Lo bueno es que el gobierno ya cuenta con amigos como Álvarez Lima, para platicar su amarga experiencia con el sindicato más poderoso de América… * Adriana y el manejo discrecional de recursos de Hacienda para promover a Cordero mediante una red de municipios panistas…

Confiado en que sentará el precedente, el marianismo asestó un descontón al poderoso magisterio, tal vez pensando que los fallidos intentos de entrevista, buscados por el ex candidato tricolor y hoy mandatario en funciones, serían como asentimientos de Elba Esther Gordillo, a priori.

Miguel Ángel Islas Chío, el temido brazo de la Gordillo en Tlaxcala, desde hace nueve años, aprovechó la derrota de su partido, Nueva Alianza, en coalición con el PAN y Alianza Ciudadana, para emprender una campaña de despedida, a manera de aviso a los diversos ejércitos magisteriales en coexistencia aquí, para afilar lanzas con el propósito de utilizarlas en cuanto el alto mando acabe de planear la lección más efectiva y dolorosa a este joven gobierno, inclinado por el singular Tomás Munive, para ocupar semejante silla.

No hay duda de que esta sería una de las justificaciones para los largos silencios de González Zarur, respecto a su gabinete. Tiene la firme idea que su iniciativa florecerá y quién quita, hasta será aplaudida por la lideresa que, meses antes llamó a su amigo Héctor Ortiz, para platicarle que un tal Mariano pretendía que lo recibiese, no sé, para estrechar su amistad (¿cuál?) y planear lo que vendría… pero si acabaron con intereses distintos. (Recordemos que en esas fechas, al hoy gobernador tlaxcalteca el PRI-Beatriz, lo maltrataba sicológicamente, dificultándole por todos sus medios la candidatura).

Qué bueno contar con la experiencia de José Antonio Álvarez Lima, y sus gravísimos desencuentros con el magisterio disidente. Cómo olvidar el molesto y hediondo campamento que, por meses ocupó la Plaza de la Constitución, mientras el entonces gobernante jalaba sus escasos folículos tratando de encontrar la cuadratura a un Miguel Campos, decidido a dejarlo calvo… y lo consiguió.

Hoy, el ganadero gobernador descorre el velo, con el cual hizo insistentemente lo que el gato a sus despojos, pero sin discurrir en que no por ser junto con Sinaloa, el estado donde el PANAL no pudo ver el triunfo en la gubernatura, haya menguado su convocatoria. Hasta me extraña que en su reciente cita con el vecino Rafael Moreno Valle Rosas, no le haya sugerido un poco de luz sobre este espinoso capítulo.

Tomasito Munive y sus guajiras, no aspiran a un ejercicio en términos de solaz. Al contrario. Según se ve en ambas secciones y sus aliados de coyuntura, como Justo Lozano Tovar, el ambiente se caldea en la estrecha parcela de la que hay ejemplos muy actualizados y no menos traumáticos, como Oaxaca y la salida por piernas de Ulises Ruiz Ortiz, inmerso en un eterno pleito con los maestros, como no lo quisiéramos ver en Tlaxcala.

Tal vez se trata de una labor de inteligencia a medias. O del toma todo (o pierde todo) en un juego marianista, determinado a tomar el pelo a un sector que se la sabe de todas… todas.

Adri en Hacienda

El secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, insiste a sus 42 años, en que es posible cultivar hortalizas en el desierto.

Abrió el negocio a la ex candidata de su partido a la gubernatura de Tlaxcala, Adriana Dávila Fernández, y la colocó a coordinarse con municipios panistas. ¿La intención?, dar recursos a discreción a quien más rastrero se comporte y se asuma garante de una red nacional de municipios para apoyar la campaña del señor secretario en 2012.

Insisto en pensar que los programas de desarrollo generados en la SHyCP seguían al pie de la letra la advertencia de que su uso está prohibido para apoyar a partidos políticos o a candidatos.

Vemos con desagrado un engaño más, parecido al del aiga sido, pero con mayores niveles de perjuicio, pues qué dirán los propios empresarios, cuya puntual tributación, metida de lleno en la facturación electrónica, se utiliza como moneda de cuño más que corriente para financiar un proyecto con ciertos detallitos con rostro de rotundo fracaso.