A cuatro meses de una administración atropellada, ofensiva, sin rumbo y en pleno retroceso, el gobernador Mariano González Zarur, estima que en un año será capaz de revertir el noveno lugar de corrupción.

El gobernador Mariano González Zarur, pidió este jueves el apoyo de la sociedad, de todos los niveles de gobierno y de los medios de comunicación, para revertir –en un año- el noveno lugar en la escala nacional de estados corruptos.

Creo que esta es la primera vez que el mandatario reconoce la labor de periódicos, noticiarios y similares, en el desempeño de Tlaxcala.

Contrasta con el concepto original respecto a dicho gremio, considerado por el amo como algo muy inferior, al grado que veía factible el financiamiento de los medios convirtiendo en comerciantes de sus propios changarros a los reporteros.

El ejercicio de información, análisis, investigación y crónica, equivalía más o menos a la existencia de unos muertos de hambre, con el encargo diario de publicar loas al amo y, a cambio este movería sus influencias para posibilitar algo así como planes de crédito para que el periodista (y su familia) comiese de la pequeña miscelánea, no sin antes besar los pies al tlatoani.

¡Bravo!

Nada más faltó asignar a los medios el derecho a vender cemitas en las corridas de toros.

Por eso suena interesante la petición de apoyo a los medios, para dejar el deshonroso noveno lugar en el termómetro de la tranza, según nos lo asignó Transparencia Mexicana.

No crea el señor gobernador que la única función de los medios es el aplauso a una administración bipolar y a su vocero el añoso “muelas”.

Para los medios, también es posible publicar verdades de a kilo, dentro del inalterable compromiso con sus lectores, oyentes y otro tipo de seguidores.

Así que las promesas de revertir en un año la corrupción, suenan a estas alturas como una especie de burla a la inteligencia de los tlaxcaltecas, cuando en cuatro meses de gobierno la expectativa de transparencia devino en delicado ejemplo de opacidad, inacción y corrupción.

Pedir a estas alturas ayuda a los medios de comunicación me suena al anuncio de abrir un frente más, como lo acaba de hacer con su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), que se la está guardando tras la infame declaración de orfandad política dicha con todas sus letras el nueve de mayo de este año, en el acto oficial de celebración a las mamás que trabajan en su gobierno.

Mejor sería que el amo formalizara una agenda de transparencia, con el concurso y aprobación del Poder Legislativo, reafirmando la sumisión de sus colaboradores a  la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos.

1.- Tiene la obligación de presentar su situación patrimonial y, exigir lo mismo a “sus subordinados”.

2.- No puede aplazar la sanción a quienes a su nombre exigen dobles diezmos para asignar obra pública (diez y diez).

3.- Debe ser sensible a la incapacidad de recepción y gestión de personal de la Secretaría de Finanzas y de Comunicaciones y Transportes, cuyo papel en la reciente jornada de refrendo, fue francamente pésimo, como nunca se había visto en Tlaxcala, incluso provocando el desprecio a las placas locales en otras entidades, pues es imposible corroborar datos en línea, porque no existe un sitio web del gobierno de Tlaxcala (lo que funciona es un remedo).

4.-  Ya que el ciudadano manchis se percató de la valía de los medios de comunicación, debería comenzar por los de casa, mejorando sus raquíticas condiciones y el desvergonzado acoso laboral en contra de esa parte del gremio, en las peores condiciones porque esos no se salvan de ser vistos por el amo como un sub estrato, ni siquiera digno de mencionarse.

5.- No sé qué espera el gobernador de Tlaxcala para ordenar un sitio web mínimamente competitivo y con la información indispensable, negada durante estos cuatro meses de gobierno, a paisanos fuera del país, a otros gobiernos estatales y claro, a paisanos que viven en otros estados de la República.

6.- La relación comercial del gobierno con los medios de comunicación debe ser transparente. Hoy, se habla de convenios de un millón de pesos al mes con un rotativo. ¿A cambio de qué servicios? Nadie va a espantarse al saber que la imagen de un personaje tan difícil como el gobernador de Tlaxcala se tasa en millones de pesos. Pero nada más a él se le ocurre pensar en darse imagen a cambio de gestionar créditos para changarros.

7.- Y es precisamente a los medios de comunicación a cuyos representantes, hoy el gobernador pide ayuda para revertir el penoso noveno lugar como estado corrupto.

No hay peor ciego que el que no quiere ver, sobre todo si se dice mandatario.

Estamos a cuatro meses de una vergüenza constante, de un claro retroceso laboral, productivo, administrativo. Pero para el titular del ejecutivo local, sólo sus adversarios políticos pueden tener semejante concepto.

¿Sabe usted cómo cayó a los priístas la negación de paternidad del gobernador?

Ha sido la peor ofensa. Si Emilio Sánchez Piedras viviese, semejante estupidez lo haría regresar a la tumba.

¿Sabe cuántos desplantes han sufrido los medios de comunicación?

Todos los que se imagina.

Pero hoy, el gobernador de Tlaxcala, les pide su ayuda.