La conclusión es fría y simple… el gobernador de Tlaxcala puede quedar sin el apoyo de quienes lo hicieron tal, debido a sus incontrolables embestidas, que ya lastimaron a más de uno encumbrado en el Revolucionario Institucional.

Ha sido tanto el entusiasmo por su investidura que, el gobernador de Tlaxcala,  Mariano González Zarur, pasó por alto ciertas reglas no escritas de su partido, una de las cuales no puede pasarle inadvertida, pero ya ve usted sus arranques y la ceguera que le causan.

Reunidos en por lo menos dos sedes –una de las cuales fue la vieja casona de Xicotencatl- reconocidos líderes tricolores dejaron de posponer el caso Tlaxcala y, tomaron asiento para hablar largo y tendido respecto de dicho tema y lo complejo que les resulta por ser tan básico.

¿Quiénes eran?

Ahí le van dos nombres: Emilio Gamboa Patrón y María de los Ángeles Moreno Uriegas. Conste que no fueron todos, pero eso sí, de lo más selecto en aquella reunión de cuasi emergencia.

¿Y qué les preocupaba de la conducta de Mariano?

Desde luego, que desconociera uno de los principios del priísmo: las redes de las cuales se conforma. Que supusiera su desempeño de mandatario tricolor sin control alguno. Que atropellara a nombre de su partido, a cuanto individuo tuviese enfrente, sin antes considerar la conveniencia o no de hacerlo.

Ocurre que Manchis trae entre ceja y ceja la inhabilitación de así de funcionarios orticistas, como para imponerles castigos ejemplares. Tiene ganas de exhibirlos, de acabar de una vez por todas con su carrera política, vamos, de crucificarlos luego de un doloroso calvario, para que otros aprendan que meterse con el ganadero gobernador, es una grave falta.

Así que el mandamás de Tlaxcala se fue por la libre, se tapó las orejas, cerró los ojos y, con una arenga muy parecida a la de: ¡Viva Cristo Rey!, se aprestó a dar una de las embestidas como las que habrán de caracterizar a su desempeño en el poder.

No contaba con que entre los inhabilitados se encuentra Adalberto Campuzano Rivera, ex titular de la Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi) y más que amigo de María de los Ángeles Moreno Uriegas, cuyo círculo de brodys y sisters, en el sistema priísta es tan vasto que, podríamos decir: el PRI no viste a María de los Ángeles, sino al revés.

No olvidemos que la priísta, posgraduada en Harvard –entre muchos títulos- también es más que amiga de Beatriz Paredes Rangel, la ex lideresa nacional en cuyo mandato, Campuzano llegó al gobierno de Héctor Ortiz, con las más sentidas recomendaciones, a sustituir en el cargo a Wilfrido Domínguez, un viejo compadre del ex mandatario, uno de cuyos mayores méritos era dejarse regañar feo ante la multitud.

En esa red de amigos y favores, hay que ver la enjundia con la cual se comportan el líder nacional de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Emilio Gamboa Patrón –del quien existen sobresalientes pruebas de ser el padre político de nuestro manchis- y de la lideresa del tricolor en la Ciudad de México, María de los Ángeles Moreno.

Verá usted que el caso Tlaxcala, fue abordado por sendas personalidades de incuestionable arrastre en el partido que busca y muy probablemente consiga echar de Los Pinos a su adversario el PAN, con todo y el huracán del “aiga sido”, dispuesto a pactar con el mismísimo demonio la alianza política a modo para impedir tal propósito del Revolucionario Institucional.

Los lazos entre Moreno Uriegas y Campuzano Rivera, son demasiado sólidos como para que un embravecido y devaluado mandatario estatal se salga con la suya.

Tome nota: el 18 de noviembre de 1999, MAMU impuso a Campusano como su oficial mayor en la Gran Comisión del Senado. Está fresca esta propuesta: Primero.- Se designa como titular de la Secretaría General de Servicios Administrativos de esta Cámara de Senadores, al C. ADALBERTO CAMPUZANO RIVERA. Segundo.- Se designa como titular de la Tesorería de esta Cámara de Senadores, a la C. GRACIELA BRASDEFER HERNANDEZ.

Son economistas de la misma generación egresados de la UNAM, compañeros de mil batallas en los otrora campos imbatibles del tricolor y, crecidos a castigos como el pretendido por el recién llegado al cargo de amo en su estado, gracias a una serie de circunstancias en las cuales lo que menos pesó fue el vigor del candidato.

Viéndolo bien, hasta les convendría la inhabilitación, pues tendrían argumentos para engrosar las filas de fieles combatientes de Beatriz Paredes, en contra del ingrato mandatario para el cual en la política hay que echar pa’lante caiga quien caiga (de manera muy parecida al aiga sido como aiga sido).

El resultado de la cumbre.

Si Mariano persiste en ese odio en contra de Campusano, habrá una razón de fondo, así se estableció en presencia y aceptación de Emilio Gamboa, para dejarlo solo, con todos los riesgos que ello implica.

¿Y cuáles son esos riesgos?

Son tantos los frentes abiertos por el gobernador de Tlaxcala que lo mismo sería vulnerable a un juicio político, por alguno de los atropellos cometidos –destaca “la clausura” del Tribunal Laboral- y nada más le faltaría abrir uno más, el peor, en contra de sus propios compañeros de partido.

Poca cosa, verdad, quienes lo hicieron gobernador.

Del papel de Campusano al frente de Secoduvi, tendrá suficiente información el secretario de la Función Pública del gobierno de manchis. Inhabilitarlo será sin duda un golpe contundente del marianismo, como el dice, para que los demás aprendan que no les resulta positivo situarse entre los objetivos del amo gobernador.

Hay un detalle. Manchis orada a madrazos el barco en el que viaja. Y si hace agua, y los que eran sus amigos están convencidos que es un ingrato… Ay del marianismo y su particular forma de entender y utilizar a la política del PRI.