La postura de las autoridades sobre el levantón que sufrió una persona en la capital del estado la noche del lunes por un comando armado que operó con estrategia es respetable en el sentido de que no debe interpretarse como la prueba clara de que en Tlaxcala ya existe la presencia del crimen organizado, pero no creíble y mucho menos deja tranquilos a los tlaxcaltecas que pudieron ver a través de videos compartidos en la redes sociales la impunidad con que la que se puede privar de su libertad un ciudadano sin que haya alguna consecuencia.

 

 

Para el iluso y soberbio secretario de Gobierno, Sergio González Hernández, se trató de un hecho “atípico” que no debe generar alarma entre la población, pues la persona que sufrió el “levantón” fue abandonada el mismo día sin sufrir daños físicos.

 

Fiel a su estilo panista, el funcionario minimizó que un comando armando tenga la capacidad de moverse en territorio tlaxcalteca sin ninguna restricción y que pudiera intentar privar de la libertad a un ciudadano, de quien no se sabe mucho porque al parecer éste decidió no presentar la denuncia correspondiente ante la Procuraduría General de Justicia en el Estado.

 

El hecho ocurrió el lunes en la noche y aunque el caso se filtró el martes por la tarde, lo cierto es que las autoridades tuvieron tiempo para investigar y dar una postura más inteligente sobre lo sucedido, porque tratar de desdeñar un hecho de tales características resulta irresponsable, mediocre y antiético y poco profesional, sobre todo porque se habla que las autoridades policiacas fueron alertadas y éstas no tuvieron la capacidad para detener a esos criminales que se movieron en varias unidades automotoras.

 

A poco con las cámaras de vigilancia del C4 no se pudo ubicar los automóviles que fueron usados y el número de sus placas de circulación. Debió resultar preocupante ver que el comando no sólo empleó pistolas, sino armas largas con las que amenazó a la persona “secuestrada”.

 

Si se montó un operativo que persiguió a los maleantes por qué no arrojó resultados. Cuántas patrullas de la policía estatal y de corporaciones municipales participaron en esa acción y por qué los criminales lograron escapar tras abandonar a la víctima en un predio del municipio de El Carmen Tequexquitla.

 

Ese comando armado recorrió alrededor de 60 o más kilómetros y tuvo que cruzar varias poblaciones del estado para finalmente llegar hasta El Carmen Tequexquitla, lugar donde paró para dejar a la persona que levantó en Tlaxcala capital, lo que seguramente les debió tomar más de cincuenta minutos.

 

Hay muchas preguntas y muy pocas respuestas de parte de las autoridades. Aunque no se quiera reconocer, la realidad es que los criminales se burlan de la policía y demostraron una vez más que en Tlaxcala puedes abandonar cadáveres, recorrer las carreteras con armas largas, arrojar cuerpos en automóviles en movimiento, realizar levantones y otras actividades ilícitas sin que corras el riesgo de ser detenido.

 

O si estoy equivocado que nos digan cuántas personas se encuentran detenidas por los atracos violentos que han sufrido en sus casas empresarios de Huamantla, Contla y Chiautempan. O que se informe si el grupo de maleantes que intentó asaltar a Juan Carlos Jiménez, hijo del actual alcalde de Chiautempan, Gustavo Jiménez, ya se encuentra tras las rejas.

 

También valdría la pena que se informara si algunos de los integrantes del comando que asaltó hace meses la casa del padre del ex alcalde de Panotla, Eymard Grande Rodríguez, quien perdió la vida en ese hecho, ya fueron detenidos. O si los criminales que atacaron al empresario de Ixtacuixtla que fue asaltado en los primeros días de noviembre después de cerrar su negocio en la Feria de Tlaxcala ya están siendo juzgados.

 

El senil Sergio González se equivoca y su actitud de minimizar todos los hechos que suceden en Tlaxcala lo ha llevado a dejar de ver la realidad, por eso no da resultados y por eso no puede solucionar los problemas que son de su competencia.

 

Ahora para él todo tiene una carga política y por esa razón debe despreciar los conflictos.

 

Lo peor es que ya está contaminando a otros funcionarios que quieren jugar al inteligente al recurrir al sí y al no como una burda excusa para ocultar sus incapacidades.

 

Basta con escuchar las declaraciones del encargado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, José Guadalupe Ballesteros Arellano, para conocer su limitada capacidad y su eficiencia, pues al ser interrogado sobre el mencionado levantón y si éste fue llevado a cabo por el crimen organizado, el jefe policiaco cantinfleo y se limitó a decir que sería aventurado decir que si hay o no hay porque eso no le compete determinar a él.

 

La delincuencia organizada es la actividad delictiva de un grupo estructurado de tres o más personas que existe durante cierto tiempo y que actúa concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves.

 

El video del levantón es muy explícito, por lo que es absurdo que Sergio González y José Guadalupe Ballesteros quieran tapar el sol con un dedo.

 

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