De no existir alguna inconformidad u otra festividad, en los próximos días iniciará la operación para imponer a la ex candidata a la gubernatura de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, como nueva dirigente del PRI en Tlaxcala, posición que sólo será un trampolín para que la ex alcaldesa capitalina intente buscar la nominación al Senado en la alianza electoral que nuevamente busca conformar ese partido junto con el PAN y el PRD.

 

 

Fuentes internas del PRI aseguran que difícilmente Óscar Amador Xochiteotzin llegará a cumplir un año en la dirigencia del ex partidazo, la cual asumió el ocho de diciembre del año pasado una vez que el desleal Noé Rodríguez Roldán renunció al tricolor y a la presidencia del Comité Directivo Estatal tras meses de haber estado traicionando a ese instituto político al proporcionar información clave al equipo de la actual gobernadora morenista de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros.

 

Anabell Ávalos no ha dejado de sostener reuniones con los militantes del PRI, a quienes hoy busca desesperadamente luego de que en los comicios del 2021 los abandonó y despreció para mejor apoyar a los abanderados panistas y perredistas.

 

Su inminente imposición se derivaría de un acuerdo entre la ex gobernadora tlaxcalteca Beatriz Paredes Rangel y el actual líder nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, quien aceptó ceder esa posición a la también aspirante a la candidatura presidencial del tricolor a fin de no generar otro frente al interior del ex partidazo.

 

Un sector del PRI está convencido que Anabell Ávalos es la mejor opción que tiene el partido para intentar revivir y lograr algunos triunfos en las elecciones del 2024, sobre todo si nuevamente se arma la coalición Unidos por México en donde participe el tricolor, el PAN y el PRD.

 

Los tres partidos nacionales están dispuestos a ir unidos, sin embargo habrá que ver si logran acuerdos para repartirse las candidatura al Senado, a las diputaciones federales y locales, así como a las presidencias municipales, sobre todo porque las condiciones son diferentes a las del 2021 en las que el PAN obtuvo un trato preferencial por parte de Anabell Ávalos.

 

Hasta ahora se desconoce si el PAC, el partido local que controla el ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, jalará con el bloque opositor o terminará siendo un aliado incondicional de Morena y de la mandataria Lorena Cuéllar, luego que hoy sostienen una tórrida relación de complicidades y de protección y que se olvidaran las promesas de recuperar la UATx y de erradicar la corrupción en esa institución que controla desde hace años la familia Ortiz.

 

Las negociaciones de ese bloque opositor para determinar quiénes serán los candidatos al Senado serán más que interesantes, ya que si bien es cierto que la ex alcaldesa capitalina está obsesionada con encabezar la fórmula para garantizar su llegada en la Cámara Alta en caso de no obtener el triunfo en las urnas, también el presidente municipal panista de Apetatitlán Ángelo Gutiérrez Hernández busca esa posición al igual que el diputado local del PRD Juan Manuel Cambrón Soria.

 

Por lo pronto es evidente que el PRI mandará señales de que no cambiará y recurrirá a la imposición de Anabell Ávalos como dirigente en Tlaxcala, sin que eso implique un cambio radical o una transformación, pues lo más seguro es que esa priista opte por nadar de muertito y evitar cualquier confrontación con la gobernadora Lorena Cuéllar.

 

Si alguien piensa que la ex alcaldesa capitalina encabezará una dirigencia combativa o crítica se equivoca. El PRI seguirá siendo un espectador más y difícilmente asumirá una actitud de confrontación porque ese partido está doblegado y entregado a Morena y a sus gobernantes.

 

A nivel federal la mejor prueba que se puede tener es la descarada sumisión del PRI a las órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

En Tlaxcala también se puede ver esa sumisión y la protección que Morena ha dado a las ex autoridades priistas para no ser investigadas ni molestadas pese a las enormes evidencias de que incurrieron en anomalías financieras durante sus administraciones tanto a nivel estatal como municipal.

 

Recientemente una investigación realizada por el portal Contralinea expuso la relación de al menos 9 empresas ligadas al ex candidato a la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo Pintado, las cuales tuvieron millonarios contratos con 11 gobiernos estatales, entre ellos el de Tlaxcala en la administración del castrado Marco Antonio Mena Rodríguez.

 

De acuerdo con los datos recabados por la periodista Nancy Flores, las empresas cercanas al exgobernador de Tabasco han sido fuentes de financiamiento del portal Latinus que, entre otras cosas se ha dedicado a atacar al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

 

Este conglomerado de empresas, habría ganado al menos 5 mil millones de pesos con los gobiernos de Michoacán, Sonora, Estado de México, Jalisco, Sinaloa, Nuevo León, Ciudad de México, Puebla, Hidalgo, Oaxaca y Tlaxcala.

 

El negocio realizado con el gobierno de Tlaxcala tuvo que ver con la adquisición de equipo médico, material hospitalario, venta y almacenamiento de medicinas principalmente.

 

Esta y otras evidencias de presuntos malos manejos en la administración menista han sido ignorados y jamás serán investigados y mucho menos sancionados por el gobierno morenista de Tlaxcala.

 

Así de simple.

 

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