Las protestas, reacciones y rechazos a los proyectos que impulsan o desarrollan los gobiernos estatales siempre han existido, por lo que hoy no resulta extraño ver que pequeños grupos de ciudadanos estén haciendo pública su negativa para ciertas obras o planes para mejorar la imagen urbana y la movilidad en Tlaxcala.

 

Dudo que la obra del Corredor Urbano del Río Zahuapan tenga la intención de perjudicar a los vecinos de los municipios de Totolac y Tlaxcala o que el proyecto del “Autotrén” busque dañar la imagen urbana de la capital, los árboles y a los transportistas que operan en estos momentos. En ambos casos deben existir estudios que demuestran lo contrario y sobre todo cuáles serán los beneficios que tendrán los ciudadanos y las ciudadanas.

 

Quizá lo que ha faltado al gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros es la presentación integral de ambos proyectos para que la información precisa sea conocida por los tlaxcaltecas a fin de que éstos puedan valorar el impacto y los beneficios que se obtendrán con la ejecución de esas obras y acciones.

 

Hay ciudadanos y “sesudos” analistas que hoy cuestionan los proyectos y hasta ven en ellos negocios que, según ellos, se están haciendo bajo el amparo del poder, pero sin aportar pruebas o datos duros que demuestren que así es.

 

Hay quienes se preocupan por la tala de árboles, pero en ocasiones esa medida es necesaria si Tlaxcala requiere avanzar a la modernidad, pues esa situación se registró durante la pasada administración cuando ejecutó el proyecto para la modernización de la carretera Tlaxcala-Apizaco, Chiautempan, la cual está convertida en una de las vías de comunicación más importantes del estado por el número de ciudadanos que la ocupan para trasladarse de un lugar a otro.

 

También hubo proyectos que se concretaron y que siempre fueron cuestionables, como la ampliación del Estadio Tlahuicole para que jugara el equipito de Coyotes que durante los gobiernos de Mariano González Zarur y Marco Antonio Mena Rodríguez se destinaban casi 20 millones de pesos al año a la empresa de la poderosa familia Torres para que mantuviera esa intrascendente escuadra de fútbol.

 

Supuestamente el equipo de Coyotes jugaría en una liga de mayor nivel y por esa razón era necesario ampliar el aforo del estadio a por lo menos 15 mil personas, razón por la cual la administración de Marco Mena encontró el pretexto ideal para destinar más de 200 millones a esa obra donde hoy en día juega la onceava tlaxcalteca sin lograr algún triunfo relevante o importante para la entidad.

 

Me llama mucho la atención que por ejemplo haya quién se queje y se oponga a los proyectos gubernamentales de la administración de Lorena Cuéllar que están en marcha y que nadie haya dicho algo de que se perdió un fondo de más de 120 millones de pesos que autorizó el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para construir un mercado nuevo en la capital.

 

Esa partida se autorizó en el 2021, pero ante la incapacidad de la administración que encabezó la priista Anabell Ávalos Zempoalteca para concretar el proyecto que tampoco pudo desahogar de septiembre a diciembre de ese año el alcalde morenista Jorge Cocichi Fragoso, el fondo se canceló, sin embargo y gracias a la gestión de la mandataria estatal el recurso se volvió a reprogramar para el 2022 y aunque estuvo disponible nunca se tuvo el talento para poder aterrizar el proyecto de un mercado nuevo para Tlaxcala, de ahí que para este año se canceló de manera definitiva esa obra.

 

Ojalá los funcionarios lorenistas muestren capacidad y talento para informar y atender las inconformidades que existen sobre los proyectos que se están desarrollando, porque no es posible que dejen todo el peso y la responsabilidad a la gobernadora Lorena Cuéllar que debe estar aclarando y precisando la información, labor que deberían estar haciendo sus colaboradores que sencillamente no aparecen.

 

Y no le miento cuando le digo que la mayoría de los funcionarios lorenistas están felices en su zona de confort o en su actitud de valemadrismo, pues anoche durante la inauguración de la nueva iluminación del ex Convento de San Francisco fueron amagados a través de un mensaje de WhatsApp para que fueran hacer bulto.

 

Les comparto el mensaje que ya no sé si me provoca risa o ternura: “Estimados miembros del Gabinete buenas noches, se les está esperando en el evento del encendido de la iluminación del ex convento de San Francisco, se pasará lista de los que asistan”.

 

Si ya están pasando lista, también deberían de hacerlo para ver quién defiende los proyectos del gobierno y quién se hace wey, digo si ya andamos a ese nivel no estaría mal recurrir a esa medida porque a lo mejor es lo que se necesita para que los funcionarios salgan a hacer su trabajo o no.

 

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