Con el tiempo avanzando y encabezando administraciones obesas incapaces de atender y resolver las demandas de sus gobernados, los y las presidentas municipales tlaxcaltecas se encuentran ante la disyuntiva de aceptar la propuesta de coinversión que ayer les hizo el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros o apostar por mantener el mismo esquema y camino que seguramente los llevará al olvido y a enfrentar observaciones millonarias de las autoridades fiscalizadoras.

 

 

Los alcaldes y alcaldesas no entienden que les falta cinco meses y 15 días para cumplir dos años de su periodo de tres años gobierno y que la falta de resultados, en la mayoría de los casos, en la ejecución de obra pública y en materia de seguridad son los puntos que los desacreditan ante los ciudadanos y las ciudadanas.

 

Aunque en la actualidad casi el 90 por ciento de los recursos de los ayuntamientos tlaxcaltecas se destinan a gasto corriente y sólo el 10 por ciento a obra pública, la propuesta que ayer recibieron los alcaldes y alcaldesas de la administración estatal es crear una bolsa con 400 millones de pesos para que se invierta en las comunidades más marginadas de los municipios de la entidad.

 

La propuesta es que los municipios canalicen 200 millones que saldrán de las participaciones del Ramo 28 y que podrán ser cubiertas en ocho mensualidades, para que así el gobierno lorenista aporte sus 200 millones y se proceda a decidir y ejecutar las obras, las cuales quedarán bajo el control y responsabilidad de la administración estatal.

 

Lo anterior obviamente no gustó a los presidentes y a las presidentas municipales, no sólo porque los estarían obligando a comprometer recursos públicos que a ellos les gusta gastar discrecionalmente, sino porque tampoco tendrían la posibilidad de sugerir en qué comunidad se haría la obra y la empresa encargada de la misma, es decir, no obtendrían un beneficio político ni económico.

 

El esquema de coinversión del gobierno de Lorena Cuéllar es una buena opción para los alcaldes o alcaldesas que realmente quieran trascender y demostrar que están trabajando por sus municipios. Se habla que hasta anoche habían aceptado la mencionada propuesta 18 de las 60 autoridades municipales de la entidad.

 

Habrá alcaldes que seguramente aprovecharán ese esquema como el de Tlaxcala, Chiautempan y Huamantla que están gobernados por Jorge Corichi Fragoso, Gustavo Jiménez Romero y Salvador Santos Cedillo, respectivamente, sobre todo porque en los dos primeros se han incrementado sustancialmente la captación de recursos propios y porque el último acumula el mayor número de obra pública ejecutada en los municipios.

 

Los actuales presidentes municipales van encaminados a cumplir su segundo año de administración y muchos acumulan importantes observaciones financieras de las autoridades fiscalizadoras.

 

Al paso que van, muchas cuentas públicas serán reprobadas y las administraciones municipales quedarán evidenciadas por transas, lo que seguramente derivará en reclamos de los ciudadanos y las ciudadanas que están comprobando que un número importante de alcaldes y alcaldesas tlaxcaltecas en funciones salieron malos para gobernar, pero buenos para enriquecerse a costa de los recursos públicos.

 

La intención del gobierno estatal de ayudar y apuntalar el desarrollo de los municipios a través de una coinversión es buena, sin embargo habrá que ver cuántos alcaldes y alcaldesas le entran a un modelo que les quita el control del dinero y de manipulación política.

 

Sin lugar a dudas Lorena Cuéllar es una gobernadora que le encanta tener el control de todo y obviamente no tiene ningún problema en demostrarlo.

 

El ridículo de Ramón Celaya

 

Dígame para qué sirvió el aparatoso operativo de la tarde noche del sábado en el municipio de Zacatelco para detener a unos presuntos asaltantes cuando éste no arrojó ningún resultado positivo.

 

La estupidez de hacer disparos al aire y echar gas lacrimógeno a los habitantes de ese municipio para rescatar a unos presuntos maleantes que corrían el riesgo de ser linchados no dejó nada bueno, porque al final se supo que ante la torpe y pésima actuación de la policía estatal a cargo del tonto troglodita Ramón Celaya Gamboa, secretario de Seguridad Ciudadana, los delincuentes fueron liberados.

 

En verdad valió la pena crear un caos y poner en riesgo la vida de las personas para llegar a la conclusión que los asaltantes fueron más capaces y audaces que las autoridades, al grado que terminaron burlándose de ellas porque nunca pisaron la cárcel.

 

Resulta preocupante lo que está pasando y alguien debería intervenir para ubicar al troglodita Ramón Celaya antes de que pase una tragedia.

 

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