A un año o quizá un poco más de que se definan los candidatos al Senado del partido Morena, la realidad es que la caballada sigue estando flaca y sin cuadros que brillen con luz propia o resalten entre la actual clase política, por lo que es un hecho que no hay nada definido y que la competencia por las candidaturas seguramente se mantendrá por varios meses más.

 

 

 

En Morena es una realidad que los presuntos aspirantes del grupo lorenista no crecen ni encabezan las preferencias, pues en un reciente estudio de opinión elaborado por la consultoría Massive Caller arrojó que los ciudadanos y las ciudadanas entrevistadas sólo mencionaron sus simpatías hacia los actuales integrantes de la Cámara Alta, Ana Lilia Rivera y José Antonio Álvarez Lima, al igual que por la diputada federal Dulce Silva Hernández y el legislador local Rubén Terán Águila.

 

 

 

De acuerdo con esa encuesta que se levantó en octubre, ninguno de los secretarios lorenistas que sueñan con esa nominación fue mencionado como el intermitente Alfonso Sánchez García o el ineficiente y senil Sergio González Hernández, secretarios de Infraestructura y Gobierno, respectivamente.

 

 

 

En el PRI la que encabeza las menciones para convertirse en candidata al Senado es la ex alcaldesa capitalina y actual dirigente del ex partidazo, Anabell Ávalos Zempoalteca, seguida por el castrado ex gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez. Con porcentajes más bajos se ubica la diputada local Blanca Águila Lima, el legislador federal Mariano González Aguirre y por último el marianista Ricardo García Portilla, quien hoy está operando a favor de Movimiento Ciudadano.

 

 

 

Por lo que respecta al PAN, la ex candidata al gobierno de Tlaxcala, Adriana Dávila Fernández, encabeza las preferencias, seguida por la actual senadora Minerva Hernández Ramos. Después se perfila la ex morenista Claudia Pérez Rodríguez y el ex líder de ese partido Carlos Carreón Mejía.

 

No se sabe si el estudio no incluyó al PRD o si no se mencionó a ningún aspirante de esa fuerza política, debido a que no se da una explicación al respecto.

 

 

 

Los porcentajes alcanzados por los políticos tlaxcaltecas que aparecieron en ese estudio de opinión pública tienen lógica y sentido, pues cuando uno asiste a eventos masivos en donde hay funcionarios estatales es común observar que ninguna brilla, emociona o jala la atención de los tlaxcaltecas.

 

 

 

El viernes pasado durante las paellas de la feria de Tlaxcala que se llevaron a cabo en el estadio Tlahuicole, las mesas que más atención atrajeron fue la que ocupó la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, pero después de esa fue en donde estuvo sentado el rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Serafín Ortiz Ortiz y la que fue asignada a la diputada federal Dulce Silva Hernández, quien llegó acompañada de su esposo César Yáñez Centeno, el poderoso Subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación.

 

 

 

Mesas que ocuparon hoy influyentes funcionarios como el de Salud, Finanzas, Turismo, la Coordinación de Planeación e Inversión y el Movilidad y Transporte, Rigoberto Zamudio Meneses, David Álvarez Ochoa, Josefina Rodríguez Zamora, Gimena Lara Pérez y Juan Tapia Pelcastre, respectivamente, pasaron desapercibidas para la clase política que asistió a ese evento que suele servir como termómetro político.

 

 

 

Vaya hasta la mesa de “El cubas”, el ex alcalde de Apizaco y ex funcionario menista, Jorge Luis Vázquez Rodríguez, llamó más la atención cuando sacó sus dotes de boxeador y retó a golpes a un comensal, bronca que ya no se concretó porque varios hombres intervinieron para calmar al mala copa del ex secretario de Desarrollo Económico.

 

 

 

A más de un año de que los funcionarios lorenistas asumieron sus cargos, la mayoría sigue siendo unos desconocidos y ninguno ha sido capaz de conectar con los ciudadanos y las ciudadanas.

 

 

 

Quizá por esa razón, el limitado Alfonso Sánchez ya inició desde hace unas semanas una serie de reuniones con algunos presidentes municipales, a quienes abiertamente les comenta que él será el candidato al Senado y que por esa razón deben apoyar su proyecto para que esté en posibilidades de regresar esas simpatías durante el 2023.

 

 

 

Si el hijo del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya está aprovechando o no su cargo para ganar adeptos eso pronto se sabrá y se documentará, porque si se comprueba que el secretario de Infraestructura está incurriendo en un delito electoral que estaría siendo tolerado por las autoridades estatales y federales se generará un escándalo mayúsculo no sólo para él sino para la actual administración.

 

 

 

Morena en Tlaxcala encabeza las preferencias electorales, sin embargo le urge crear figuras políticas que sean atractivas para los tlaxcaltecas si es que quiere ganar los comicios de 2024 sin complicaciones.

 

 

 

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