La incertidumbre en torno a la permanencia y rumbo que tendrá la actual administración estatal es imposible de ocultar.

 

 

Hoy iniciará el segundo paquete de comparecencias de funcionarios lorenistas, por lo que seguramente será hasta finales de este mes cuando se conozcan los tan anunciados cambios de colaboradores de primer nivel o finalmente éstos se suspendan y se mantengan las cosas como están.

 

Una vez que concluya febrero, el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros habrá consumido el primer año y medio de su periodo de seis años. Sobre los resultados logrados y alcanzados habrá diferentes posturas y evaluaciones, de ahí que me parece que las autoridades se están equivocando de estrategia al hablar de lo que han hecho y no de lo que harán y buscan conseguir en los siguientes meses y años.

 

Es la fecha que no se conoce cuál será la obra o proyecto emblemático de la administración lorenista. Tampoco se han dado a conocer los objetivos que se pretenden en el combate a la pobreza y en la cobertura educativa y de servicios médicos, sólo por mencionar algunos rubros.

 

El imaginario colectivo de la entidad percibe a una gobernadora trabajadora y comprometida con buscar el bienestar y la transformación de los tlaxcaltecas, sin embargo sus funcionarios no sólo siguen resultando desconocidos para los ciudadanos, sino que no destacan y son considerados flojos, corruptos y sin experiencia para trabajar en el gobierno, información que se obtuvo de una reciente encuesta aplicada en torno a la actual administración estatal.

 

Sobre las primeras tres comparecencias que involucraron a la procuradora de Justicia, Ernestina Carro Roldán, al titular de la Secretaría de Impulso Agropecuario, Rafael de la Peña Bernal y al responsable de la Secretaría de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, la versión oficial apunta que se obtuvieron resultados positivos y que fueron un éxito, sin embargo la postura de los adversarios o críticos es que este ejercicio fue un desastre para los funcionarios lorenistas que evidenciaron sus fallas como la falta de dominio de los temas de su competencia, la ocultación de información oficial y su incapacidad para responder los cuestionamientos de los diputados y las diputadas de oposición.

 

Esta semana acudirán a rendir cuentas ante los legisladores y las legisladoras el poblano encargado de la Secretaría de Desarrollo Económico, Javier Marroquín Calderón, la desprestigiada empresaria Josefina Zamora Rodríguez que despacha como titular de la Secretaría de Turismo y finalmente otro funcionario foráneo como el vival Rigoberto Zamudio Meneses, responsable de la Secretaría de Salud.

 

Y cerrarán el secretario de Educación, Homero Meneses Hernández, el único que quizá se encuentra preparado para participar en este tipo de ejercicios y el responsable de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Ramón Celaya Gamboa, quien al igual que sus dos últimos antecesores (Guadalupe Ballesteros Arellano y Raúl Ruiz García) se percibe que tampoco podrá con la inseguridad que golpea a la entidad porque su actitud de “Tango” mezclada con una dosis de “Eliot Ness” y un extracto de “Rudy Giuliani” sencillamente no está funcionando o no está siendo bien vista por los ciudadanos.

 

Hace unos días le comentaba que la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar trae su ritmo y sus tiempos respecto a los ajustes y cambios en su gabinete legal y ampliado, lo cual era muy respetable y hasta entendible, pero lo malo para ella es que de marzo a agosto de este año consumirá los siguientes seis meses de su administración, con lo cual estará cumpliendo dos años su gobierno, situación que lo pondrá en otra posición porque los gobernados seguramente empezarán a evaluar con más dureza el quehacer de las autoridades estatales.

 

En seis meses seguramente se entregarán más obras y se presumirán otras acciones y programas del gobierno estatal, con lo cual se podrá justificar que se está trabajando, sin embargo dudo que se dé a conocer un proyecto nuevo o diferente a los que se han manejado hasta ahora, es decir, el gobierno lorenista tendrá pocas cosas que presumir o destacar porque se observa una falta de planeación y de trabajo de los funcionarios estatales que están más ocupados en el pasado que en el futuro.

 

Me parece que los ajustes y relevos de funcionarios estatales debe ser una prioridad, ya que se puede perder tiempo valioso para tratar de enderezar las cosas en aquellas dependencias donde no se han dado los resultados esperados

 

Pronto veremos si la gobernadora Lorena Cuéllar está dispuesta a dar un golpe de timón y recuperar el tiempo perdido, pues es obvio que requiere llevar a cabo una reorganización de su gabinete en lo técnico y en lo político, porque no puede dejarse arrastrar por la corriente morenista sin establecer una ruta clara con objetivos precisos que distingan a su administración.

 

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