Anabell Ávalos Zempoalteca, ex candidata perdedora del PRI al gobierno del estado, debe entender que hoy enfrenta una realidad y unas circunstancias totalmente diferentes a las que prevalecieron en el 2021, las cuales le permitieron encabezar en ese momento la alianza opositora que el tricolor armó con respaldo del PAN y el PRD y el impulso del entonces mandatario Marco Antonio Mena Rodríguez, quien al final abandonó ese proyecto para evitar una persecución.

 

 

Hoy los priistas no están dispuestos a avalar una alianza que en los pasados comicios los dejó desprotegidos y abandonados, porque Anabell Ávalos los despreció para apapachar y financiar a los candidatos a alcaldes del PAN, PRD y de otras fuerzas políticas.

 

Tampoco la militancia del ex partidazo está dispuesta a entregar su apoyo a la ex presidenta municipal de Tlaxcala que estaría buscando no sólo revivir el bloque opositor, sino quedarse con la candidatura uno de la fórmula al Senado, con el objeto de garantizar su llegada al Congreso de la Unión, sin embargo sus intenciones cada vez lucen más complicadas porque el PAN no quiere ceder esa posición y porque el PRD está negociando ese lugar a nivel nacional.

 

Desde hace unas semanas le comenté que se venía armando un movimiento de rechazo a la imposición de Ávalos Zempoalteca como dirigente del PRI en Tlaxcala, el cual terminaría en la salida masiva de militantes porque éstos estaban siendo ignorados y maltratados.

 

Ayer, más de 400 militantes priistas de Apizaco y de otros municipios entregaron un escrito a la dirigencia estatal, en donde hacen evidente su molestia e inconformidad. Rechazan la alianza y la hipocresía y las incoherencias de Anabell Ávalos que insiste en privilegiar y consentir al PAN cuando los dirigentes y autoridades emanadas de ese partido como Pablo Badillo Sánchez, alcalde de la ciudad rielera, desprecian, discriminan y maltratan al PRI en actos públicos.

 

Aunque seguramente habrá intentos por minimizar el escrito y la inconformidad de un número importante de militantes del ex partidazo, lo cierto es que si uno revisa la lista en ella hay miembros del PRI que han trabajado por años y nombres de operadores que saben cómo se mueve la maquinaria del tricolor.

 

Hay ex dirigentes y ex funcionarios estatales como José Luis Ramírez Conde que fue el último presidente del partido que entregó buenas cuentas.

 

La petición de destituir al presidente del PRI en Apizaco, el regidor Emilio Sánchez Rivera, por su falta de trabajo y presencia política, no es un asunto menor, pues créame que puede dar los elementos y el pretexto que los militantes andan buscando para renunciar al partido y encontrar otros aires.

 

Si Anabell Ávalos le hubiera dedicado tiempo a entrevistarse y hablar con la verdadera militancia en lugar de estar haciendo cursitos de danza y eventos sociales con su club de lambiscones, quizá hubiera evitado el actual malestar que, insisto, podría terminar una desbandada masiva de miembros que obviamente la dejarán muy mal parada no sólo ante su dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, sino ante su impulsora la ex gobernadora de Tlaxcala, Beatriz Paredes Rangel.

 

La ex candidata del PRI a la gubernatura de Tlaxcala está sola y poco a poco ha perdido el respaldo de los grupos importantes que fortalecen al partido. Los marianistas a través del diputado federal Mariano González Aguirre ya le demostraron su rechazo, al igual que los menistas que de forma soterrada se están reagrupando. El grupo de la poderosa legisladora local Blanca Águila Lima ha empezado a poner distancia y a buscar su sobrevivencia.

 

El malestar e inconformidad de la militancia priista no es exclusiva del municipio de Apizaco, ya que en otros también se está cocinando la rebelión y la ruptura, proceso que podría darse en los siguientes días o semanas.

 

La ex alcaldesa capitalina pronto deberá replantear sus prioridades.

 

Si quiere puede seguir lanzando críticas oportunistas con tufo electoral en contra del gobierno de estado por lo que ella considera la falta de seguridad o dedicarle tiempo a tratar de recomponer las cosas al interior de su partido para evitar la fractura, lo cual lo podrá llevar a cabo si es que le queda tiempo para aclarar las observaciones millonarias que aún están pendientes por solventar de sus cuentas públicas como presidenta municipal de Tlaxcala.

 

El PRI enfrenta momentos complicados y no se ve por dónde pueda encontrar una salida o un camino que lo haga revivir y ganar los espacios perdidos.

 

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