La ruptura legislativa que ayer se consumó en el Congreso del Estado entre el PT y Morena era un asunto esperado e inevitable.

 

Cuando Morena le arrebata al PT en agosto y septiembre del año pasado la presidencia de la Junta de Coordinación y Concertación Política se veía venir el rompimiento. Sólo era cuestión de tiempo y un pretexto para que se desconocieran acuerdos pactados entre ambas fuerzas políticas y legislativas.

 

Quizá el único que visualizó esa situación y la aprovechó fue el diputado Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, coordinador de los legisladores del PT, quien utilizó a Leticia Martínez Cerón que ocupó hasta diciembre la presidencia de la Mesa Directiva del Congreso del Estado para reinstalar a su prima y presumir que fue capaz de esa maniobra y lograr que su pariente es de las privilegiadas sindicalizadas que cobra 76 mil pesos mensuales.

 

Ese fue el pretexto que utilizó Morena para quitarle al PT el cargo directivo que le fue asignado en los acuerdos pactados al inicio de la actual legislatura y que no es otro más que la Dirección Jurídica que estaba en manos de Karla Daniela de Anda Flores.

 

Al PRD y al PRI se le respetó su posición que les fue asignada a través de la Dirección de Comunicación Social que desempeñó profesionalmente hasta ayer Martha Águila Cuahtlapantzi.

 

Sin embargo, se dice que los legisladores Juan Manuel Cambrón Soria y Blanca Águila Lima pactaron con el ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya entregar ese cargo para ir armando su alianza en torno a la lejana sucesión del 2027 a América Montoya Ortega, para lo cual utilizaron a la ingenua presidenta de la Junta de Coordinación y Concertación Política, Marcela González Castillo.

 

Pronto se sabrá que recibirán a cambio el diputado del PRD y la diputada del PRI, porque dudo que hayan cedido esa posición como un gesto de amigos o de buena voluntad por parte de Sánchez Anaya.

 

Los legisladores y las legisladoras han entregado su autonomía e independencia al Poder Ejecutivo que ya sabe cuándo premiarlos con un bono extra de gasolina o una compensación de 500 mil pesos para que hagan todo lo que se les ordena.

 

Como existe control y los votos necesarios para garantizar la aprobación de lo que se requiera, al PT lo despojaron vilmente de la Dirección Jurídica, la cual fue entregada al grupo morelense representado por el golpeador de mujeres y padre desobligado Luis Antonio Ramírez Hernández, secretario del Medio Ambiente, que así como puso al Procurador del Medio Ambiente de Tlaxcala hoy también podrá presumir que colocó a Gonzalo Guízar Vázquez en el área jurídica de Poder Legislativo.

 

Ayer Covarrubias Cervantes anunció la ruptura con Morena y dejó entrever que pronto se perderá la armonía y el equilibrio al interior del Congreso del Estado. Desconozco si las otras tres legisladoras del PT seguirán respaldando a su coordinador o éstas (Leticia Martínez Cerón, Gabriela Brito Jiménez y Lorena Ruiz García) optarán por romper con él para buscar cobijo en el partido de Morena con la promesa de que serán impulsadas a otros cargos de elección popular.

 

La bancada del PT compuesta por cuatro diputados podría fracturarse en los próximos días y quedarse sólo con dos legisladores, situación que si bien debilitará a ese partido no será un factor de peso para que Miguel Ángel Covarrubias opere y dinamite a la actual legislatura con información sensible y comprometedora, pues si alguien sabe de los secretos es él porque tiene documentado el manejo del dinero en la anterior y en la presente administración del Congreso del Estado.

 

Al Congreso también llega información clave y sensible de la administración estatal y no dudo que se tengan documentados varios casos de corrupción, porque para nadie es un secreto que las autoridades estatales han sido descuidadas, mal hechas y poco asertivas en el manejo de los recursos públicos y en el cumplimiento de los procesos administrativos.

 

El tiempo nos dirá que tan grave resultará la ruptura entre el PT y Morena.

 

Hace unos días le comentaba que el PT sería un partido que iba a empezar a sufrir, pues para nadie es desconocido que la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros no se siente cómoda con los dirigentes de ese partido ni con la voracidad de uno que otro legislador.

 

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