Ayer inició la cuenta regresiva del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al comenzar el penúltimo año de su gobierno, al cual llega empoderado y con inigualables niveles de aprobación.
La adelantada sucesión no le ha restado poder ni influencia, pues el tabasqueño sigue siendo la pieza medular para garantizar que Morena y su proyecto político tengan garantizada la presidencia de México por seis años más.
López Obrador nunca se ha olvidado del pueblo que lo llevó a la presidencia y hasta la fecha mantiene una comunión que lo ha convertido en un presidente querido y respaldado, más allá de las obras y acciones que se estén llevando a cabo durante su administración.
Hasta hoy pocos políticos han entendido y seguido su estilo, quizá por esa razón no han crecido y siguen a la sombra del tabasqueño, quien tendrá una gran influencia para inclinar la balanza sobre quién de los aspirantes morenistas lo sucederá en el cargo.
Hay un presidente fuerte que seguirá dando cátedra de cómo se debe gobernar y comunicar para no perder el respaldo del pueblo. La clave quizá está en el acercamiento y el contacto permanente con los ciudadanos y las ciudadanas.
Ese estilo de apapachar y de estar cercano con el pueblo lo ha sabido replicar la actual gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros, quien ha optado por mantener su esencia como política y por esa razón no sólo dará el próximo domingo su Primer Informe de Gobierno, sino que después llevará a cabo unos informes regionales para no perder la comunicación con los tlaxcaltecas que respaldaron su proyecto para dirigir los destinos de la entidad.
Son varios estudios de opinión los que revelan que la gobernadora morenista ha logrado importantes niveles de aprobación. Los ciudadanos y las ciudadanas le reconocen su trabajo constante y permanente y los esfuerzos emprendidos para transformar un estado que en muchos rubros y áreas registraba retrasos.
No estoy diciendo que en Tlaxcala no existan problemas o deficiencias, porque las hay, pero lo cierto es que al menos si existe la intención y la voluntad de mejorar y cambiar lo que está mal o lo que no funciona.
Lorena Cuéllar no es una gobernadora novata y mucho menos una mujer y política improvisada. Sabe evaluar el desempeño de sus colaboradores y llegados los tiempos no le temblará la mano para hacer cambios o ajustes en su equipo de trabajo.
A 15 meses de trabajo tiene una radiografía clara de los logros y metas que ha alcanzado su administración, pero también tiene ubicadas las áreas que pudieran dar más, porque es obvio que hay funcionarios que no le siguen el ritmo de trabajo que impuso desde el 31 de agosto del 2021 hasta la fecha.
La numeralia del Primer Informe de Gobierno ya se ha empezado a conocer y será el domingo cuando se den más datos. El análisis de lo hecho iniciará y seguramente habrá opiniones favorables, sin embargo no faltarán las críticas y los señalamientos que buscarán minimizar el trabajo realizado, pero al final lo importante será conocer la opinión de los ciudadanos y las ciudadanas que tendrán la última palabra para respaldar o no el trabajo de la actual administración estatal.
Seguramente al informe asistirán funcionarios federales, gobernadores e invitados especiales que escucharán los avances de la administración lorenista, pero lo importante será ver el comportamiento del pueblo al que se le abrirán las puertas del evento para que pueda estar en contacto y tener comunicación con la mandataria tlaxcalteca Lorena Cuéllar.
El domingo también se esperan manifestaciones de protesta, las cuales nunca faltan en este tipo de eventos. Esos tlaxcaltecas tendrán la libertad de expresarse y sus demandas serán atendidas si acuden a las instancias correspondientes y si están sustentadas, porque si piensan que presionando o recurriendo al chantaje obtendrán beneficios o un trato especial por parte de las autoridades se equivocan porque sencillamente en este gobierno las cosas no funcionan así.
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