios y proceder a vender el voto… si, ya ves, el hambre es canija.

2.- El amo llamó a los distintos sectores del estado a, “olvidar el pasado”. O sea, pleito tras pleito con todo aquél que alcanzara a moverse, debe ser depositado en el baúl del olvido porque ayer, el señor gobernador, amaneció con una nueva perspectiva de la vida. Seguro se dijo a sí mismo: mi manchis, hombre, por qué somos tan peleoneros… con estos cuatro meses de ahorros, despidos y otros negocios, comenzamos a vivir lo que se dice una tranquilidad económica y entonces, podemos comenzar a compartir.

Una frase del gobernador hacendado que nos obliga a quitarnos el sombrero, en señal de respeto es la siguiente (tome nota eh…): «No es faccioso  ni de color, porque a mí no me formaron así, sino para tratar de resolver los problemas que tenía Tlaxcala».

Conste que salió de la boca de un señor que nos anticipó el regreso del PRI de antes al poder.

Aquello de que “a mí no me formaron así”, precedido por, “no es faccioso ni de color”, pues es una variante de: “no tengo padre político”, claro, tamizada pero al fin y al cabo con el mismo fondo.

En conclusión, estamos ante un gobernador que activó la magia del soborno tras percatarse que el papel de cuentachiles asumido al principio de su gobierno, lo confrontó con liderazgos y grupos dentro y fuera del PRI.

¿Dónde quedó entonces la prometida caja de cristal?

No es más que un acto de sobrevivencia política. Satisfecha su pretensión económica de corto plazo, dejó de ver a través del cristal de la miseria y pese a no quitar el dedo del renglón para seguir estrangulando instancias (como el Hospital Infantil de Tlaxcala), se dio cuenta que lo mejor es llamar a la cohesión: “la sociedad está harta de los pleitos, enfrentamientos y divisiones. Exige, tal vez, madurez política para que el interés de la comunidad y de Tlaxcala esté sobre los intereses partidistas».

Mientras se daba esta conmovedora muestra del coordinador de las acciones de los tlaxcaltecas (¿?), (¿no era coordinador de los tres poderes?), en el Congreso, los responsables diputados y diputadas, peleaban entre sí, porque el reparto de los 40 mil varos fue selectivo.

Naturalmente, los inconformes tenían que cuestionar el trabajo del salinista Fernando del Villar Moreno, autor del amplio PDE, que si bien duplica o triplica en extensión al anterior, cuida más las formas, en una clara incongruencia entre la reiterada orfandad política del gobernador de Tlaxcala, y la retórica tricolor empleada por el equipo comandado por un ex director del Centro de Información y Seguridad Nacional (Cisen), contactado por Carlos Rojas… un negocio más, del que el propio partidazo ya comenzó a despacharse con la cuchara grande.

Hemos de aceptar que la orfandad marianista en la política, pudiera no estar fuera de contexto, pues hay que ver las atrocidades expuestas a diputados priístas por el coordinador de Desarrollo, Noé Rodríguez, según la oportuna nota de nuestra compañera Beatriz Rodríguez:

El encuentro privado celebrado en un conocido hotel, los diputados priistas preguntaron por qué no se incluían metas específicas que pudieran ser evaluadas, a lo que Noé Rodríguez respondió que efectivamente no se tenían o no se insertaron en el  documento por recomendación del responsable del plan, Fernando del Villar.

Lo más cínico viene en el siguiente párrafo:

Si ponemos metas y no las cumplimos van a cuestionar el gobierno de Mariano González, por eso no se incluyeron, pues no queremos que se critique a la actual administración, respondió el coordinador del Copladet.

Por eso Noé se encuentra en el sótano de las encuestas y, si llega a ser candidato del PRI  a senador, será una vil imposición, con el riesgo de irritar a los votantes.

De todas formas, el PDE fue aprobado.

Y la transparencia prometida se diluyó, como ocurre en este momento con el mundo de dinero repartido entre nuestros prósperos diputadas y diputados, veintitrés para ser precisos, quienes ya comenzaron a comer con manteca gracias a hacerse los remolones en la aprobación esa que le platico.